ZAMORANA
Zamoreando
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        
    
    
    
	
	
        
        
        			        			        			        
        
                
        
        
Hace unas semanas visitaron Zamora unos amigos franceses a los que previamente les había hecho un croquis de la ciudad y los lugares más importantes para que no se perdieran nada de esta villa que tanto amo. Ellos, siguiendo mis indicaciones, se empaparon intramuros de románico, vieron todas las iglesias, la catedral, los edificios renacentistas, conventos, palacios, murallas, castillo…, además de la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave y los restos del Monasterio de Moreruela, dos lugares de fuera de la capital por los que siempre he sentido un encanto especial.
 
Al acabar cada jornada me llamaban para contar lo que habían visto y se admiraban de tanta belleza concentrada en un espacio tan pequeño. Sin embargo, como querían asimilar toda esa cultura en un lugar más relajado y natural, les sugerí que fueran a Valorio y se perdieran por el bosque; que bajaran a las Aceñas, se embarcaran para cruzar a la otra orilla del Duero y admiraran sus puentes, así como las magníficas vistas de la ciudad y del río.
 
Me hacían disfrutar de todo debido a la pormenorización con que me daban el parte diario. ¡No he visto a muchas personas tan emocionadas con aquella visita!
 
Les sugerí probar la diversa gastronomía de la zona, cosa que obedecieron encantados, dando cuenta de los platos típicos, así como otros que descubrieron y que hicieron las delicias de sus paladares. Con buen tino, se pertrecharon de vino de Toro, embutidos y dulces caseros para cuando regresaran a su casa.
 
La visita no fue muy larga puesto que iban de camino a otro lugar y restaron días de aquel viaje para hacer éste a instancias mías; por tal motivo quedaron pospuestas unas vacaciones de mayor duración donde visitaran partes de la provincia de los que les había hablado: los humedales del noroeste y las lagunas de Villafáfila, las llanuras de Tierra de Campos, los palomares, las iglesias… y, sobre todo, los pueblos pequeños. En ese viaje les acompañaría para enseñarles la forma de vida de la gente del medio rural y las mil y una maravillas que habitan en los pueblos.
 
Una vez regresaron a tierras galas, les propuse que brevemente me contestaran un cuestionario sencillo. La respuesta no tardó en llegar. Era ésta:
 
¿Qué os ha gustado más del viaje a Zamora?  - Respuesta: Todo
¿Qué os ha gustado menos?  - Respuesta: El poco tiempo que hemos tenido
 
Ya estamos programando la siguiente visita que, seguramente, no se va a demorar demasiado; y es que hay que zamorear dentro y fuera de la propia región. Es importante para los zamoranos y para aquellos que la visitan, porque una de las mejores estrategias de publicidad es el boca a boca. Estoy segura de que mis amigos franceses ya lo están poniendo en práctica.
 
 
Mª Soledad Martín Turiño
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                                                                            	
                                        
                            
    
    
	
    
Hace unas semanas visitaron Zamora unos amigos franceses a los que previamente les había hecho un croquis de la ciudad y los lugares más importantes para que no se perdieran nada de esta villa que tanto amo. Ellos, siguiendo mis indicaciones, se empaparon intramuros de románico, vieron todas las iglesias, la catedral, los edificios renacentistas, conventos, palacios, murallas, castillo…, además de la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave y los restos del Monasterio de Moreruela, dos lugares de fuera de la capital por los que siempre he sentido un encanto especial.
Al acabar cada jornada me llamaban para contar lo que habían visto y se admiraban de tanta belleza concentrada en un espacio tan pequeño. Sin embargo, como querían asimilar toda esa cultura en un lugar más relajado y natural, les sugerí que fueran a Valorio y se perdieran por el bosque; que bajaran a las Aceñas, se embarcaran para cruzar a la otra orilla del Duero y admiraran sus puentes, así como las magníficas vistas de la ciudad y del río.
Me hacían disfrutar de todo debido a la pormenorización con que me daban el parte diario. ¡No he visto a muchas personas tan emocionadas con aquella visita!
Les sugerí probar la diversa gastronomía de la zona, cosa que obedecieron encantados, dando cuenta de los platos típicos, así como otros que descubrieron y que hicieron las delicias de sus paladares. Con buen tino, se pertrecharon de vino de Toro, embutidos y dulces caseros para cuando regresaran a su casa.
La visita no fue muy larga puesto que iban de camino a otro lugar y restaron días de aquel viaje para hacer éste a instancias mías; por tal motivo quedaron pospuestas unas vacaciones de mayor duración donde visitaran partes de la provincia de los que les había hablado: los humedales del noroeste y las lagunas de Villafáfila, las llanuras de Tierra de Campos, los palomares, las iglesias… y, sobre todo, los pueblos pequeños. En ese viaje les acompañaría para enseñarles la forma de vida de la gente del medio rural y las mil y una maravillas que habitan en los pueblos.
Una vez regresaron a tierras galas, les propuse que brevemente me contestaran un cuestionario sencillo. La respuesta no tardó en llegar. Era ésta:
¿Qué os ha gustado más del viaje a Zamora? - Respuesta: Todo
¿Qué os ha gustado menos? - Respuesta: El poco tiempo que hemos tenido
Ya estamos programando la siguiente visita que, seguramente, no se va a demorar demasiado; y es que hay que zamorear dentro y fuera de la propia región. Es importante para los zamoranos y para aquellos que la visitan, porque una de las mejores estrategias de publicidad es el boca a boca. Estoy segura de que mis amigos franceses ya lo están poniendo en práctica.
Mª Soledad Martín Turiño



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.41