La Concejalía, muerta, del Cementerio

Recientemente ha concluido la construcción de nuevos nichos en el cementerio. La demanda de ocupación continua y se prevé, que más tarde o más temprano esos huecos serán ocupados por cuerpos pidiendo el descanso jamás eterno, puesto que por tratarse de un bien demanial, nunca será de propiedad particular, aunque así se exprese.

Con esta construcción en terrenos municipales que evidentemente ha llevado un coste, el  ayuntamiento reembolsará con las cesiones una a una, una buena cantidad de dinero de lo que se supone el terreno, más caro de la ciudad. Una sepultura construida, conforme indica la web municipal, cuesta 2.200 euros y se cederá por setenta y cinco años. El arrendamiento por cinco años será de 57 euros. Los nichos son más baratitos 190 euros, por veinticinco años de concesión, lo mismo para cuerpos, que para restos o columbarios.

 A pocos metros de todo lo nuevo, el campo pendiente de ampliación futura, sigue ofreciendo la imagen de un terreno insalubre, sin atender y sin las debidas condiciones que tanto desde el ayuntamiento se requiere a los solares particulares, ya no por la falta de ornato en concordancia, sino repleto de maleza seca de gran altura con el potencial peligro de incendio, sin olvidar los terraplenes con cierto peligro, al lado de los caminos por donde transita gente.

 Da igual, pobres o ricos yacerán con tierra, mármol o lo que cuadre en el mismo camposanto donde salvo los nichos  y sepulturas para su posterior venta, nada se ha hecho desde la concejalía que la hay, aunque no ejerza de cementerio.

Las obras particulares también siguen, unas de una manera y otras de otra, a  pesar de que desde la procuraduría del común se advirtiera en su momento que se realizaban sin las debidas y exigidas medidas de  seguridad. Unas cumplen, otras no tanto.

Llegando el primero de noviembre, como días antes, las visitas serán masivas y probablemente, aunque se puede esperar cualquier cosa, algo se habrá adecentado el camposanto para esa fecha.

El resto del año, para cuatro gatos que lo visitan, todo puede valer. De momento, tenemos contenedores repletos de basura, la frecuencia del vaciado debe de aumentarse para que esto no ocurra. Caminos llenos de suciedad, vale que en parte proviene de los árboles, pero aquello no es un bosque y los caminos son de hormigón.

Las roturas en las juntas de los paños cementados, pueden dar lugar a caídas, necesitando de una reparación. Los árboles secos, conviene  que sean retirados para evitar  consecuencias posteriores, pero también el tocón debe de eliminarse posteriormente  del suelo, más que nada porque supone otro tropiezo a mayores, que sería evitable. Queda recordar que el cementerio lo ocupan muertos, pero lo vistan, no les nieguen este derecho, los vivos.

Manuel Herrero Alonso