Martes, 02 de Diciembre de 2025

Redacción
Jueves, 21 de Abril de 2022
HABLEMOS

El SACYL, o el síndrome Mañueco

Carlos Domínguez

 [Img #65041]  En Sanidad se fue por fortuna la titular de Cs, y ya se verá si con alguna cosilla pendiente. Pero vino como era previsible alguien del PP, sin que semejante parusía partidaria (bis in idem a no tardar con tanto jeribeque mañuequil) augure nada bueno y nunca lo mejor. La asistencia sanitaria en Zamora, e imagino en el ámbito regional aunque sería difícil llegar a tal grado de ineptitud, es un caos en todos los órdenes. Yendo por lo más, la atención hospitalaria es un absoluto desastre, con el continuo baile de consultas y titulares, últimamente podrían ser hasta tres o cuatro para un tratamiento que se prolonga a lo largo de meses, esto unido a citas para pruebas diagnósticas que llegan con idéntico retraso, sufriendo incluso cancelaciones que suponen nuevas dilaciones y nuevas visitas, allí donde se nos recomienda que vayamos lo menos posible, que acudamos solos o con la mínima compañía, siempre puntuales para evitar aglomeraciones y contagios, aunque luego vaya usted a saber con el maremágnum organizativo que padecemos. En lo concreto, ¿quién no sufre el desgobierno de unos centros de salud donde, con el para algunos bien hallado método de un telefonillo operativo a ratos: beep, beep… y más beep, las citas se dan con siete o diez días de retraso, para luego encontrarte con que el médico, el tuyo, el de cabecera de toda la vida, sin saber por qué ni por qué no ese día ni está ni se le espera, mandándote a la consulta de algún sustituto que no te conoce, que no has visto ni te ha atendido jamás, y darte cuenta en medio minuto de que, fuera de la socorrida pantallita con sus datos, claves, pestañas y pestiños, no sabe ni de la misa a la media de tus problemas de salud.

 

   Sin embargo, todo este caos trasciende la ineptitud de responsables cuya gestión debiera mover a su cese inmediato. En realidad, el estado calamitoso de la sanidad en esta región y Zamora, por aquí Gerencia Territorial y Direcciones Médicas varias, tiene mucho que ver con la inercia de una derecha acomodada, la de un PP que a lo largo de décadas se ha acostumbrado a disfrutar el poder como maná caído del cielo, dentro de un clima creciente de arbitrariedad y nepotismo, para acabar en perjuicio de los ciudadanos en la completa falta de impulso político, de la mano de una gestión desastrosa además de prepotente. ¿Podrá el Vox recién llegado y aceptado como mal necesario incluso por un Feijoo escapista, que insinúa preferir el enjuague de la abstención socialista a la actual coalición de gobierno, romper esa inercia funesta? Difícil lo tiene, esto en el mejor de los casos.

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