PATRIMONIO
El Ayuntamiento actúa en lo suyo, el Ministerio pasa de lo nuestro, como la muralla
San Bernabé, el Mengue o Degolladero llevan años con desprendimientos sobre los que no se interviene
Recientemente, después de la suspensión por el comienzo de la semana santa, el ayuntamiento ha iniciado trabajos de conservación en la zona de las peñas de Santa Marta, concretamente en los muros adosados pero que no son muralla. Sin irnos muy lejos en el tiempo desde esta mismas páginas dábamos cuenta de unos desprendimientos en el muro del paseo ribereño entre el puente de Piedra y Olivares que habían merecido de momento tan solo y a pesar del riesgo de que se produjeran nuevos desprendimientos la mínima señalización. Con su reparación prevista, quedamos más seguros quienes transitamos con frecuencia, o pudieran hacerlo casualmente por estos lugares.
Hacía falta, como otros desprendimientos de la muralla también tienen buena necesidad de actuación, pero no tienen la misma consideración. Ya no, porque sean competencia por corresponder su titularidad al ministerio de Cultura, sino por no encontrarse en sitios tan visibles y frecuentados como los anteriores. Y, a veces tratándose tan solo de reponer una simple piedra, que minimizaría problemas posteriores, porque una reparación a tiempo, la realice la administración que la realice, puede evitar daños mayores.
No, no nos referimos al rincón de muralla del Degolladero, que a día de hoy, comparte nombre de calle con otros tramos y se hace llamar, ronda de Puerta Nueva, donde unos buenos pedruscos, llevan décadas asentados sobre el jardín. Hay más. En el tramo de muralla del paseo del Duero paralelo al Mengue, junto a la puerta de Tajamar, piedras de gran tamaño, llevan tiempo en la zona verde. Desde el camino difícilmente pueden apreciarse, ya que las hierbas, de donde un día hubo jardín las ocultan con su gran tamaño. El hueco dejado en el muro, lo ocupa ahora un árbol que crece en la verticalidad de la pared, y cuyos daños por la crecida de sus raíces, no parece inquietar a nadie, el tiempo dará cuenta de lo que hoy no quieren apreciar.
Tampoco es que se vean las piedras asentadas en el terreno porque las malvas de gran altura y florecimiento lo impiden. Unas vallas situadas en el esquinazo de muralla, que bien de tiempo llevan, hacen notar en el parque de San Bernabé, la necesidad de recolocación y afianzamiento, antes de que se produzcan daños mayores en esa parte. De menor tamaño, de momento, también hay rocas que se han soltado de la fortaleza, en otras partes, como en el parque de San Martín de Abajo, allí siguen, pendientes de la reposición a su sitio, aunque cualquiera se las puede llevar. Se precisas un plan más ambicioso y completo, para las murallas de Zamora, pero también conviene las intervenciones puntuales y de urgencia, no solo para las zonas más visibles como se está realizando.
Manuel Herrero Alonso
Recientemente, después de la suspensión por el comienzo de la semana santa, el ayuntamiento ha iniciado trabajos de conservación en la zona de las peñas de Santa Marta, concretamente en los muros adosados pero que no son muralla. Sin irnos muy lejos en el tiempo desde esta mismas páginas dábamos cuenta de unos desprendimientos en el muro del paseo ribereño entre el puente de Piedra y Olivares que habían merecido de momento tan solo y a pesar del riesgo de que se produjeran nuevos desprendimientos la mínima señalización. Con su reparación prevista, quedamos más seguros quienes transitamos con frecuencia, o pudieran hacerlo casualmente por estos lugares.
Hacía falta, como otros desprendimientos de la muralla también tienen buena necesidad de actuación, pero no tienen la misma consideración. Ya no, porque sean competencia por corresponder su titularidad al ministerio de Cultura, sino por no encontrarse en sitios tan visibles y frecuentados como los anteriores. Y, a veces tratándose tan solo de reponer una simple piedra, que minimizaría problemas posteriores, porque una reparación a tiempo, la realice la administración que la realice, puede evitar daños mayores.
No, no nos referimos al rincón de muralla del Degolladero, que a día de hoy, comparte nombre de calle con otros tramos y se hace llamar, ronda de Puerta Nueva, donde unos buenos pedruscos, llevan décadas asentados sobre el jardín. Hay más. En el tramo de muralla del paseo del Duero paralelo al Mengue, junto a la puerta de Tajamar, piedras de gran tamaño, llevan tiempo en la zona verde. Desde el camino difícilmente pueden apreciarse, ya que las hierbas, de donde un día hubo jardín las ocultan con su gran tamaño. El hueco dejado en el muro, lo ocupa ahora un árbol que crece en la verticalidad de la pared, y cuyos daños por la crecida de sus raíces, no parece inquietar a nadie, el tiempo dará cuenta de lo que hoy no quieren apreciar.
Tampoco es que se vean las piedras asentadas en el terreno porque las malvas de gran altura y florecimiento lo impiden. Unas vallas situadas en el esquinazo de muralla, que bien de tiempo llevan, hacen notar en el parque de San Bernabé, la necesidad de recolocación y afianzamiento, antes de que se produzcan daños mayores en esa parte. De menor tamaño, de momento, también hay rocas que se han soltado de la fortaleza, en otras partes, como en el parque de San Martín de Abajo, allí siguen, pendientes de la reposición a su sitio, aunque cualquiera se las puede llevar. Se precisas un plan más ambicioso y completo, para las murallas de Zamora, pero también conviene las intervenciones puntuales y de urgencia, no solo para las zonas más visibles como se está realizando.
Manuel Herrero Alonso



















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