Martes, 16 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Lunes, 25 de Julio de 2022
RES PÚBLICA

Las purgas izquierdistas ayer y hoy

[Img #68266]Si España, o lo que va quedando de ella, no fuera una democracia, sui géneris, cierto, pero formalmente lo parece, sino un régimen marxista, gente como Carolina Bescansa, Íñigo Errejón, Tania González, que llegó ahí no por mujer, sino por pareja del Lenin de Vallecas, Pablo Iglesias, y ahora Enrique Santiago, ideólogo de las FRAP, castrista y comunista, ahora estarían en la cárcel del pueblo como mal menor. Las dictaduras de ultra izquierda, como fueron la U.R.S.S, la China de Mao, la Cuba de Castro, cada cierto tiempo, se purgan: eliminan a aquellos dirigentes, de su misma ideológica, que ponen en duda los criterios y la ortodoxia del gran líder. Porque el enemigo en las dictaduras comunistas siempre está en casa.

 

Ahora, una mediocre de libro, la tal Jone Belarra, elimina a Santiago, un apparátchik clásico. Lo destituye para castigar a su rival, otra comunista, ideologías idénticas, con ciertos matices, Yolanda Díaz. Y eleva a la hija de Verstrynge, que pasó de ser nazi a comunista en un padrenuestro, a secretaria de Estado. Otra niña bien criada que quiere representar a los obreros. Detrás de estas maniobras, de nuevo, Pablo Iglesias, una vez cortada la coleta, dispuesto a asaltar los cielos de lo que queda de (des) Unidas Podemos. Pero ¿qué van pudiendo?

 

Todas las religiones, cristianismo e islam, ha ido eliminando, purgando, destruyendo a los heterodoxos. Las izquierdas de Marx, otra religión, pagana, la que apareció después de que Nietzsche diera por muerto a Dios, adoptan idéntico comportamiento catártico. Ya digo. Tienen mucha suerte los antes citados de vivir en una democracia, de muy baja calidad, casi destrozada por el sanchismo, y no en un sistema como el comunista, porque en lo que fue la URSS, la China maoísta y la actual y la  Cuba castrista ya no lo contarían.

 

Al lector que desconozca la historia de la URSS, le invito a leer en qué consistieron los Juicios de Moscú, conocidos como la Gran Purga (1936-1938), donde fueron condenados a muerte los bolcheviques más destacados, los más cercanos a Lenin, durante el golpe de Estado de octubre de 1917. El fiscal general se llamaba Vyshinski, al que la dimitida Dolores Delgado, fiscal general de Pedro Sánchez, intentó imitar, y que ahora, su sucesor emulará. Verbigracia: no quiere que se juzgue a los jefes de la ETA que ordenaron el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Al fin y al cabo, todos son comunistas.

 

Mao también se inventó la Revolución Cultural, conocida como la Gran Revolución Cultural Proletaria (1966), tras el monumental fracaso del Gran Salto Adelante (1959-1961), en el que fallecieron entre 15 y 45 millones de chinos, víctimas de terribles hambrunas.

 

Los hermanos Castro también ejecutaron sus purgas. 13 de julio de 1989, el militar más laureado de Cuba, fue fusilado. En poco menos de un mes, Ochoa, de 59 años, pasó de héroe de la república a ser detenido, juzgado y ejecutado por narcotráfico y alta traición. La misma suerte corrieron el coronel Antonio Tony de la Guardia y los oficiales Amado Padrón y Jorge Trujillo. Todos estos héroes carecieron de defensa.

 

Raúl Castro, el hermanísimo, expulsó, en 2009, a dos pesos pesados del régimen: el ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque y el vicepresidente Carlos Lage. Fidel Castro los calificó de “indignos” y les acusó de dejarse seducir por «las mieles del poder». Lage, según el escritor Carlos Alberto Montaner, «coqueteaba con las ideas democráticas y se vendía como el Adolfo Suárez caribeño».

 

No obstante, Pedro Sánchez, socialista con querencias totalitarias, cuando todavía queda, según se dice en la prensa del foro, año y medio para las próximas legislativas, depuró, en su primera crisis de Gobierno, al 40% de sus ministros, siete, todos del PSOE, porque los de Unidas Podemos, aparecen como intocables. Recuerdo nombres y cargos:

Carmen Calvo, vicepresidenta 1ª

José Luis Ábalos, Transportes

Juan Carlos Campos, Justicia, pareja de la presidenta del Congreso de Diputados

Arancha González Laya, Asuntos Exteriores.

Isabel Celaá. Educación

José Manuel Rodriguez Uribes, Cultura

Pedro Duque, Ciencia e Innovación.

También sería purgado Iván Redondo, consejero áulico del presidente. Y hace unos días, dimiten o son destituidos, hechos inexplicables que escapan a la razón, por razones médicas, la número 2 del PSOE, Lastra, y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado. Además el presidente, que lo es del Gobierno y del PSOE -secretario general-, le dijo adiós, un si te he visto no me acuerdo, a Felipe Sicilia, portavoz del partido, y a Héctor Gómez, portavoz parlamentario.

 

Un comunista, en la España incendiada, moral y físicamente, no corre peligro alguno.  Puede ser destituido, apartado del pesebre del partido, pero nada más, que ya es mucho. Un chollo. Pero formar parte de la elite de un partido gobernante en una dictadura marxista resultó siempre muy peligroso.

 

Estos datos forman parte de la Historia. El analfabeto rojeras puede reírse. Lógico en badulaques, malandrines y botarates, gente desinformada, ágrafa y de escaso intelecto, almas pías que creen que el comunismo es la religión del paraíso en la tierra. Estos cándidos quizá perderían la risa si vivieran en una dictadura comunista.

 

Besteiro, un socialista lígrimo, culto, catedrático, lo manifestó un 6 de marzo de 1939, desde los micrófonos de Unión Radio, en Madrid: “La verdad real: estamos derrotados por nuestras propias culpas (…) Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior, se ha convertido en un crimen monstruoso que supera en mucho las más macabras concepciones de Dostoievski y de Tolstoi. La reacción contra ese error de la república de dejarse arrastrar a la línea bolchevique la representan genuinamente, sean los que quieran sus defectos, los nacionalistas (franquistas) que se han batido en la gran cruzada anti-Komintern” (en referencia al bando nacional).

Lamentablemente, en el PSOE de Pedro Sánchez, no hay ningún Besteiro. Ni por asomo. Solo cobistas con terror a perder las bicocas del Senado, Congreso de Diputados a alguna Baronía autonómica. De pena. Dan pena.

 

Azaña, en sus diarios, calificaba a los políticos de izquierda de la República. ¡Qué diría hoy de esta tropa!; Política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta" / "Insufrible por su inepcia, injusticia, mezquindad o tontería". "Obtusos", "loquinarios", "botarates", "gente impresionable, ligera, sentimental y de poca chaveta" / (Sobre los políticos radicales de izquierda en sus Diarios.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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