SECTOR PRIMARIO
Sin agricultores y ganaderos, no hay vida
San Isidro no existe. Los agricultores y ganaderos se encomiendan a los santos, pero los de sus labores, sudores y desvelos. El Estado siempre veló por el sector agropecuario. Ahora bien, la entrada en Europa obligó al felipismo a realizar una silente y brutal reconversión agropecuaria. Muchas ayudas, que fueron pan de hoy y hambre de mañana, la PAC y poco más. Francia no hubiera consentido que la agricultura y la ganadería española compitiesen con su sector primario.
Zamora ha sufrido más que otras provincias esa transformación agropecuaria. La gente joven dejó sus tierras para irse a trabajar a las ciudades. Se prefería un salario fijo antes que jugarse la cosecha a los caprichos de la naturaleza, a primaveras y otoños de sequía y a heladas anacrónicas. Solo se quedaron los que amaban tradiciones, los que apostaron por el riesgo y quisieron ser propietarios de las tierras de sus familias y recoger los frutos de su trabajo.
No se olvide el urbanita que el campo exige inversiones extraordinarias. El profesional se ha jugado su patrimonio para modernizar sus instalaciones, porque ya no se podía labrar las tierras como hace medio siglo. El auténtico revolucionario, el que no se doblegó, el que prefirió la libertad al sueldo fijo para toda la vida hallase el sector primario. En verdad, en las tierras zamoranas permanecen hoy, 15 de abril de 2022, las personas más progresistas. Y si hay sindicatos necesarios, que dan la cara por sus afiliados, que critican y protestan, que buscan y hallan, esos son los del campo.
Las manifestaciones más importantes que se celebran en la capital de la provincia las lidera el sector primario, mientras la gente suele mirar sin explicarse nada, si preguntarse por las razones de esas protestas. E ignoran que no comeríamos ni pan, ni carne, ni legumbres, ni hortalizas si no fuera por nuestro sector primarios, por nuestros paisanos en el campo. Vivimos del campo, somos los que somos, por nuestras tierras y las cultivan. Zamora no sería nada sin su sector primario y, si ha ido a menos, hasta encontrarse en un grave coma económico, se ha debido a la postración de agricultura y ganadería. Esta ciudad y su provincia solo tendrán futuro cuando crean en su sector primario.
Hoy, festividad de San Isidro, hay que exigir a este ejecutivo de urbanitas y al gobierno de Castilla y León más políticas agrarias y ganaderas que contribuyan a potenciar el sector primario, única vía para detener el avance del desierto demográfico que padecemos. Hay una -España vacía o vaciada a golpes de decisiones políticas; pero hay una España de cerebros vacíos, las de aquellos que gobiernan, que cobran salarios incompatibles con sus capacidades intelectuales, que tiran el dinero público en propagandas embusteras, que se han olvidado que lo que comen desde que se despiertan al alba hasta que restauran sus cuerpos al ocaso del sol lo producen agricultores y ganaderos de esa España a la que olvidaron y humillaron.
¡Viva este San Isidro progresista, este santo de los que trabajan, cuida, miman y extraen el néctar de la vida de la tierra!
Eugenio-Jesús de Ávila
San Isidro no existe. Los agricultores y ganaderos se encomiendan a los santos, pero los de sus labores, sudores y desvelos. El Estado siempre veló por el sector agropecuario. Ahora bien, la entrada en Europa obligó al felipismo a realizar una silente y brutal reconversión agropecuaria. Muchas ayudas, que fueron pan de hoy y hambre de mañana, la PAC y poco más. Francia no hubiera consentido que la agricultura y la ganadería española compitiesen con su sector primario.
Zamora ha sufrido más que otras provincias esa transformación agropecuaria. La gente joven dejó sus tierras para irse a trabajar a las ciudades. Se prefería un salario fijo antes que jugarse la cosecha a los caprichos de la naturaleza, a primaveras y otoños de sequía y a heladas anacrónicas. Solo se quedaron los que amaban tradiciones, los que apostaron por el riesgo y quisieron ser propietarios de las tierras de sus familias y recoger los frutos de su trabajo.
No se olvide el urbanita que el campo exige inversiones extraordinarias. El profesional se ha jugado su patrimonio para modernizar sus instalaciones, porque ya no se podía labrar las tierras como hace medio siglo. El auténtico revolucionario, el que no se doblegó, el que prefirió la libertad al sueldo fijo para toda la vida hallase el sector primario. En verdad, en las tierras zamoranas permanecen hoy, 15 de abril de 2022, las personas más progresistas. Y si hay sindicatos necesarios, que dan la cara por sus afiliados, que critican y protestan, que buscan y hallan, esos son los del campo.
Las manifestaciones más importantes que se celebran en la capital de la provincia las lidera el sector primario, mientras la gente suele mirar sin explicarse nada, si preguntarse por las razones de esas protestas. E ignoran que no comeríamos ni pan, ni carne, ni legumbres, ni hortalizas si no fuera por nuestro sector primarios, por nuestros paisanos en el campo. Vivimos del campo, somos los que somos, por nuestras tierras y las cultivan. Zamora no sería nada sin su sector primario y, si ha ido a menos, hasta encontrarse en un grave coma económico, se ha debido a la postración de agricultura y ganadería. Esta ciudad y su provincia solo tendrán futuro cuando crean en su sector primario.
Hoy, festividad de San Isidro, hay que exigir a este ejecutivo de urbanitas y al gobierno de Castilla y León más políticas agrarias y ganaderas que contribuyan a potenciar el sector primario, única vía para detener el avance del desierto demográfico que padecemos. Hay una -España vacía o vaciada a golpes de decisiones políticas; pero hay una España de cerebros vacíos, las de aquellos que gobiernan, que cobran salarios incompatibles con sus capacidades intelectuales, que tiran el dinero público en propagandas embusteras, que se han olvidado que lo que comen desde que se despiertan al alba hasta que restauran sus cuerpos al ocaso del sol lo producen agricultores y ganaderos de esa España a la que olvidaron y humillaron.
¡Viva este San Isidro progresista, este santo de los que trabajan, cuida, miman y extraen el néctar de la vida de la tierra!
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