CON LOS CINCO SENTIDOS
Cuenta conmigo
Leo lo que me escribes y me desmorono, siento que mis palabras, por muy sinceras que sean ya que salen de lo más profundo de mi corazón, y mi compañía, no te sean suficientes para aplacar esa desazón que te provoca la durísima vida que intentas sobrellevar. Lo sé. Tuviste mala suerte casi desde siempre, eres diferente desde entonces y la gente, sin pudor alguno, porque no lo tienen, te mira de soslayo, susurra a tu paso y te señala con el dedo.
Dices que te sientes como una muñeca de porcelana, un pajarillo enjaulado al que no dejan salir por miedo a que se rompa, como ya te has roto una y mil veces. Pero no sólo te has roto por fuera, las fracturas también las tienes en tu interior. Hay que tener una fortaleza de titán para aguantar esta vida que te ha tocado en la rueda de la fortuna, y lo haces siempre con una contagiosa sonrisa y un optimismo que la gente no logra comprender y cuando la gente no entiende algo, en lugar de callar, habla y critica porque no sabe una mierda y hablar es gratuito, bien lo sabes.
El mundo está lleno de “abraza farolas” que no saben lo que es vivir con dolor o con una discapacidad. En lugar de allanarte el terreno, te ponen más obstáculos, llegan a pensar que lo único que pueden sentir por ti, amiga mía, es lástima. No. Cuán equivocados están. No quieres esa lástima, no la necesitas, necesitas a la gente y una buena dosis de normalidad que los demás te niegan por sistema. Tu diferencia los hace más mediocres y antes que conocerte de veras o intentarlo al menos, prefieren reírse de ti, de tu forma de hablar, de andar, de ser, de estar.
Yo prefiero estar contigo y compartir tus miedos, tus risas que son carcajadas al viento sonoras y múltiples que me llenan de vida. Porque si estuviera en tu lugar, amiga, no sabría cómo hacer para ser tú. Te admiro, envidio tu fortaleza para afrontar la situación en la que esta vida te ha puesto a traición sin contar contigo.
Pero puedes estar segura de algo, cuenta conmigo siempre que te atenacen los sentimientos más deprimentes o los días más grises, cuenta conmigo cuando los rayos y los truenos se apoderen de tu jaula y te moje la lluvia entre los barrotes. Cuenta conmigo, porque te quiero.
Nélida L. del Estal Sastre
Leo lo que me escribes y me desmorono, siento que mis palabras, por muy sinceras que sean ya que salen de lo más profundo de mi corazón, y mi compañía, no te sean suficientes para aplacar esa desazón que te provoca la durísima vida que intentas sobrellevar. Lo sé. Tuviste mala suerte casi desde siempre, eres diferente desde entonces y la gente, sin pudor alguno, porque no lo tienen, te mira de soslayo, susurra a tu paso y te señala con el dedo.
Dices que te sientes como una muñeca de porcelana, un pajarillo enjaulado al que no dejan salir por miedo a que se rompa, como ya te has roto una y mil veces. Pero no sólo te has roto por fuera, las fracturas también las tienes en tu interior. Hay que tener una fortaleza de titán para aguantar esta vida que te ha tocado en la rueda de la fortuna, y lo haces siempre con una contagiosa sonrisa y un optimismo que la gente no logra comprender y cuando la gente no entiende algo, en lugar de callar, habla y critica porque no sabe una mierda y hablar es gratuito, bien lo sabes.
El mundo está lleno de “abraza farolas” que no saben lo que es vivir con dolor o con una discapacidad. En lugar de allanarte el terreno, te ponen más obstáculos, llegan a pensar que lo único que pueden sentir por ti, amiga mía, es lástima. No. Cuán equivocados están. No quieres esa lástima, no la necesitas, necesitas a la gente y una buena dosis de normalidad que los demás te niegan por sistema. Tu diferencia los hace más mediocres y antes que conocerte de veras o intentarlo al menos, prefieren reírse de ti, de tu forma de hablar, de andar, de ser, de estar.
Yo prefiero estar contigo y compartir tus miedos, tus risas que son carcajadas al viento sonoras y múltiples que me llenan de vida. Porque si estuviera en tu lugar, amiga, no sabría cómo hacer para ser tú. Te admiro, envidio tu fortaleza para afrontar la situación en la que esta vida te ha puesto a traición sin contar contigo.
Pero puedes estar segura de algo, cuenta conmigo siempre que te atenacen los sentimientos más deprimentes o los días más grises, cuenta conmigo cuando los rayos y los truenos se apoderen de tu jaula y te moje la lluvia entre los barrotes. Cuenta conmigo, porque te quiero.
Nélida L. del Estal Sastre






















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