COPA FEDERACIÖN
El Zamora renace en la esotérica Galicia y elimina al Bergantiños en la prórroga: 2-3
Otro equipo gallego, Arenteiro, próximo rival en octavo de final, y el domingo, más Galicia. el Compostela
Galicia es la región española más esotérica. Yago Iglesias es gallego. El Zamora CF jugó en tierras gallegas y eliminó de la Copa Federación al Bergantiños. Hecho inexplicable que escapa a la razón, porque los rojiblancos llegaban en el peor momento a un campo complicadísimo.
Escribí antes de jugarse esta eliminatoria que al Zamora casi le venía bien quedar fuera de esta competición y dedicarse a la Liga. Pero, al parecer, los rojiblancos tenían ganas de más. Iglesias dejó al portero titular, Iricíbar, y dejó bajo palos a Troya, que jugó bastante en la pretemporada. Como en esta plantilla, al parecer, nadie es más que nadie y todos pueden ser titulares y reservas, el técnico gallego jugó con futbolistas poco habituales, caso del Vallejo, Ánder y Amez. Así Pereiro, Luismi, Nahuel y Amez formaron el cuarteto defensivo. Vallejo y Juanan, dos resistentes de la gran temporada de Movilla, la de los dos ascensos, en la medular, con bandas para Ares y Ribeiro, Pana, como ariete, y Ares, de exterior diestro.
La primera media hora se caracterizó por el equilibrio. Ninguno de los dos equipos mostró superioridad. El Zamora, como siempre, intentó jugar la pelota desde atrás, y el cuadro local alternó futbol directo con otro mas de toque, pero sin arriesgar. Pero en el minuto 35, cuando el juego había entrado en una fase insulsa, marcaba Bergantiños por medio de Brunet. Ese tanto, en principio, dejaba tocado al cuadro de Yago Iglesias, que se fue al vestuario casi derrotado. Sin embargo, el descanso le sentó muy bien al equipo zamorano.
En la segunda mitad, Altuve, que no entró en el once inicial, marcaba en el minuto 59. El empate significa un volver a empezar. Pero tres minutos después, Luismi sería expulsado.
Con diez hombres, el Zamora mantuvo el tipo y buscó sus oportunidades. Y encontró el camino para adelantarse en el marcador, siendo Altuve, otra vez, el goleador. Quedaban doce minutos más el añadido para que el cuadro rojiblanco se clasificase.
El equipo zamorano se enrocó y defendió como los numantinos ante las legiones romanas. El tiempo se escapaba y el Zamora estaba a un instante de salvar la eliminatoria. Pero como la escuadra rojiblanca carece de suerte, en el último minuto marcaba Garrido, con lo que hubo necesidad de acudir a la prórroga. Otra media hora y un poco más para dirimir quien se clasificaba para los octavos de final. Demasiado tiempo para jugar con un jugador menos.
El capitán, que no fue titular, quizá en reserva para la Liga, adelantó a su equipo en el 98. La locura. Empataría, en breve, el Bergantiños, pero en fuera de juego. Nervios por doquier. Sería expulsado, en el banquillo, Ánder, en el 112, y también Boedo, por los gallegos, en ese mismo minuto. Se igualaban las fuerzas, diez contra diez, pero el Zamora tenía ventaja.
El árbitro, una calamidad, que mostró 11 amarillas y tres rojas, prorrogó otros tres minutos el partido, como si quisiera resolver la eliminatoria a penaltis. Por fortuna, el Zamora aguantó con orgullo hasta el final.
Importante triunfo rojiblanco en un momento muy complicado de la temporada, con rumores de destituciones y otras zarandajas. Ahora, a recuperarse para sumar tres puntos en el Ruta de la Plata ante el Compostela, al que Yago Iglesias debería conocer muy bien.
Galicia es la región española más esotérica. Yago Iglesias es gallego. El Zamora CF jugó en tierras gallegas y eliminó de la Copa Federación al Bergantiños. Hecho inexplicable que escapa a la razón, porque los rojiblancos llegaban en el peor momento a un campo complicadísimo.
Escribí antes de jugarse esta eliminatoria que al Zamora casi le venía bien quedar fuera de esta competición y dedicarse a la Liga. Pero, al parecer, los rojiblancos tenían ganas de más. Iglesias dejó al portero titular, Iricíbar, y dejó bajo palos a Troya, que jugó bastante en la pretemporada. Como en esta plantilla, al parecer, nadie es más que nadie y todos pueden ser titulares y reservas, el técnico gallego jugó con futbolistas poco habituales, caso del Vallejo, Ánder y Amez. Así Pereiro, Luismi, Nahuel y Amez formaron el cuarteto defensivo. Vallejo y Juanan, dos resistentes de la gran temporada de Movilla, la de los dos ascensos, en la medular, con bandas para Ares y Ribeiro, Pana, como ariete, y Ares, de exterior diestro.
La primera media hora se caracterizó por el equilibrio. Ninguno de los dos equipos mostró superioridad. El Zamora, como siempre, intentó jugar la pelota desde atrás, y el cuadro local alternó futbol directo con otro mas de toque, pero sin arriesgar. Pero en el minuto 35, cuando el juego había entrado en una fase insulsa, marcaba Bergantiños por medio de Brunet. Ese tanto, en principio, dejaba tocado al cuadro de Yago Iglesias, que se fue al vestuario casi derrotado. Sin embargo, el descanso le sentó muy bien al equipo zamorano.
En la segunda mitad, Altuve, que no entró en el once inicial, marcaba en el minuto 59. El empate significa un volver a empezar. Pero tres minutos después, Luismi sería expulsado.
Con diez hombres, el Zamora mantuvo el tipo y buscó sus oportunidades. Y encontró el camino para adelantarse en el marcador, siendo Altuve, otra vez, el goleador. Quedaban doce minutos más el añadido para que el cuadro rojiblanco se clasificase.
El equipo zamorano se enrocó y defendió como los numantinos ante las legiones romanas. El tiempo se escapaba y el Zamora estaba a un instante de salvar la eliminatoria. Pero como la escuadra rojiblanca carece de suerte, en el último minuto marcaba Garrido, con lo que hubo necesidad de acudir a la prórroga. Otra media hora y un poco más para dirimir quien se clasificaba para los octavos de final. Demasiado tiempo para jugar con un jugador menos.
El capitán, que no fue titular, quizá en reserva para la Liga, adelantó a su equipo en el 98. La locura. Empataría, en breve, el Bergantiños, pero en fuera de juego. Nervios por doquier. Sería expulsado, en el banquillo, Ánder, en el 112, y también Boedo, por los gallegos, en ese mismo minuto. Se igualaban las fuerzas, diez contra diez, pero el Zamora tenía ventaja.
El árbitro, una calamidad, que mostró 11 amarillas y tres rojas, prorrogó otros tres minutos el partido, como si quisiera resolver la eliminatoria a penaltis. Por fortuna, el Zamora aguantó con orgullo hasta el final.
Importante triunfo rojiblanco en un momento muy complicado de la temporada, con rumores de destituciones y otras zarandajas. Ahora, a recuperarse para sumar tres puntos en el Ruta de la Plata ante el Compostela, al que Yago Iglesias debería conocer muy bien.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.149