¿Hay que pedir disculpas?

En estos pasados días, mi vecina Marisol y yo hemos estado muy críticos con la actuación de la CEOE y la Cámara de Comercio por su salida, sin explicación alguna, de Zamora 10. Y digo sin explicación alguna porque así ha sido; la única que han dado, y de eso hace ya varias semanas, ha sido que el objetivo de Zamora 10 estaba cumplido y acabado. Pues no, no es así, no se han cumplido todos los objetivos, a la vista está la depauperada economía zamorana y nada está acabado porque Zamora necesita, más que nunca, ayuda de todo tipo. Lo que no necesita ésta provincia es desunión. Y no han dado ninguna otra explicación a pesar de que ha habido varios intentos de acercamiento, por parte de Zamora 10 en general, y de alguno de sus integrantes, en particular. 

En la reunión celebrada hace unas fechas en el Hotel NH, donde se citaron un centenar de personas, la mayoría empresarios y autónomos, con el ánimo de continuar la extraordinaria labor que Zamora 10 ha venido haciendo hasta ahora, el Señor Manuel Fariña se ofreció como mediador para entrevistarse con los representantes de la CEOE y la Cámara de Comercio con el fin de interesarse por cuales habían sido las razones de su marcha de la Organización y pedirle, en nombre del resto de los empresarios, que volviesen a formar parte de Zamora 10.  Y así lo hizo; en un propio comunicado del señor Fariña, pocos días más tarde, reflejaba su entrevista con los dirigentes de CEOE y Cámara de Comercio y comentaba la negativa de éstos tanto a dar una explicación acerca de su marcha como a integrarse de nuevo a Zamora 10.

De estos hechos se han hecho eco los medios de comunicación de Zamora, tanto escritos, como digitales, como audiovisuales y radiofónicos, luego no hay lugar a interpretaciones o malos entendidos, lo escrito, hablado y visto, está ahí. No se sabe, por tanto, a ésta alturas, cuáles han sido las razones que han llevado a estas organizaciones al abandono de Zamora 10.

Y recordamos que la mencionada reunión no estuvo organizada por Zamora 10, sino por un grupo de empresarios que, hartos ya de que Zamora no prospere porque no hay más que zancadillas y malos modos, han decidido agruparse para tirar del carro todos en la misma dirección. Y la opción que han tomado es integrarse en Zamora 10, que ha funcionado estupendamente. Por lo tanto no se necesita la creación de nada nuevo que disperse, más aún, las exiguas fuerzas que tenemos.

Y desde ésta humilde columna, leída por miles de simpatizantes, se ha criticado con vehemencia la actitud de las dos organizaciones huidizas. Pero alguno de esos simpatizantes se ha quejado a mi vecina Marisol diciendo que hemos sido demasiado duros en nuestras críticas. ¿Por qué demasiado duros, por calificarlos de cobardes, por ejemplo, cuando abandonaron la organización que ellos mismos habían creado?. (Cobarde, según la R.A.E. es sinónimo de pusilánime o que no tiene valor ni espíritu. Y pusilánime lo define igualmente como falto de valor para tolerar las desgracias o intentar cosas grandes). Ante esas dos definiciones, ¿dónde encajamos a los huidizos, en que no querían tolerar las desgracias o que no se atrevían a intentar grandes proyectos?. ¿Consideraban a Zamora 10 una desgracia o no estaban capacitados para emprender algo que sacara a flote a la provincia?.  Pues no sé cuál de las dos cosas es peor, que elijan ellos la que más le convenga, aunque no sé si quedan bien parados en alguna de las dos.

El caso es que alguien piensa que fuimos demasiado duros con esos comentarios; bien, opiniones hay para todos los pensamientos. Tanto es así que alguno de los afectados por las críticas nos ha bloqueado en determinadas redes sociales –están en su derecho- y nos condena al ostracismo. ¿No quieren que contemos cosas o no quieren que contemos SUS cosas?. 

Deduzco entonces que las verdades escuecen porque ¡ojo!, aquí no se ha insultado ni se le ha faltado al respeto nunca a nadie, ni persona, ni institución. Y añado más, todas las opiniones aquí vertidas provienen de información veraz y contrastable, no hay ni una sola mentira en lo dicho o escrito en estas columnas durante todo el tiempo en que mi vecina y yo estamos contando cosas que ocurren por ahí.

No somos, ni Marisol ni  yo, periodistas, ni siquiera tribuletes, somos ciudadanos, vecinos, que estamos preocupados por lo que pasa en el mundo, en España y, sobre todo, en una tierra tan mal tratada como es Zamora. Mal tratada por todos y cada uno de los gobiernos que han existido desde la implantación de la democracia en España. ¡Eh!, que no quiero con esto decir que eche de menos rancios tiempos pasados, ni mucho menos, ¡no lo permita el Niño Jesús!, lo que digo es que ningún gobierno, ni de derechas ni de izquierdas, se acuerda lo más mínimo de Zamora, que nuestros políticos no valen absolutamente para nada y que no se merecen ninguno de los euros que cobran porque no defienden lo más importante, ni nuestros votos ni a aquellos que les han elegido.

Por lo tanto, debemos patalear, protestar y, si se puede, escribir y denunciar lo que nos perjudica, lo que nos hace daño o lo que nos impide el desarrollo y la adquisición de nuestros propósitos, siempre que éstos sean lícitos.

Y si, cuando denunciamos cualquiera de éstas irregularidades, alguien se siente ofendido, pues lo sentimos en el alma, podemos pedir disculpas por “la ofensa”, eso siempre, un pedir perdón nunca está de más, pero seguiremos, mi vecina y yo, siempre que el “barquito de papel” nos lo permita, dando la tabarra y contando las cosas que pensamos los ciudadanos, sin ánimo de ofender, pero sin intención de callarnos.

Kebedo.