NOCTURNOS
Amar para vivir y morir amando
Una mujer, que me acompañó durante un trayecto por el camino de la vida, solía afirmar, con contundencia, sin más argumentos, que el amor no duele, que, si causa cuitas, no es tal.
Confieso que lloré por desamor, que envejecí por amar sin ser amado, que peino algunas canas por dolerme el amor, que sumé años a los surcos de mi piel por amar más allá del tiempo. Y sé que me moriré enamorado de una dama que ya no estará cerca de mí, que ni tan si quiera me recordará y, si se entera de que finé, ni una lágrima brotará de sus ojos.
Pero podré confesar, cuando me vaya, que he amado, que me entregué al amor, porque sabía que una vida sin amar es una muerte adelantada; que vivir sin amor envejece más que el tiempo y que sufrir por amor forma parte de las hojas del árbol de la vida, que el dolor es el haz y el placer, el envés. Prefiero amar y sufrir que no nunca haber amado.
En mi epitafio rezará esta leyenda sobre la piedra que cubra la materia que fui: “Aquí yace un varón conocido como Eugenio-Jesús de Ávila Juárez que amó para vivir y murió amando”.
Eugenio-Jesús de Ávila
Una mujer, que me acompañó durante un trayecto por el camino de la vida, solía afirmar, con contundencia, sin más argumentos, que el amor no duele, que, si causa cuitas, no es tal.
Confieso que lloré por desamor, que envejecí por amar sin ser amado, que peino algunas canas por dolerme el amor, que sumé años a los surcos de mi piel por amar más allá del tiempo. Y sé que me moriré enamorado de una dama que ya no estará cerca de mí, que ni tan si quiera me recordará y, si se entera de que finé, ni una lágrima brotará de sus ojos.
Pero podré confesar, cuando me vaya, que he amado, que me entregué al amor, porque sabía que una vida sin amar es una muerte adelantada; que vivir sin amor envejece más que el tiempo y que sufrir por amor forma parte de las hojas del árbol de la vida, que el dolor es el haz y el placer, el envés. Prefiero amar y sufrir que no nunca haber amado.
En mi epitafio rezará esta leyenda sobre la piedra que cubra la materia que fui: “Aquí yace un varón conocido como Eugenio-Jesús de Ávila Juárez que amó para vivir y murió amando”.
Eugenio-Jesús de Ávila

















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