Hermanos de leche ideológica

Bildu, con su partido más importante Sortu, liderado por un ex jefe de ETA, se alimenta de la misma savia ideológica que el PSOE sanchista, de extracción pequeño burguesa, pero vinculado al PSOE de Largo Caballero, y todo el conglomerado de Unidas Podemos y demás fieles en la fe: el marxismo-leninismo. Una diferencia: la ultra izquierda no mata, pero sí es poco española; aprecia más el internacionalismo. Bildu, la ETA postmoderna, partido marxista e independentista, forma parte de los socios de Sánchez, una formación que también chantajea al presidente del Gobierno, que se deja, porque quiere seguir en La Moncloa.

Ayer Marlaska, el mismo que mandó a la cárcel a Chapote y Parot, dos asesinos, dos monstruos, de niños, ancianos y mujeres, de personas como Miguel Ángel Blanco y otros dirigentes socialistas, de los auténticos, como Buesa, también de Ordóñez, decidió trasladar a esta pareja de la muerte al País Vasco, donde el PNV, otro chantajista, partido racista y de ultraderecha donde los haya, tiene a su cargo las prisiones vascas. A no tardar, estos asesinos de razones y de vidas pasearán por su tierra y tomarán unos chiquitos con absoluta tranquilidad, merced a la gracia del ejecutivo sanchista.

Un servidor no se sorprende. Me parece lógico que entre hermanos ideológicos se ayuden, se comprenden, se entretengan, se jueguen partidas al mus. Bildu sabe que Sánchez siempre va al órdago a la chica, hasta que todos los independentistas le lancen un órdago a la grande y cierren la democracia de 1977 y terminan con la Constitución de 1978.

Todos estos partidos utilizan la democracia como plataforma para lograr sus objetivos: la revolución, que dará paso a la dictadura del proletariado, administrada por la casta intelectual, siempre burguesa, como lo fueron los grandes cerebros bolcheviques, excepción hecha de Stalin, hijo de un zapatero remendón, dado al vodka y un ama de casa. Las revoluciones marxistas, también la Francesa, siempre las encabezaron intelectuales de extración burguesa e incluso aristócratas desclasados.

Que Pedro Sánchez viva en alquiler en La Moncloa no deja de ser un chollo para estas formaciones que nacieron para destruir España. Los partidos secesionistas necesitan más tiempo para alcanzar sus propósitos. Condición sine qua non: que el actual ejecutivo permanezca en el poder, bajo la tutela de todos los que le colocaron en la Presidencia del Gobierno.

Quizá el PSOE sanchista pierda las legislativas de finales de 2023. Entonces gobernará el PP de Feijóo, el gallego tranquilo. No le arriendo la ganancia. Las fuerzas secesionistas aprovecharán para dar un golpe de Estado. España se quedará sin salida. ¿O acepta el golpe de Estado o se defiende como refleja la Constitución de 1978?

Nunca creí que se desmoronase la URSS, ni que se derribase el Muro de Berlín, esa pared levantada por los comunistas para que los alemanes occidentales no viviesen en su paraíso en la tierra; ni tampoco imaginé una España, la nación más antigua de Europa, quebrase. A no tardar, si Cronos no se cansa de mí, conoceré la Confederación de Naciones Ibéricas. La suerte está echada.  Los hermanos de leche ideológica así lo han querido. Gorbachov pretendió mantener el comunismo en la URSS. Ignoraba que libertad y marxismo son términos antitéticos. Un comunista acabó, sin quererlo, con el inhumano, régimen soviético. Se gobierna mejor siendo el presidente de una dictadura. Ni prensa independiente, ni oposición, ni ciudadanos libres. Ovejas luceras. Abejas en la colmena. No me cabe duda. Falta poco.

"Ser de izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas formas que el hombre puede elegir para ser un imbécil'. Ortega los definió. Yo suelo estar de acuerdo con el filósofo más importante con el autor de "La rebelión de las masas". No me convenció aquello de que el problema catalán hay que conllevarlo. A Pedro Sánchez, tampoco. Al presidente le gusta más que lo secesionistas lo chantajean. La próxima concesión del gobierno: referéndum sobre la independencia catalana. Órdago a la grande.

Eugenio-Jesús de Ávila