Redacción
Lunes, 25 de Julio de 2022
INCENDIOS FORESTALES

Diferencias entre el pirómano y el incendiario

Incendio de Vegalatrave

 

Los incendiarios son personas que incendian con premeditación, por afán de lucro o por maldad? (definición de la RAE) y, en este sentido, todos tenemos estos días muy presente esta acepción, relacionada con los intereses económicos o de otro tipo, tras la quema de terrenos forestales o de tierras de labor.  

 

Sin embargo, se suele utilizar el término pirómano en su lugar, cuando hay una diferencia fundamental: el pirómano es una persona con un trastorno del control de los impulsos de quemar algo, de control de su conducta, mientras que un incendiario no es un enfermo. Aunque ambos generan fuegos de forma intencionada. 

 

A diferencia del incendiario, el pirómano nunca se mueve por fines políticos, vengantivos o económicos. Sin embargo, un incendiario puede que no disfrute viendo el fuego, pero sí lo hace o se lucra de sus consecuencias, del daño que causa a terceras personas.

 

Perfil del pirómano

 

Para que podamos hablar de piromanía, el sujeto ha de cumplir una serie de requisitos según el manual de referencia en Psicología DSM-V. Estos criterios son los siguientes:

 

Que la persona haya provocado incendios en más de una ocasión.

 

Que la persona que provoca el fuego tenga fascinación por el fuego. La persona pirómana está encantada con el fuego, lo disfruta, le apasiona e incluso en algunos casos la literatura habla de llegar a sentir ‘un orgasmo’ al verlo.

 

La persona siente tensión antes de provocar el incendio. Siente emociones de activación emocional que necesita ‘romper’ solo si incendia ‘algo’.

 

Después del incendio la persona tiene alivio y bienestar por provocar el fuego, nunca por satisfacción de haber hecho daño a alguien, en todo caso satisfacción de haber conseguido ‘algo grande’ para él.

 

La persona no provoca el incendio por motivos económicos, ni políticos, ni convicciones religiosas. Nada que ver con esto. En todo caso la persona lo provoca porque se siente bien al realizarlo.

 

El perfil del pirómano medio es un hombre de mediana edad, con un cociente intelectual relativamente bajo, sin llegar a tener retraso mental, que además suele consumir alcohol en el momento que lo realiza. No es necesario que esté borracho, solamente el tener unas copas de más le facilita atreverse a hacer ‘eso que tanto placer le produce: provocar fuego’. Además es habitual que desde pequeño le haya gustado el fuego.

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