Martes, 02 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Lunes, 22 de Agosto de 2022
PASIÓN POR ZAMORA

Zamora: cambios empresariales y políticos

[Img #68928]España está en crisis. Zamora lo ha estado siempre. Matizo: desde que el Estado, cuando el felipismo, desinvirtió. Una sociedad tan estática como la zamorana apenas cambia. Nadie cree en nada. La inercia marca la vida social.  Se cierran más comercios que se abren. San Torcuato es una especie de vida dolorosa. Santa Clara, salvo dos firmas zamoranas, una librería, joyerías y hostelería, solo funcionan bancos y franquicias. Negocio que se emprende, no tardan en cerrar. Una sociedad envejecida solo gasta en boticas.

 

La venta online más la reconversión agropecuaria ha causado un enorme daño el pequeño comercio. No hay fórmulas para recuperarlo. Si cada vez hay menos gente, si los jóvenes, que gustan gastar, no trabajan y se marchan lejos del solar patrio, la economía local camina hacia el abismo.

 

Como las instituciones públicas apenas se acuerdan de esta provincia, solo cuando se queman 60.000 hectáreas de bosque y se detiene a una pareja de delincuentes lusos somos noticia nacional. Zamora es primera página de periódicos y abre telediarios e informativos radiofónico merced a las noticias más lúgubres.

 

Los zamoranos, acostumbrados a cruzarnos de brazos, vemos como se nos va la vida, el progreso y el futuro sin exigir nada. Hay como un miedo a exigir a los poderes públicos. Se diría que se siente un miedo secular a los políticos, una especie de reminiscencia de la dictadura, como si por aquí no haya pasado la democracia. La apatía antropológica domina el ser zamorano.

 

Por no haber, ni hay intelectuales en esta tierra que encabecen las críticas a los que mandan. Los jóvenes, como no prevén un futuro en Zamora, pasan de rebelarse. En las manifestaciones, apenas reconozco gente en edad juvenil o de veintitantos años. Porque saben que su porvenir se halla en otras ciudades, autonomías y naciones, dependiendo de su preparación profesional.

 

Los que nos quedaremos aquí, cerca del Duero, para ver el vuelo de las cigüeñas, escondernos tras las nieblas del invierno y abrigarnos con las heladas de enero, ya somos muy mayores para iniciar una revolución social. Yo, como soy un zoon politikon, cerca de la jubilación, mantengo mí critica hacia todo y todos, hecho insólito en el periodismo local, siempre al servicio del amo político o empresarial. Quizá un día, cuando me canse de respirar esa mezcla, que exhala un olor hediondo, de caciquismo y vulgaridad, tome el camino del pueblo hebreo, porque, como cantaba Serrat, si me toca llorar es mejor frente al mar.

 

Zamora, no sé si se habrá muerto ya, pero ofrece síntomas de decrepitud social, cansancio espiritual y paz de camposanto. Quizá, si, cuando acabe el estío, conocemos algún movimiento empresarial y político, todavía nos quede tiempo para que está provincia encuentre un punto de inflexión social y económico.

Eugenio-Jesús de Ávila

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