Eugenio de Ávila
Miércoles, 02 de Noviembre de 2022
JUZGADO DE INSTRUCCIÓN Nº 3 DE ZAMORA

La Fiscalía pide que se desestime la denuncia del padre de Pablo Iglesias contra Álvarez de Toledo

Francisco Javier Iglesias le reclama una indemnización de 18.000 euros, por vulnerar su derecho al honor

La exportavoz y política del Partido Popular acudió al juicio en Zamora “por decir algo tan evidente como que una persona que militó en una organización terrorista puede ser calificada como terrorista".

Esteban Pedrosa

 

La Fiscalía ha pedido que se desestime la denuncia presentada por Francisco Javier Iglesias en el juicio contra la diputada nacional del PP Cayetana Álvarez de Toledo, después de que la política manifestase en un debate en el Congreso con Pablo Iglesias que es “hijo de un terrorista, a esa aristocracia pertenece, la del crimen político.” La diputada del PP respondía así al líder de Podemos que, con anterioridad la llamó “marquesa”.

 

Hoy, por la mañana, Cayetana Álvarez de Toledo estuvo en Zamora, acompañada de su actual pareja, el periodista Arcadi Espada, donde protagonizó una vista que se alargó unas tres horas. Al término de la comparecencia, la política y también escritora atendió a los medios de comunicación, tras alabar a su abogado, afirmando que he venido a Zamora por una demanda interpuesta por el Sr. Iglesias contra mí, “por decir algo tan evidente que una persona que militó en una organización terrorista puede ser calificada como terrorista. Eso es lo que se dirimía, si se puede llamar terrorista a una persona que ha militado en una organización terrorista. El FRAP fue una organización terrorista. La fuente no es solo el propio hijo, que lo dijo reiteradamente, la primera vez en un artículo con motivo de la muerte de Santiago Carrillo, cuando dijo: créanme si lo digo como hijo de un militante del FRAP. En el año 2013, cuelga un twit en el que habla de mi padre fes rapero. El propio demandante, Iglesias Peláez, padre de Pablo, reconoce su vinculación con el FRAP en una entrevista en el diario Público”.

 

Comentó, Álvarez de Toledo, que el Sr. Iglesias hizo hoy algunas cosas bastante sorprendentes: “Que lo dicho por su hijo sobre él, como llamarlo frapero, forma parte de las bromas familiares y algo más extravagante: que la entrevista en el diario Público había errores del periodista, aludiendo a esa vinculación suya con el comité por FRAP, errores que no ha reconocido, como tampoco lo ha hecho con las citas de su hijo con su vinculación al FRAP”.

 

Esteban Pedrosa

 

Álvarez de Toledo le pidió a Iglesias, que, “si uno ha tenido en su juventud una vinculación en una organización que aplicaba el terror para generar alarma social para crear un cambio político, al menos podría adjurar de ello, de esa vinculación con su pasado. No se pueden cambiar los hechos, pero sí puede decir que se equivocó siendo joven, militando en una organización que utilizaba el terror para provocar un cambio político”.

 

Otra reflexión que realizó la política del PP a preguntas de la letrada del Sr. Iglesias se basó en que “no se puede hacer compatible el orgullo frapero por el honor vulnerado, porque si se ha formado parte de una organización como FRAP, banda terrorista como reconocen todos los organismos oficiales del Estado y el hecho de que sus víctimas reciben indemnizaciones como víctimas de organización terrorista, no puede sentir uno que su honor está siendo vulnerado por recordarle que el FRAP fue una organización terrorista”.

 

Esteban Pedrosa

 

“Si a mí se me condenara -afirmo Álvarez de Toledo-, pero creo que no, sería una manera de legitimar al FRAP, y condenar al olvido, una vez más, a sus víctimas. Tres cosas me han movido siempre: respeto absoluto a las palabras, porque pesan y se refieren a cosas concretas. El respeto a los hechos, a la verdad histórica y el respeto a las víctimas del terrorismo”.

 

La política española mostró fotografías de las seis víctimas del FRAP y un libro de Carmen Ladrón de Guevara sobre las víctimas del terrorismo de extrema izquierda. "Entre las víctimas del FRAP, un policía de 21 años, oriundo de León, de padre minero; otro de 24 años, con su mujer embarazada de cuatro meses, que murieron en la manifestación de Mayo del año 1973. Sus muertes fueron reivindicadas en un comunicado del FRAP".  

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