PRIMERA RFEF
El Zamora CF desciende, tras ser goleado en Logroño (4-1) y ganar Dux
Los rojiblancos mostraron todas las carencias que les han condenado a formar parte de un equipo comparsa, del montón, en esta temporada
Si hace un año el Zamora CF ascendía con todos los honores, ahora desciende de categoría con oprobio, goleado en Las Gaunas por el Logroñés. La debilidad en el juego aéreo, los despistes defensivos y la falta de agresividad sobre el césped condenaron a los rojiblancos en esta tarde de primavera y sudor, de calor e ignominia, que empezó con un gol de chiste, a la salida de un córner, de Guarrochena, sin marca en el centro del área, para cabecear sin oposición. Empató después, en el minuto, 7, Ramos, tras una gran acción de Baselga, el mejor en Las Gaunas. Aguantaron los rojiblancos hasta casi el final de la primera entrega del partido, cuando Dubasin recibe en el área zamorana, vigilado por tres defensas, los burla y bate a Pau Torres. Con esa ventaja mínima concluyó el primer periodo.
Y después, en la segunda parte, las carencias de esta plantilla se enfatizaron, porque el Logroñés, un equipo muy veterano y agresivo, aprovechó para anotar por arriba y por abajo. Goles de Guarrochena, minuto 65, de tiro raso, y de Arregui, de cabeza, a saque de una falta botada desde la medular, minuto 69.
De poco había servido que Herrera saliese por Dani Hernández, poco antes, y que Dongou, retrasase su posición, porque el Zamora tocaba y tocaba, pero sin profundidad, pasecitos inocentes. Los rojiblancos ya se habían rendido, como si supieran que la categoría ya estaba perdida, pues el Dux ya ganaba al Real Unión por una diferencia clara: 2-0.
También jugarían veinte minutos Yanis y Assan, que salieron al terreno de juego por Juanan y Jorge Fernández, y sus compañeros de Kepa y Losada, que entraron por Dongou y Baselga.
Al Zamora no le ganó hoy un superequipo, sino un conjunto veterano y agresivo, que presionó la salida de la pelota desde la defensa; que tiene gente poderosa en el juego aéreo y con experiencia, que sabe, en definitiva, cuáles son sus virtudes y cuáles sus defectos. Un equipo que solo marca 24 goles en esta temporada, no puede competir ni con los peores de la categoría. Ridículo.
La plantilla que confeccionó el hermano del presidente, César Villafañe, se construyó para el descenso, para no pelear por nada. Ni envergadura física, ni carácter, ni medios centros defensivos, ni arietes clásicos, ni delanteros centros hábiles. Movilla consintió, pero anunció que hasta la Navidad el equipo lo iba a pasar mal…y lo pasó. Después llegó Iglesias, con el que se quiso jugar bonito. Pero este descenso del club rojiblanco no se debe que Movilla o Iglesias no sepan de fútbol, sino a que no se fichó lo que necesitaba la plantilla del doble ascenso.
Convencido estoy, aunque sea una ucronía futbolística, que a la plantilla que ascendió a la Primera División RFEF, con unos cuantos refuerzos, habría realizado una buena campaña. Pero se fichó sin cabeza, sin conocimiento, por inercia o por comodidad.
Al final del partido, los jugadores que quieren al club, Parra, Ramos, Dani Hernández, lloraron con amargura. Quizá la próxima temporada celebremos otro ascenso, siempre que Villafañe se comporte como un auténtico profesional. Porque en el fútbol no hay amigos, ni familia. Solo la verdad de ganar o perder.
Si hace un año el Zamora CF ascendía con todos los honores, ahora desciende de categoría con oprobio, goleado en Las Gaunas por el Logroñés. La debilidad en el juego aéreo, los despistes defensivos y la falta de agresividad sobre el césped condenaron a los rojiblancos en esta tarde de primavera y sudor, de calor e ignominia, que empezó con un gol de chiste, a la salida de un córner, de Guarrochena, sin marca en el centro del área, para cabecear sin oposición. Empató después, en el minuto, 7, Ramos, tras una gran acción de Baselga, el mejor en Las Gaunas. Aguantaron los rojiblancos hasta casi el final de la primera entrega del partido, cuando Dubasin recibe en el área zamorana, vigilado por tres defensas, los burla y bate a Pau Torres. Con esa ventaja mínima concluyó el primer periodo.
Y después, en la segunda parte, las carencias de esta plantilla se enfatizaron, porque el Logroñés, un equipo muy veterano y agresivo, aprovechó para anotar por arriba y por abajo. Goles de Guarrochena, minuto 65, de tiro raso, y de Arregui, de cabeza, a saque de una falta botada desde la medular, minuto 69.
De poco había servido que Herrera saliese por Dani Hernández, poco antes, y que Dongou, retrasase su posición, porque el Zamora tocaba y tocaba, pero sin profundidad, pasecitos inocentes. Los rojiblancos ya se habían rendido, como si supieran que la categoría ya estaba perdida, pues el Dux ya ganaba al Real Unión por una diferencia clara: 2-0.
También jugarían veinte minutos Yanis y Assan, que salieron al terreno de juego por Juanan y Jorge Fernández, y sus compañeros de Kepa y Losada, que entraron por Dongou y Baselga.
Al Zamora no le ganó hoy un superequipo, sino un conjunto veterano y agresivo, que presionó la salida de la pelota desde la defensa; que tiene gente poderosa en el juego aéreo y con experiencia, que sabe, en definitiva, cuáles son sus virtudes y cuáles sus defectos. Un equipo que solo marca 24 goles en esta temporada, no puede competir ni con los peores de la categoría. Ridículo.
La plantilla que confeccionó el hermano del presidente, César Villafañe, se construyó para el descenso, para no pelear por nada. Ni envergadura física, ni carácter, ni medios centros defensivos, ni arietes clásicos, ni delanteros centros hábiles. Movilla consintió, pero anunció que hasta la Navidad el equipo lo iba a pasar mal…y lo pasó. Después llegó Iglesias, con el que se quiso jugar bonito. Pero este descenso del club rojiblanco no se debe que Movilla o Iglesias no sepan de fútbol, sino a que no se fichó lo que necesitaba la plantilla del doble ascenso.
Convencido estoy, aunque sea una ucronía futbolística, que a la plantilla que ascendió a la Primera División RFEF, con unos cuantos refuerzos, habría realizado una buena campaña. Pero se fichó sin cabeza, sin conocimiento, por inercia o por comodidad.
Al final del partido, los jugadores que quieren al club, Parra, Ramos, Dani Hernández, lloraron con amargura. Quizá la próxima temporada celebremos otro ascenso, siempre que Villafañe se comporte como un auténtico profesional. Porque en el fútbol no hay amigos, ni familia. Solo la verdad de ganar o perder.



















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