NOCTURNOS
Borrar un amor
Sabes que estoy enamorado de ti desde que la belleza de tu rostro invadió mi mirada, después de que tu voz acariciase mis tímpanos, tras conocer el ritmo al que se mueve tu cuerpo y la dulzura con que tu carne se acopla a tu esqueleto.
Sé que eres inaccesible para mi persona, refractaria a mi cuerpo, reacia al tacto de mi piel. Ahora voy, como don Quijote, de regreso a mi lugar después de haber sido derrotado por la dama de la Blanca Luna en las playas sin arenas de mi vida.
Nunca busqué el amor. Pero el suyo sí. La conocí. Me sedujo. Siempre deseé lo mejor. La realidad opinó lo contrario. Ahora me he convertido en pastor de las ovejas de mis frustraciones y desencantos.
Los que fuimos vencidos por el amor, vivimos el resto de nuestras vidas por inercia, sin ganas, huérfanos, sin esperanzas...somos cuerpos sin sangre, almas sin Dios
Y ninguna otra persona, por maravillosa que sea, por mucha ternura, cariño, dulzura que nos entregue, borrará del encerado de nuestra memoria a ese ser que tanto deseamos, nos apasionó y amamos. Otro amor nunca sustituye el amor de verdad, al que nos correspondió en el sorteo de la vida.
Eugenio-Jesús de Ávila
Sabes que estoy enamorado de ti desde que la belleza de tu rostro invadió mi mirada, después de que tu voz acariciase mis tímpanos, tras conocer el ritmo al que se mueve tu cuerpo y la dulzura con que tu carne se acopla a tu esqueleto.
Sé que eres inaccesible para mi persona, refractaria a mi cuerpo, reacia al tacto de mi piel. Ahora voy, como don Quijote, de regreso a mi lugar después de haber sido derrotado por la dama de la Blanca Luna en las playas sin arenas de mi vida.
Nunca busqué el amor. Pero el suyo sí. La conocí. Me sedujo. Siempre deseé lo mejor. La realidad opinó lo contrario. Ahora me he convertido en pastor de las ovejas de mis frustraciones y desencantos.
Los que fuimos vencidos por el amor, vivimos el resto de nuestras vidas por inercia, sin ganas, huérfanos, sin esperanzas...somos cuerpos sin sangre, almas sin Dios
Y ninguna otra persona, por maravillosa que sea, por mucha ternura, cariño, dulzura que nos entregue, borrará del encerado de nuestra memoria a ese ser que tanto deseamos, nos apasionó y amamos. Otro amor nunca sustituye el amor de verdad, al que nos correspondió en el sorteo de la vida.
Eugenio-Jesús de Ávila

















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