El obispo demuestra que Francisco-Gustavo Cuesta de Reyna tenía razón

Don Fernando Valera ha hecho justicia. El obispo de Zamora ha tomado una decisión durísima, punto de inflexión en la historia de la Iglesia Católica: destituir a toda una junta directiva, la de los Caballeros Cubicularios, custodios de los restos de San Ildefonso y San Atilano. Del documento que ha hecho público hoy don Fernando Valera, destacaría: “Preservar la esencia de la cofradía, a tenor de la legislación universal contenida en el Código de Derecho Canónico vigente, así como de la legislación particular, contenida en el estatuto marco para las cofradías de esta Diócesis”.

El Consejo Rector, como se argumenta en el documento del obispo, ha obviado las exigencias de la Iglesia Católica con la cofradía. Voy a ello: “el Ilmo. Sr. Vicario General de la Diócesis, con fecha 7 de enero de 2022, y como colofón a sucesivas conversaciones con la Cofradía, solicitó a esta que hiciera llegar por escrito a la Vicaría, en la mayor brevedad posible, cómo se encontraba la necesaria reforma de estatutos de la misma”.

La paciencia del Obispado ha alcanzado al Santo Job: “Por escrito del Presidente de la Cofradía, recibido en el Obispado el día 25 de enero de 2022, se manifestó que se encontraban "inmersos una vez más en la actualización de dichos Estatutos". A esa respuesta el Ilmo. Sr. Vicario General remitió escrito el 10 de febrero de 2022, en el que se instaba a la Cofradía a que en el plazo máximo de seis meses presentaran ante la Vicaría la reforma de los estatutos de la Cofradía, y que, tan pronto como tuvieran ratificados los estatutos por parte de la autoridad competente, convocaran elecciones, a tenor de esos estatutos”.

Y no le quedaba otra salida al obispo que: “Ante la falta de respuesta de la Cofradía, de nuevo por escrito del Ilmo. Sr Vicario general de 12 de julio de 2022, se le recordó a la Cofradía que el plazo expiraría en fecha de 10 de agosto de 2022 y que, por tanto, era necesario presentar en tiempo y forma canónica los siguientes documentos”.

Pero nada de nada. Silencio. “A la vista de esta situación, el obispo de Zamora decreta el cese del actual Consejo Capitular de la Real, muy antigua e ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano, y nombra una Comisión gestora que en dirija temporalmente la Cofradía”.

Don Fernando Valera ha tomado una decisión, dolorosa, que le honra. Pero antes de este fallo del obispo, El Día de Zamora fue el único medio de comunicación esta provincia que le prestó atención a las denuncias formuladas por Francisco Gustavo Cuesta de Reyna, conde Oricaín, miembro de la cofradía, decano. En las dos entrevistas que, como editor del periódico, mantuve con él, contó la situación de la cofradía, con datos, con documentos, sin demagogia. Y me pareció contundente su denuncia.

Confieso que jamás pensé que Cuesta de Reyna triunfase, porque la justicia suele salir derrota ante el mal. Pero ha dado con un obispo de gran personalidad que ha validado sus denuncias.

El conde de Oricaín creyó desde el principio en la verdad de la Iglesia Católica, como fiel cristiano que es, de palabra y de obra. Y su fe ha coincidido con la razón.

Gran día para la Iglesia Católica y los Caballeros Cubicularios.

Eugenio-Jesús de Ávila