DENUNCIAS
Los partidos políticos, reos del abandono de nuestro campo y de los incendios
Decisiones políticas de los gobiernos centrales ocasionaron el abandono de nuestros pueblos por parte de los jóvenes

Sánchez, máxima autoridad en el conocimiento del génesis de los fuegos, aseguró, ex cátedra, que se deben al cambio climático. El problema de los incendios, como el de la despoblación, el envejecimiento y la falta de actividad económica de nuestra provincia, radica en el pasotismo político, del PP y del PSOE, hacia nuestra provincia, porque, como cada vez somos menos y más mayores, se nos toma a cachondeo.
El consejero de Medio Ambiente, político esencial en que las grandes empresas obviaran construir la Biorrefinería en Barcial, por ahorrar dinero, con destino a, verbigracia, al clientelismo político, sin la corrupción del PSOE de Andalucía con los ERE, consideró superfluo contratar todo el año a personas para limpiar los bosques de Zamora. Quiso ahorrar a cuenta de los míseros zamoranos para gastárselo en ciudades y provincias que ofrecen más dividendos electorales. Pasotismo. Desprecio. No somos nadie.
Nos han prometido paliar este destrozo de nuestra naturaleza y esta derrota económica de los zamoranos. Mi escepticismo no cree en la palabra de los políticos. Creeré cuando vea. Soy un apóstol Tomás del periodismo. Solo un partido zamorano, formado por personas que quieran contribuir a la transformación real de nuestra provincia, sin profesionales, sin gente como la que conforman PP y PSOE, podría cambiar esta deriva hacia el abismo demográfico y económico de Zamora.
Mientras otras provincias de Castilla y León, una autonomía sin calado, en la que pocos creen, protagonizan noticias por inversiones industriales extraordinarias, la silente Zamora solo sale en los telediarios cuando acontecen desgracias como la de los incendios en la Sierra de la Culebra y Losacio o el vaciado del embalse de Ricobayo, hecho sucedido hace solo un año y del que ya nadie se acuerda.
Ahora el Gobierno central quiere, demagogia pura, grabar a las multinacionales energéticas, pero poco le importó nuestra provincia el año pasado. Nos enviaron a un secretario de Estado, hombre preparado, para apaciguar a los alcaldes de los pueblos afectados.
Los miles de personas que esta tarde, cuando el sol detuvo su camino hacia el ocaso para asistir a la protesta de los zamoranos, se manifestaron en la ciudad-pretérita no deberán olvidar nunca, cuando los convoquen a las urnas a los partidos que gobernaron España y la Junta en esta democracia de cartón-piedra, porque son los verdaderos culpables de nuestra decadencia, además, por supuesto, de nuestra apatía antropológica y cobardía. Ni el PP, ni el PSOE nos tendrán nunca en cuenta.
El felipismo, porque lo exigió Europa, ejecutó una reconversión agropecuaria brutal, silente, que vació nuestros campos. Y el PP hizo seguidismo económico del socialismo. Solo nos salvaremos nosotros, que debemos ser los verdugos de esta cadena que nos esclaviza, que nos ata a la miseria económica y social.

Sánchez, máxima autoridad en el conocimiento del génesis de los fuegos, aseguró, ex cátedra, que se deben al cambio climático. El problema de los incendios, como el de la despoblación, el envejecimiento y la falta de actividad económica de nuestra provincia, radica en el pasotismo político, del PP y del PSOE, hacia nuestra provincia, porque, como cada vez somos menos y más mayores, se nos toma a cachondeo.
El consejero de Medio Ambiente, político esencial en que las grandes empresas obviaran construir la Biorrefinería en Barcial, por ahorrar dinero, con destino a, verbigracia, al clientelismo político, sin la corrupción del PSOE de Andalucía con los ERE, consideró superfluo contratar todo el año a personas para limpiar los bosques de Zamora. Quiso ahorrar a cuenta de los míseros zamoranos para gastárselo en ciudades y provincias que ofrecen más dividendos electorales. Pasotismo. Desprecio. No somos nadie.
Nos han prometido paliar este destrozo de nuestra naturaleza y esta derrota económica de los zamoranos. Mi escepticismo no cree en la palabra de los políticos. Creeré cuando vea. Soy un apóstol Tomás del periodismo. Solo un partido zamorano, formado por personas que quieran contribuir a la transformación real de nuestra provincia, sin profesionales, sin gente como la que conforman PP y PSOE, podría cambiar esta deriva hacia el abismo demográfico y económico de Zamora.
Mientras otras provincias de Castilla y León, una autonomía sin calado, en la que pocos creen, protagonizan noticias por inversiones industriales extraordinarias, la silente Zamora solo sale en los telediarios cuando acontecen desgracias como la de los incendios en la Sierra de la Culebra y Losacio o el vaciado del embalse de Ricobayo, hecho sucedido hace solo un año y del que ya nadie se acuerda.
Ahora el Gobierno central quiere, demagogia pura, grabar a las multinacionales energéticas, pero poco le importó nuestra provincia el año pasado. Nos enviaron a un secretario de Estado, hombre preparado, para apaciguar a los alcaldes de los pueblos afectados.
Los miles de personas que esta tarde, cuando el sol detuvo su camino hacia el ocaso para asistir a la protesta de los zamoranos, se manifestaron en la ciudad-pretérita no deberán olvidar nunca, cuando los convoquen a las urnas a los partidos que gobernaron España y la Junta en esta democracia de cartón-piedra, porque son los verdaderos culpables de nuestra decadencia, además, por supuesto, de nuestra apatía antropológica y cobardía. Ni el PP, ni el PSOE nos tendrán nunca en cuenta.
El felipismo, porque lo exigió Europa, ejecutó una reconversión agropecuaria brutal, silente, que vació nuestros campos. Y el PP hizo seguidismo económico del socialismo. Solo nos salvaremos nosotros, que debemos ser los verdugos de esta cadena que nos esclaviza, que nos ata a la miseria económica y social.



























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