Francisco Iglesias Carreño
Miércoles, 19 de Octubre de 2022
IEZ FLORIÁN D'OCAMPO

Del oferente momento constituyente

[Img #70946]Estamos en el tiempo al que  hemos llegado desde una pretérita temporalidad que, lejos de infravalorarla, la debemos ponderar amplia y cumplidamente, tanto sea en su formulación como sea en su desarrollo y haciéndolo desde la base más propia que nos corresponde  cada ciudadano


Ya en tiempo pasado, cuando se estaba en los preliminares de  algunos momentos faustos del año 2018 -.- donde parece que  aún no había pandemia-., indicamos: ““Llevamos ahora ya, parece ser,  dos pretendidos debates (el primero el 20-9-2018 y el último el 27-9-2018), promovidos y organizados desde cierto madrileñismo mediático, sobre "los 40 años de la CE'1978" (¿con posiblemente su influjo?) y aún siguen, desde nuestro particular parecer, un tanto ausentes (¿por imperativos del guión preestablecido?) los ciudadano españoles (en todo su conjunto), desde sus singulares entornos convivenciales próximos, en sus correspondientes Regiones y respectivos Pueblos constitucionales del 6-12-1978 —. véase lo dispuesto textualmente en la CE´1978 en el propio momento de su votación ---, de poder asumir, y por ello ser estimados como partícipes (¿acaso hasta, en forma condescendiente, de copartícipes?) de  “un algo” a modo de sensación y/o postulación, del “oferente momento constituyente””.


Sí, en nuestra consideración y sostenido criterio, aconteció que: “lo del año 2018” -.- ¡la celebración de los 40 años de la CE´1978! -.- fue con el transcurrir, en algún modo, un tanto llamémosle restrictivo, en lo que intuimos sobre aquello de las asignaciones protagonísticas de quienes fueron los reales participantes y/o valedores de aquel texto constituyente, que sí votamos los ciudadanos españoles en la fecha del día 6-12-1978, donde de forma reiterada se bascula tanto hacia los integrantes de la ponencia constituyente como hacia las siglas de sus respectivos grupos y ello en todo un claro ¡ y hasta elocuente!, más que  olvido de los normales ciudadanos españoles.


Nuestra posición cívica,  en aquel entonces del año 2018, consideramos que debía ser explicita, de aquí que indicaremos: “”Se sigue todavía, a lo que se vislumbra, en la actitud política añeja de los controles atuercados, que se cuece, pasando por el preámbular periodo entre 1975-1978 (que es, guste  no guste, el espacio público transicional), entre el propio año 1978 (casi en el horno del BOE del 29-9-1978) y el año 1980 --- con el añadido “del directo” en  la teatralización/tramoyas/componendas del año 1981---, donde desde el propio hecho constituyente en sí, se pasa, tras una larga cambiada,  a la concreción reductiva de (y sobre) la propiedad constitucional que, por arte centralizador, se patrimonializa en los partidos (¿de un plural en el que solo, y casi exclusivamente, son dos?) de la bi-restauración, desde el forzado obviamiento de todos y cada uno de los sujetos activos que han sido elevados, por la expresa libre voluntad soberana de la Nación Española con su decisión constituyente, a la categorización constitucional.””


La situación conmemorativa de aquellos “40 años del 2018” -.- o sea solo a 4 años del ahora en que sí estamos-.-, nos situó en una `posición de prevenga que, con todas las cautelas, si expresamos al citar: “” Parece (¿acaso solo parece?) que  ahora son también importantes "los 40 años de la CE'1978" (donde ya, ¡el avance!, no es “el sumativo de 25 año más”, que lo pospondría hasta 2028, y él “vaya Vd. a saber para tal entonces” que tendremos en tales y tan lejanos tempus, por el aquí de los alrededores nuestros, después del prolongado éxito del “lobby alarguista” (que debe tener y/o contar con una modelación “a doc”,  que retroalimenta el status actual) en el aún---dicho sea con todo el respeto, sentido afecto y fraternal estimación--- nuestro Mediterráneo), lo cual conlleva, se quiera o no hacer, al examen amplio singularista  de todos y cada uno de los ombligos que han alimentado, ya a toro pasado, tantos y tantos egos.””.


En 2018 teníamos una observancia general todos los ciudadanos españoles, que no soslayábamos en modo alguno y que nos motivó, desde nuestra opinión particularizada, a exponer:  “”Parece que algunos sí han observado, y lo han hecho con suma atención, en que mientras se pergeñaba lo de "los 40 años de la CE'1978", se estaba produciendo, en cierta región del este de la España geográfica (¡ y social Nación Española!), de cuyo nombre sí que nos acordamos, una auténtica desbandada/fuga/deslocalización empresarial, y está funcionaba—en su tránsito-- asemejada a la manera de una aplicación biyectiva, cuasi económicamente exclusivista, con su aparcamiento provisional dentro de la provincia de Madrid (sita, según la CE´131 y la CE´1978, en la constitucional Región de Castilla La Nueva), haciendo saltar, ¡claro está, no solo en su origen el Título VIII de la CE´1978  ( y lo que ello supone) y si también posiblemente el Título VII ( y lo que igualmente también suponía y de lo cual no decían ni pío, en coloquial expresión, los diarios de información económica, a la vez que dejaba, ¡una vez más!, atónitos al conjunto de todos los ciudadanos españoles en sus otras respectivas regiones igualmente constitucionales que, de forma más que sorpresiva, y sin acuerdos gubernativos propios al caso por ningún lado---salvo demostración en contrario---, de la noche a la mañana se pasaba a “un nuevo diseño” (¿estructurado por quién?) del espacio económico español y su colaterales hechos influenciables.””

Poner en tensión reiterativa el propio texto constitucional no parece, ¡ ni de largo!, una opción halagüeña, sean cuales sean los sórdidas impulsiones que a tal affaire le rodeen. De aquí que ya , ¡y en el 2018!, dijéramos: ““Lo de "los 40 años de la CE'1978”, necesita de forma apremiante amplias dosis de credibilidad general (interna y externa)  y no por lo expuesto en el propio texto constitucional, y sí, en nuestra apreciación particular, por sus lanzados voceros argumentistas que, en pleno doble salto hacia atrás y con tirabuzón incluido, hacen separación entre la literalidad del texto constituyente (donde la letra es la que es y no lo que se pueda suponer y/o aventurar) y sus expresiones/proposiciones/ ambientaciones que tratan de orlar sus almibarados proyectos---y viniendo de una fuerte crisis: “hoy nos ofrecen más que ayer, pero seguramente menos que mañana” cuando ya llevamos, por los datos que se apunta, casi tres meses de recesión(¿indicativa?) ---que parecen tener, ¡fijémonos todos bien!, una proyección hacia mayo´2019.”””.

Como en el año 2018 ya notábamos, y desde bastante tiempo atrás, lo que, a nuestro alrededor, presumíamos que pasaba, incidimos en ello con:  “””El estar a diario con la CE´1978 no tienen que suponer, en modo alguno, ninguna traba  de imposible alcance, para hacer de "los 40 años de la CE'1978” un auténtico, y no desvirtuado, colofón efemérico. La cotidianeidad, con las idas y venidas de los ciudadanos españoles (de todos ellos y hasta de su circunstancialidad) debe ser el humus del substrato, del abonado campo del hacer cívico diario interactivo—la social y comunitaria práctica constitucional---, donde cual espejo se refleje la normalidad de los aconteceres vivenciales. No se tiene que ir hacia lo extraordinario del futuro que nadie ha visto, y que solo forma parte de los prospectivos acomodos de las verosimilitudes, y sí contar, desde nuestra perspectiva, con la solidez de los acontecimientos que culminaron, en la fecha del 6-12-1978, con la promulgación de la CE´1978.””.
Lo indicado nos anima a que consideremos la distinción, que entendemos tanto necesaria y casi obligada, entre lo que sí que es el propio texto constitucional y toda la series de acuerdos políticos que son posteriores a la promulgación de la propia CE´1978, De aquí que en el año 2018 dijéramos: “””  Los recetarios posconstitucionales que se han exhibido, como herramientas instrumentales, desde la fecha del 6-12-1978, para  aplicar el texto de la CE´1978, son una cosa diferente, y hasta distinta (pudiendo llegar a distante) del completo enmarcado constituyente y deben ser desglosados, en nuestra consideración,  del bloque del propio texto constituyente.

 

Una situación es la CE´1978 y otra, que entendemos añadida, es la formalización que se ha imbuido para escenificarla en todos sus tramos y estadíos. Se puede llegar a coger el rábano por las hojas si lo segundo se toma como asiento y representación  al completo de lo primero, generando toda una serie de inexactitudes en lo que debería ser una valoración, cuando menos dual, de ambas situaciones planteadas.””.


El manejo de nuestra CE´1978, al que siempre hemos instado, por parte de todos los ciudadanos españoles, nos puede ayudar sobremanera a mantener su prevalencia, ayudándonos a todos en general y a cada uno de nosotros en particular a su verdadera estimación situándola en otro plano, que no y nunca fuera, de lo que son los coyunturales actos políticos del cada día.


Volvemos a lo dicho en el año 2018 -.- desde aquel entonces nos hemos visto cercados por una atroz pandemia-.-, manteniendo nuestra postulación en aquellos términos: “””Nuestros gobiernos del pasado desde el año 1978,  como el actual, intentaron aplicar por unos caminos, que no tienen que ser exclusivistas, el texto  de la CE´1978. Esos caminos utilizados deben ser de consideración y evaluación a hora con "los 40 años de la CE'1978”. ¿Por qué no?”.”””.


En el año 2028 se podrá Dm, ¡y se deberá!, conmemorar los 50 de la Constitución Española, que es una cosa, y hacer a la vez otra, que entendemos diferente, diferente y distinta, cual es el valorar analiticamente como se ha aplicado tant texto en esos concretos 50 años.
Los ciudadanos españoles, en todas y cada una de nuestras constitucionales quince regiones [todas las quince igual de españolas], debemos ser, desde la cercanía de nuestros entornos familiares convivenciales, inquirida y decididamente pro-constitucionalistas en todo momento, a todos los efectos y con todas las prerrogativas cívicas.
 
 VALORIO 19-10-2022

Francisco Iglesias Carreño                                                                                                        .  

  Del Instituto de Estudios Zamoranos FLORIÁN D´OCAMPO
 

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