MEMORIA
Día de Ánimas
Las diversas celebraciones de homenaje a los muertos se remontan hasta la época de los neandertales. Científicos especialistas del ramo informaron que se han encontrado vestigios de honores a los muertos en la cueva de Atapuerca (Burgos), donde investigadores españoles ofrecen importantes descubrimientos sobre la evolución humana de alrededor de 300.000 años. Ello nos da idea de la antigüedad de los ritos funerarios y de cómo los pueblos primitivos crearon liturgias sobre este acontecimiento de la muerte que fueron raíces de comportamiento0s culturales.
Las sucesivas civilizaciones con sus prácticas fúnebres aportan datos de celebraciones en torno a los muertos , en unas casos religiosas y en otros paganas.
En el Antiguo Egipto seguían una serie de rituales de enterramiento que consideraban necesarios para asegurarse la inmortalidad después de la muerte.
Se incluían la momificación, la pronunciación de hechizos mágicos y la inclusión de objetos muy específicos en las tumbas que pensaban serían necesarios en la otra vida.
Las costumbres mortuorias evolucionaron a lo largo de los años, pero ateniéndonos al rito católico, fue Odilón, Abad del Monasterio de Cluny, quién en el año 998, en el sur de Francia, decidió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada "Conmemoración de los Fieles Difuntos". De allí se extendió a otras congregaciones de benedictinos, cartujos y otros colectivos monacales, hasta ser aceptado el 2 de noviembre como fecha en que la Iglesia celebraría esta fiesta.
El Monasterio de Cluny, de la Orden Benedictina, se halla emplazado en la villa del mismo nombre en una región situada al Este de Francia. Fue fundado en el año 910 con la intención de renovar la vida monástica de acuerdo con la regla de San Benito, del siglo VI. Su influencia fue tan enorme en todo el Occidente que de él llegaron a depender más de 1500 casas, lo que supuso, al tiempo que una vuelta a los orígenes de la vida monástica, un avance en cuanto a sistemas como la elección del Abad que se hacía libremente mediante votación entre los monjes. El Abad de Cluny tenía la categoría religiosa de Obispo, siendo uno de los cargos eclesiásticos más importantes e influyentes en todo el Occidente.
Tradicionalmente, en el Cementerio de San Atilano de Zamora se celebra el Día de Ánimas, o Día de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre, con el objetivo de orar por aquellos que acabaron su vida terrenal. Se organiza una procesión que, saliendo de la Capilla de San Atilano recorre las calles del interior del Cementerio, portando velas encendidas y orando bajo la dirección del Capellán del recinto.
Balbino Lozano
Las diversas celebraciones de homenaje a los muertos se remontan hasta la época de los neandertales. Científicos especialistas del ramo informaron que se han encontrado vestigios de honores a los muertos en la cueva de Atapuerca (Burgos), donde investigadores españoles ofrecen importantes descubrimientos sobre la evolución humana de alrededor de 300.000 años. Ello nos da idea de la antigüedad de los ritos funerarios y de cómo los pueblos primitivos crearon liturgias sobre este acontecimiento de la muerte que fueron raíces de comportamiento0s culturales.
Las sucesivas civilizaciones con sus prácticas fúnebres aportan datos de celebraciones en torno a los muertos , en unas casos religiosas y en otros paganas.
En el Antiguo Egipto seguían una serie de rituales de enterramiento que consideraban necesarios para asegurarse la inmortalidad después de la muerte.
Se incluían la momificación, la pronunciación de hechizos mágicos y la inclusión de objetos muy específicos en las tumbas que pensaban serían necesarios en la otra vida.
Las costumbres mortuorias evolucionaron a lo largo de los años, pero ateniéndonos al rito católico, fue Odilón, Abad del Monasterio de Cluny, quién en el año 998, en el sur de Francia, decidió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada "Conmemoración de los Fieles Difuntos". De allí se extendió a otras congregaciones de benedictinos, cartujos y otros colectivos monacales, hasta ser aceptado el 2 de noviembre como fecha en que la Iglesia celebraría esta fiesta.
El Monasterio de Cluny, de la Orden Benedictina, se halla emplazado en la villa del mismo nombre en una región situada al Este de Francia. Fue fundado en el año 910 con la intención de renovar la vida monástica de acuerdo con la regla de San Benito, del siglo VI. Su influencia fue tan enorme en todo el Occidente que de él llegaron a depender más de 1500 casas, lo que supuso, al tiempo que una vuelta a los orígenes de la vida monástica, un avance en cuanto a sistemas como la elección del Abad que se hacía libremente mediante votación entre los monjes. El Abad de Cluny tenía la categoría religiosa de Obispo, siendo uno de los cargos eclesiásticos más importantes e influyentes en todo el Occidente.
Tradicionalmente, en el Cementerio de San Atilano de Zamora se celebra el Día de Ánimas, o Día de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre, con el objetivo de orar por aquellos que acabaron su vida terrenal. Se organiza una procesión que, saliendo de la Capilla de San Atilano recorre las calles del interior del Cementerio, portando velas encendidas y orando bajo la dirección del Capellán del recinto.
Balbino Lozano

















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