Predicar en el desierto

La locución “predicar en el desierto” es de origen bíblico; está basada en la expresión “voz que clama en el desierto”, y ha sido citada en la religión católica por los cuatro evangelistas. Con profundo respeto me la adueño en este día para expresar el recelo, la angustia, el desfallecimiento, la desconfianza, la lasitud y la extenuación del que llama a puertas cerradas, de aquel que se enfrenta ante un muro de silencio y se siente no solo no escuchado, sino inexistente.

Esto me ha ocurrido en numerosas ocasiones cuando he clamado –como hacen algunos zamoranos que luchan sin tregua- ante las autoridades locales, autonómicas y nacionales para favorecer a la provincia de Zamora, para urgir una solución ante la galopante huida y consiguiente vaciamiento de los pueblos, para instarles a que se conforme una autonomía leonesa que englobe las provincias de León, Zamora y Salamanca; para valorar el mundo rural y el trabajo de agricultores y ganaderos; para reconocer el enorme patrimonio lingüístico, paisajístico y cultural de esta tierra y un largo etc. de ideas, solicitudes, y propuestas con el fin de resurgir una provincia que languidece sin remedio y no parece importar a nadie.

Existen ejemplos notables de la desconsideración, desde los propios zamoranos en primer lugar, y de las instituciones en segundo; con esa manera de ser que tenemos de no dar relevancia a nada propio, de no valorar la riqueza de esta provincia, de no exigir lo que por ley nos corresponde… que dejamos arruinarse iglesias, palomares o reductos arqueológicos en medio del campo, sin otorgarles la menor importancia. 

Pese a que se están haciendo esfuerzos considerables, toda la provincia debería estar más publicitada de cara al exterior de sus propios dominios. Zamora es una ruta golosa para conocerla en unos días, ofreciendo al turista un calendario de actividades en la capital y en sus diferentes comarcas, Disponemos de: rutas, humedales, gastronomía, paisaje, cultura, románico… y un sinfín de fortalezas que se engloban en una provincia variopinta si se quiere y se sabe explotar; y cuando nos prometan algo para su beneficio, a ver si no lo olvidamos y somos capaces de exigir aquello que, en justicia, se nos prometió un día.

Mientras tanto, mientras algunos continuemos con ganas de seguir luchando, seguiremos alzando la voz hasta que la escuchen, sin desfallecer, aunque duela la falta de interés y de compromiso político para con los ciudadanos de esta Zamora tan necesitada y aunque duela todavía más la indiferencia de los zamoranos. Vamos a continuar denunciando, aportando ideas, desplegando proyectos e iniciativas hasta que nos escuche alguien con la suficiente responsabilidad para llevarlas a cabo, porque hay mucho trabajo por hacer, el tiempo es finito y solo la perspectiva de desfallecer es otorgar la victoria a los abúlicos.

Mª Soledad Martín Turiño