El Zamarat sabe sufrir ante el Celta (80-69) y estará en la final a 4 de Murcia
Desdibujado e inexplicable último cuarto de las naranjas, que desperdiciaron ventajas de más 20 puntos y acabaron pidiendo la hora al final
Con 40-23 en el descanso y 66-49 al finalizar el tercer cuarto, las de Carbajal y los espectadores del Ángel Nieto se las prometían felices, pero esa “pajara” que suele acompañar a las de Carbajal en cualquier momento, hizo posible un parcial de 0-9 y que el luminoso reflejara un 66-58 preocupante, ya que las celestes habían metido la directa y a sus oponentes les comenzó a temblar el pulso.
El partido comenzó con un Zamarat que salío a por todas, dándole fluidez al balón y como el acierto en el tiro les sonreía, pronto sacaron buena renta, dejando al rival en 9 puntos, insólito para un partido de estas características.
Comenzó, por tanto, el segundo cuarto con 23-9 y apenas cambió nada hasta el descanso. Las celestes se empleaban a fondo en los marcajes, ante la permisividad de los árbitros, pero aun así, las de Carbajal seguían a lo suyo, dando muestras de superioridad en todas las facetas del juego, llegando al intermedio con una ventaja de 21 puntos, con 44-23 en el global y un parcial de 21-14 en ese periodo.
En el tercer cuarto, las forasteras apretaron más en defensa, dándose una regla de tres inversa: a más faltas, las personales caían en el otro equipo según el criterio arbitral, que pitaba algunas veces al son que les marcaba el humor de Cristina Cantero, la entrenadora rival. Ese tercer cuarto fue para las de Vigo por 22-26, aunque el equipo hospitalario seguía al frente del marcador, merced a lo realizado hasta el descanso.
Y en el último periodo, lo que decíamos al principio, “pájara” incluida, aunque hubo un momento que las de casa, con Mestres a la cabeza, supieron defender bien dos ataques del rival y estiraron la goma para ponerse a 11 puntos cuando llegaron a estar a 8 y a 3, por tanto, de empatar la eliminatoria.
En Murcia, si las cuentas no nos fallan, el rival será el Granada, último verdugo de las de naranja y ante el que no habrá margen de error si se quiere llegar a la final y tener opciones de regresar a Liga Endesa una temporada después.
Con 40-23 en el descanso y 66-49 al finalizar el tercer cuarto, las de Carbajal y los espectadores del Ángel Nieto se las prometían felices, pero esa “pajara” que suele acompañar a las de Carbajal en cualquier momento, hizo posible un parcial de 0-9 y que el luminoso reflejara un 66-58 preocupante, ya que las celestes habían metido la directa y a sus oponentes les comenzó a temblar el pulso.
El partido comenzó con un Zamarat que salío a por todas, dándole fluidez al balón y como el acierto en el tiro les sonreía, pronto sacaron buena renta, dejando al rival en 9 puntos, insólito para un partido de estas características.
Comenzó, por tanto, el segundo cuarto con 23-9 y apenas cambió nada hasta el descanso. Las celestes se empleaban a fondo en los marcajes, ante la permisividad de los árbitros, pero aun así, las de Carbajal seguían a lo suyo, dando muestras de superioridad en todas las facetas del juego, llegando al intermedio con una ventaja de 21 puntos, con 44-23 en el global y un parcial de 21-14 en ese periodo.
En el tercer cuarto, las forasteras apretaron más en defensa, dándose una regla de tres inversa: a más faltas, las personales caían en el otro equipo según el criterio arbitral, que pitaba algunas veces al son que les marcaba el humor de Cristina Cantero, la entrenadora rival. Ese tercer cuarto fue para las de Vigo por 22-26, aunque el equipo hospitalario seguía al frente del marcador, merced a lo realizado hasta el descanso.
Y en el último periodo, lo que decíamos al principio, “pájara” incluida, aunque hubo un momento que las de casa, con Mestres a la cabeza, supieron defender bien dos ataques del rival y estiraron la goma para ponerse a 11 puntos cuando llegaron a estar a 8 y a 3, por tanto, de empatar la eliminatoria.
En Murcia, si las cuentas no nos fallan, el rival será el Granada, último verdugo de las de naranja y ante el que no habrá margen de error si se quiere llegar a la final y tener opciones de regresar a Liga Endesa una temporada después.
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