SILVER ECONOMY
¿Otra afrenta de la Junta?
Europa descarta financiar el proyecto de Centro Silver Economy en Zamora, y apuesta por Valladolid: liderado por el ICE, organismo del ejecutivo autonómico
La destrucción del estado jacobino, fórmula secular de la izquierda europea desde la Revolución Francesa, durante la transición española, otorgándole un papel protagonista a las regiones, con especial énfasis en las nacionalistas, ha contribuido a un nuevo centralismo, más miserable e injusto que, en esta región ahistórica, en la que apenas existe sentimiento regional, agrandó las diferencias económicas, demográficas y sociales entre las nueve provincias de esto que se llama Castilla y León. La Junta, cuando llegaron los Fondos Europeos en los 80, apostó por Valladolid, su apéndice Palencia, y León, en detrimento de la Leonesa, en concreto, Zamora, donde se recibió pan de hoy para pasar hambre mañana. Desde entonces nuestra provincia menguó -ahora pierde 2.000 habitantes al año y va a más-, se redujo, se encogió, mientras las dos grandes capitales castellanas se transformaron en dos grandes ciudades, como también núcleos importantes de sus respectivas provincias se industrializaron con pujanza, con fuerza.
La rural Zamora perdió su futuro: sus industrias se las llevó el viento, como Reglero y Regojo; los grandes almacenes desaparecieron o se minimizaron, el sector primario perdió jóvenes, tierras cultivables y poderío ganadero, con un sector lácteo que se dejó más de 2.000 explotaciones en la reconversión pecuaria exigida por Europa para que España entrase en el la Comunidad. No ha mucho tiempo, el proyecto de Vicente Merino también se despreció en Valladolid.
Pero las afrentas hacia esta provincia alcanzan incluso hasta este agonizante 2022. Como la última apuesta de Europa por Valladolid con el Centro Silver Economy, que con tanto mimo venía tratando Francisco José Requejo.
Le cuento cómo ha sucedido: La decisión, en principio, la toma Europa, que nos otorga un diploma en el que se valora el proyecto al que se califica como de “alta excelencia”.
Pero, hete aquí que, tras la caricia, el directo al mentón: “no hay financiación”. Y ahora llega la sospecha: se presentan tres proyectos, uno de ciber seguridad, de León; el de Zamora y que elabora el ICE, organismo de la Junta de Castilla y León (Instituto para la Competitividad Empresarial). Entonces, Europa toma partido por el de Pucela, al que financia. Enfatizo: el ICE, organismo de la Junta. En este tiempo, ¿algún consejero o consejera, como Isabel Blanco, han trabajado en Bruselas para que el proyecto recayera en Valladolid, dado que el este Instituto para la Competitividad Empresarial forma parte de la estructura política del ejecutivo autonómico.
Piensa mal y acertarás. Pues, sin poderlo demostrar, imagino que la Junta de Castila, que no de León, han resultado vital en esa decisión de Europa. Que la consejería de Familia, que dirige una zamorana, ha intervenido en esa decisión, pudiera ser.
Insisto: mientras esta provincia, a la que han hecho pobre los gobiernos de Madrid y Valladolid, forme parte de la Junta, y carezca de un partido provincial, tipo UPL, sin tutelas de PP ni de PSOE; rebelde, que defienda solo los intereses de los zamoranos, de la gente del común, no de los poderosos, esos que se aprovechan, a través de las instituciones, de las subvenciones europeas, esta provincia se enfrenta a su desaparición. En 2033, se cumplen dos siglos de la creación de las nuevas provincias, obra de Javier del Burgos, aniversario para ejecutar una nueva reforma administrativa provincial.
La Junta no trabaja para Zamora. Aquí, como sabe que somos gente pusilánime, conformista, si fuste; nos dan dinero para el Museo de Semana Santa, y la grey pía se muestra tan feliz, y otras limosnas menores, mientras proyecta polígonos industriales y potencia los actuales en las provincias que más le interesan y dónde residen los grandes magnates de la prensa y la construcción, empresarios que dirigen ambos sectores, los que de verdad ejercen su omnímodo poder en esta comunidad sin sentido. Sucedió con Aznar, después con Lucas, también con Herrera y ahora con Mañueco. Y, si algún día gobernase el PSOE, también.
Eugenio-Jesús de Ávila
La destrucción del estado jacobino, fórmula secular de la izquierda europea desde la Revolución Francesa, durante la transición española, otorgándole un papel protagonista a las regiones, con especial énfasis en las nacionalistas, ha contribuido a un nuevo centralismo, más miserable e injusto que, en esta región ahistórica, en la que apenas existe sentimiento regional, agrandó las diferencias económicas, demográficas y sociales entre las nueve provincias de esto que se llama Castilla y León. La Junta, cuando llegaron los Fondos Europeos en los 80, apostó por Valladolid, su apéndice Palencia, y León, en detrimento de la Leonesa, en concreto, Zamora, donde se recibió pan de hoy para pasar hambre mañana. Desde entonces nuestra provincia menguó -ahora pierde 2.000 habitantes al año y va a más-, se redujo, se encogió, mientras las dos grandes capitales castellanas se transformaron en dos grandes ciudades, como también núcleos importantes de sus respectivas provincias se industrializaron con pujanza, con fuerza.
La rural Zamora perdió su futuro: sus industrias se las llevó el viento, como Reglero y Regojo; los grandes almacenes desaparecieron o se minimizaron, el sector primario perdió jóvenes, tierras cultivables y poderío ganadero, con un sector lácteo que se dejó más de 2.000 explotaciones en la reconversión pecuaria exigida por Europa para que España entrase en el la Comunidad. No ha mucho tiempo, el proyecto de Vicente Merino también se despreció en Valladolid.
Pero las afrentas hacia esta provincia alcanzan incluso hasta este agonizante 2022. Como la última apuesta de Europa por Valladolid con el Centro Silver Economy, que con tanto mimo venía tratando Francisco José Requejo.
Le cuento cómo ha sucedido: La decisión, en principio, la toma Europa, que nos otorga un diploma en el que se valora el proyecto al que se califica como de “alta excelencia”.
Pero, hete aquí que, tras la caricia, el directo al mentón: “no hay financiación”. Y ahora llega la sospecha: se presentan tres proyectos, uno de ciber seguridad, de León; el de Zamora y que elabora el ICE, organismo de la Junta de Castilla y León (Instituto para la Competitividad Empresarial). Entonces, Europa toma partido por el de Pucela, al que financia. Enfatizo: el ICE, organismo de la Junta. En este tiempo, ¿algún consejero o consejera, como Isabel Blanco, han trabajado en Bruselas para que el proyecto recayera en Valladolid, dado que el este Instituto para la Competitividad Empresarial forma parte de la estructura política del ejecutivo autonómico.
Piensa mal y acertarás. Pues, sin poderlo demostrar, imagino que la Junta de Castila, que no de León, han resultado vital en esa decisión de Europa. Que la consejería de Familia, que dirige una zamorana, ha intervenido en esa decisión, pudiera ser.
Insisto: mientras esta provincia, a la que han hecho pobre los gobiernos de Madrid y Valladolid, forme parte de la Junta, y carezca de un partido provincial, tipo UPL, sin tutelas de PP ni de PSOE; rebelde, que defienda solo los intereses de los zamoranos, de la gente del común, no de los poderosos, esos que se aprovechan, a través de las instituciones, de las subvenciones europeas, esta provincia se enfrenta a su desaparición. En 2033, se cumplen dos siglos de la creación de las nuevas provincias, obra de Javier del Burgos, aniversario para ejecutar una nueva reforma administrativa provincial.
La Junta no trabaja para Zamora. Aquí, como sabe que somos gente pusilánime, conformista, si fuste; nos dan dinero para el Museo de Semana Santa, y la grey pía se muestra tan feliz, y otras limosnas menores, mientras proyecta polígonos industriales y potencia los actuales en las provincias que más le interesan y dónde residen los grandes magnates de la prensa y la construcción, empresarios que dirigen ambos sectores, los que de verdad ejercen su omnímodo poder en esta comunidad sin sentido. Sucedió con Aznar, después con Lucas, también con Herrera y ahora con Mañueco. Y, si algún día gobernase el PSOE, también.
Eugenio-Jesús de Ávila
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