El poder no quiere que Zamora se industrialice

La Junta de Castilla y León y el gobierno de la nación, sea el inquilino de La Moncloa del PSOE o del PP, decidieron, ha tiempo, que nuestra ciudad nunca fuese polo de atracción industrial. A Zamora, también a su alfoz, se la quiere como ciudad tranquila, de museos, de arte románico, eclecticismo y modernismo, historia medieval y turismo tranquilo.

Coreses pudo ser Cylog. Imposible. Fuerzas reaccionarias lo impidieron. Los polígonos de la capital languidecen. No son municipales. Dependen de Gobierno central y autonómico. Guarido no puede administrarlos como si fueran propiedad municipal: ni rebajar sus precios, ni fiscalidad reducida, ni nada; solo mantenerlos. Pero hay otros terrenos que podrían ser cedidos al Ayuntamiento: los de complejo Ferroviario, que ya los procuró en su momento Antidio Fagúndez, siendo teniente alcalde, en visita a los responsables de Adif en Madrid. Desde entonces, primer mandato de Guarido, nada se ha hecho.

Habría que insistir para que se cedieran esas hectáreas al municipio de la capital para crear un verdadero polígono industrial zamorano, regido y administrado desde la Casa de las Panaderas, que, tras dotarlos de todo lo necesario para que las empresas se instalasen en esa zona, fijar el metro cuadrado a coste cero y una fiscalidad bajísima, mientras la empresa no obtuviese beneficios.

A la nueva Zamora 10, que ha iniciado su renacimiento con poderío, con ganas, con potencia, le pediría que forme un equipo de personas que visiten los principales centros empresariales de España para ofrecer oportunidades de inversiones extraordinarias en nuestra tierra. Se sabe que se quiso crear una Oficina Exterior para viajar allá donde existe un entramado inversión importante, pero CEOE y Cámara se negaron, con lo que la Caja Rural, entidad que formuló esa idea como fórmula idónea para buscar fuera lo que no existe en cada, salió derrotada por mayoría absoluta. Ahora, Somoza, portavoz de la nueva Asociación para el Desarrollo, y sus compañeros, deberían volver a crear esa Oficina para intentar pescar en otras regiones españolas.

Zamora está muy bien comunicada, aunque le falta la transformación en autovía de la N-112 de la capital a la frontera lusa, esa pelota con la que juegan PP y PSOE desde hace muchos años, y otra carretera de la que nadie habla: la de Zamora a Mombey, el camino más recto para llegar de Madrid a Galicia pasando por la capital de la provincia. Resulta impresentable que un puente como el de la Estrella forme parte de una carretera nacional, que se atraviesen poblaciones como Tábara, Pozuelo, Otero de Bodas, con el consiguiente peligro para la población. Ningún diputado, ni del PP ni del PSOE, mencionaron nunca la importancia de transformar en autovía la N-631.

Concluyo: no se desea que Zamora se industrialice y se busca convertir en desierto demográfico las comarcas occidentales. El poder lo está consiguiendo. ¿Por qué razón? Quizá busquen crear un cementerio de residuos radiactivos. Sayago y Aliste, en una década, serán dos territorios deshabitados o con gente muy mayor, recluida en residencias de la tercera edad. Ideal.

A Zamora no nos traerán industrias. O Zamora10 se mueve con su Oficina, como se intentó hace unos años, y esta provincia será un páramo sin gente, paraíso para la fauna salvaje y la flora. Mientras, la capital un museo y un espacio ideal para estudios demográficos.

Eugenio-Jesús de Ávila