M ª Soledad Martín Turiño
Domingo, 31 de Julio de 2022
ZAMORANA

Agosto, relax ante un septiembre incierto

[Img #68419]En los albores de este mes de agosto, vacacional por excelencia, donde se dejan de lado el trabajo y los problemas de todo el año para permitirnos el lujo de un merecido ocio, un mes en que todavía se cierran empresas y servicios públicos, un periodo plagado de festejos en el calendario de casi todos los lugares de España; un tiempo de reencuentro en los pueblos, refugio de los hombres y mujeres que salieron hace años y este mes regresan a sus orígenes para reencontrarse con su vieja familia durante unos días; unas jornadas de permisividad, de festejos populares, de ausencia de horarios….

Este es también un tiempo curioso de rebajas en las tiendas de ropa que se adelantan para presentar la moda de otoño; y un tiempo en el que, paradójicamente, empiezan a venderse décimos para la lotería de Navidad. Parece que no fuéramos capaces de disfrutar el aquí y ahora, hemos de adelantarnos a lo que vendrá sin gozar del presente, y todo es por culpa de un marketing preestablecido que invita a consumir incesantemente.

Dice la gente que tras dos años de pandemia les resultaba “necesario” vacacionar, viajar, alejarse de los problemas del día a día y perderse en algún rincón hasta el regreso a la realidad un tiempo después. El septiembre, por lo general, se aprecia una nueva y dura cuesta (similar a la cuesta de enero): los niños regresan a las aulas y hay que comprar ropa, calzado y material escolar, lo que supone un coste que, no por sabido deja de ser importante; a ello se añade el aumento general de precios derivados del coste de la electricidad, de los carburantes, de la crisis energética, y de una guerra en nuestro continente que está causando gravísimos perjuicios; por supuesto, el más importante, la pérdida de vidas humanas de uno y otro bando.

Sí, al llegar septiembre, los astros confluyen para hacernos sentir mal: se ha terminado el tiempo de ocio, el regreso a la cotidianidad se nos antoja problemático, llegamos hartos, cansados y con la perspectiva de todo un año de trabajo (quien tiene la suerte de tenerlo), por delante.

Hay que prepararse para este otoño, que ya nos han advertido las autoridades políticas, será duro; pagaremos más por todo, y eso en el caso de que tengamos la suerte de tener energía (espero que las previsiones hechas por el gobierno se cumplan y no carezcamos de combustible básico: calefacción, carburante). Tendremos que hacer frente a una subida de precios ya de por sí elevada y que no está dando tregua. Baste decir que, según los últimos datos del INE, el pasado mes de diciembre se registró una descomunal subida de 6,7% en la tasa anual del Índice de Precios al Consumo (IPC), la más alta desde marzo de 1992; y esto no parece acabar aquí.

Con estos agoreros datos, más vale disfrutar a tope de este mes agosteño y prepararse para lo que llegue después, ya que la gente de a pie nada podemos hacer por evitarlo; tan solo confiar en la gestión de los políticos que nos gobiernan; así pues, habrá que reflexionar sobre el aserto de Madre Teresa: “Sé feliz en este momento, eso es suficiente. Cada momento es todo lo que necesitamos, no más”.

 

 

M ª Soledad Martín Turiño

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