Miércoles, 12 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Miércoles, 12 de Octubre de 2022
BENEMÉRITA

Un patriota siempre amará a la Guardia Civil

Enrique OnísMi carácter, mi filosofía de la vida, mi edad me apartó de seguir una carrera militar. Me faltó capacidad de sufrimiento y de sacrificio, y fui, soy y seré huérfano de toda disciplina. No obstante, admiro a los militares, porque siempre me fascinó su entrega, profesionalidad y amor por la patria, amén de su gran preparación.

 

La Guardia Civil es un cuerpo de naturaleza militar, admirado y aclamado. España quizá, algún día, cuando así lo decidan las fuerzas secesionistas, las mismas que ahora chantajean al actual inquilino de La Moncloa, se quebrará y la nación más antigua de Europa se troceará, como si fueran países balcánicos. Ahora bien, la Benemérita seguirá existiendo en esa no España, en la patria que nos quede a los que nos sentimos españoles. Ser patriota es amar a tu nación. No confundir ser patriota con nacionalista, porque éste es un hombre, o mujer, que por haber nacido en Cataluña, País Vasco, Francia, Italia o Namibia se considera superior étnica y culturalmente a otras personas que vieron la luz primera en otros países. El patriota ama a su nación, pero no se cree más ni mejor que el alemán, el ruso, el sueco o el argelino.

 

La Benemérita es un cuerpo formado por patriotas, nunca por nacionalista. Su lema es “todo por la patria”, no todo por la nación. La Guardia Civil está siempre, estuvo desde hace 178 con España y sus sistemas políticos: desde 1844, año de su creación, trabajó para los españoles, para los españoles más sencillos y humildes, para lo que son gente. Sirvió a la monarquía liberal de Isabel II, a la fugar de Amadeo de Saboya, a Alfonso XII, a su hijo, a la Dictadura de Primo de Rivera, a la II República, a la dictadura de Franco y a la democracia.

 

Pero, más allá de monarquías, repúblicas y dictaduras, la Benemérita nació del pueblo y fue pueblo, y sigue siendo pueblo. La forman hombres y mujeres normales, sin grandes pretensiones, ni ambiciones. Solo anhelan ser útiles a las gentes de esta vieja nación, tan quebrantada por los políticos, tan engañadas, tan desdichadas. Siempre que sucede algo, montañeros perdidos o accidentados; incendios, robos en el medio rural, maltratos, violencia contra la mujeres, incautación de drogas, vigilancia de las fronteras, algunas tan complicadas como las de Ceuta; crímenes, ancianos en dificultades, accidentes de carretera…miembros de la Benemérita, a veces, casi unos niños, aparecen como ángeles de la guardia. Y también, sin que España se halle en guerra, pierden la vida durante el cumplimiento de su trabajo. Y todo a cambio de un salario que no paga como es menester su trabajo, profesionalidad y sacrificio. Todo por muy poco. Pero todo por la patria.

 

Mi admiración por la Guardia Civil en la fiesta de su Patrona, la Virgen del Pilar. Los ateos, de vez en cuando, creemos en Dios. Los patriotas siempre creeremos en la Benemérita, tanto en una monarquía democrática, como en una república liberal.

Eugenio-Jesús de Ávila

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