Eugenio de Ávila
Martes, 20 de Septiembre de 2022
PASIÓN POR ZAMORA

Zamora necesita una revolución política y económica educada

[Img #69823]Hay dos zamoras: una muy numerosa, la apática, la que pasa de todo, la que quiere seguir viviendo como siempre, ya mal o muy mal, o bien como un aristócrata del barroco; y otra, escasa, rebelde, bizarra, inconformista, la que anhela cambiar el sino de esta provincia, su deriva hacia la nada económica y demográfica.

 

La Zamora pusilánime e indolente se uniría a la Zamora osada, intrépida e indómita, siempre que apreciara cambios políticos, verdad y transparencia. Porque, aunque apenas se pronuncia esta masa informe, suele seguir al que gana, al que considera mejor, al que lidere y proponga ideas y proyectos.

 

Ahora mismo ningún partido nacional PP, PSOE y Vox, del que desconocemos su candidato, merece confianza de los zamoranos. De Monte la Reina, la prensa amiga comentó algo; pero, en verdad, el zamorano de a pie, que apenas lee ese tipo de periodismo, lo ignora todo. Recuerde que Pedro Sánchez lo prometió en su momento y que el Presupuesto General del Estado 2022 incluía una partida de 20 millones de euros para las primeras intervenciones en el que fuese campamento militar. Tampoco se conoce mucho de la transformación de la N-122 en Zamora y Portugal en autovía.

 

Desconocemos quién será el candidato del PP a la Alcaldía. Martín Pozo no repetirá. Su paso por la política municipal ha resultado anodino, con lugares comunes, con las críticas seculares de la derecha a la izquierda de Guarido, que nadie se cree, incluso aunque tuviera razón. Como tampoco presta atención a las cosas de Maíllo en el Senado preguntando por Monte la Reina, que juzgo necesarias, pero que debería formularlas otro senador que hubiera luchado, en su momento, por devolver Monte la Reina al su cometido militar. Por el contrario, nunca le gustó la idea y despreció a militares zamoranos que le pidieron una intervención, un apoyo, de Rajoy, que negó, al parecer, ese “favor”.

 

El PP, que lo fue todo en Zamora, ya no es el que era. Ha perdido autoridad ante el pueblo. Nadie cree ni Maíllo, ni a Barrios, ni a Martín Pozo. Esperan que Feijóo, si de verdad quiere cambiar su partido en nuestra provincia, les invite a dedicarse a sus profesiones y les aparte de la res pública. Ya lo dieron todo o…nada.

 

Los incendios de este verano y el fiasco de la Junta de Castilla y León han tocado a Mañueco y a sus vicarios en la provincia, que prevén un castigo en los comicios municipales. Ni tan si quiera los alcaldes del PP creen que sus jefes de Zamora.

 

¿Qué les queda a los zamoranos? Nada. Porque de Vox no se tienen noticia, salvo la huida de Macarena Olona y una posible vuelta. Pero en Zamora, silencio. Ni tan si quiera el animoso Pedro Requejo, diputado nacional, ha vuelto a aparecer por la ciudad.

 

Hace unas semanas Palencia, provincia y ciudad mucho más avanzadas que la nuestra, que no padece las cuitas económicas y sociales de Zamora, fundó su propio partido. Empresarios, profesionales, gente normal se enfrentarán a los partidos nacionales en los próximos comicios. ¿Por qué en Zamora no imitamos a los hermanos palentinos? Hay gente como Requejo, que ha demostrado su capacidad ejecutiva en Fromago y en otros proyectos que lidera la Diputación; Ana Morillo, alma máter de Viriatos, empresaria de gran capacidad de trabajo, inteligente y culta; Francisco Prieto Toranzo, gerente de Zamora 10, y otras personalidades que no quiero nombrar, profesionales liberales, que deberían reunirse, hablar de esa formación y de proyectos para Zamora. Por mi parte, añadiría otro nombre con gran tirón entre los zamoranos, aunque abandonó la política harta de felonías, envidias y trampas, Rosa Valdeón. Creo que los nombres de estas personas destrozarían las posiciones políticas del centro derecha en nuestra ciudad y provincia.

 

La izquierda ya tiene sus partidos: Izquierda Unida, la real, la zamorana; PSOE y Ahora Decide. UPL también debería sumarse a esa formación zamorana de nuevo cuño. Y poco más que añadir. Zamora necesita un partido local, con personas que quieran cambiar nuestra tierra, que no lleguen a la política a vivir del cuento, sino a pelear por los zamoranos. Después, una vez constituido ese partido, aprobar un código ético, que lo diferenciara de las formaciones políticas nacionales y de los políticos profesionales. Espero noticias. Zamora necesito no un cambio, sino una revolución educada, tanto en política como en el mundo empresarial. Seguiré escribiendo sobre ambos asuntos: política y economía.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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