ADIÓS
Despedida 9.0
Cada vez necesito escribir…más. Cada vez puedo escribir…menos
Esto es lo que me pasa ahora: así de fácil de escribir. Así de difícil de entender… de explicar.
Los acontecimientos personales, de enfermedad, del entorno empiezan a sobrepasar a las realidades, a la capacidad de auto-entenderte, a la opción de vislumbrar una salida… una puerta al exterior. Todas las puertas y ventanas son interiores. No tienen salida. No reciben la luz. No ventilan y renuevan las vidas ya agotadas, añejadas, arrugadas. Todas de vuelta…. Ni siquiera al punto de partida.
Quienes recibieron –recibimos– una formación… la única posible para los que nacieron –nacimos– entre la post-guerra y la pre-democracia… creyeron –creímos– volver a nacer cuando todo empezó a cambiar, sin saber muchos –todos– “por qué lo hacía”, “dónde nos llevaría”…
Pero todos vieron –vimos– una ventana a la que iban –íbamos– a asomarnos: ¡había luz… y aire fresco!. Tópicos, gestos en sustitución de las explicaciones que no se tenían. Y todos bajaron –bajamos– a la planta baja y salimos por aquella puerta que nos habría de llevar a algo desconocido, a algún lugar que existía en nuestro desconocimiento. A una situación, anterior a otra, que habríamos de definir, concretar entre todos. Entre nosotros: en 1978 primera votación; en 1979 primeras elecciones y primer gobierno demócrata (Adolfo Suarez). En 1981 intento de “otro” golpe de estado (Tejero). 1982 España gobernada por un socialista. 2020: gobierno de un ácrata pan-socialista (Pedro Sánchez) y un pre-comunista (Pablo Iglesias)… hasta hoy.
Cada vez necesito escribir más. Cada vez puedo escribir menos.
Gonzalo Julián
Cada vez necesito escribir…más. Cada vez puedo escribir…menos
Esto es lo que me pasa ahora: así de fácil de escribir. Así de difícil de entender… de explicar.
Los acontecimientos personales, de enfermedad, del entorno empiezan a sobrepasar a las realidades, a la capacidad de auto-entenderte, a la opción de vislumbrar una salida… una puerta al exterior. Todas las puertas y ventanas son interiores. No tienen salida. No reciben la luz. No ventilan y renuevan las vidas ya agotadas, añejadas, arrugadas. Todas de vuelta…. Ni siquiera al punto de partida.
Quienes recibieron –recibimos– una formación… la única posible para los que nacieron –nacimos– entre la post-guerra y la pre-democracia… creyeron –creímos– volver a nacer cuando todo empezó a cambiar, sin saber muchos –todos– “por qué lo hacía”, “dónde nos llevaría”…
Pero todos vieron –vimos– una ventana a la que iban –íbamos– a asomarnos: ¡había luz… y aire fresco!. Tópicos, gestos en sustitución de las explicaciones que no se tenían. Y todos bajaron –bajamos– a la planta baja y salimos por aquella puerta que nos habría de llevar a algo desconocido, a algún lugar que existía en nuestro desconocimiento. A una situación, anterior a otra, que habríamos de definir, concretar entre todos. Entre nosotros: en 1978 primera votación; en 1979 primeras elecciones y primer gobierno demócrata (Adolfo Suarez). En 1981 intento de “otro” golpe de estado (Tejero). 1982 España gobernada por un socialista. 2020: gobierno de un ácrata pan-socialista (Pedro Sánchez) y un pre-comunista (Pablo Iglesias)… hasta hoy.
Cada vez necesito escribir más. Cada vez puedo escribir menos.
Gonzalo Julián






















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