La gran dimisión

Quizá una de las consecuencias más inesperadas de la Covid-19 es lo que el profesor de la Universidad de Texas A&M, Anthony Klotz, bautizó como “la gran dimisión” (en inglés the great resignation); un fenómeno principalmente dado en EEUU por el cual millones de personas dimitieron de su puesto de trabajo tras el fin de las restricciones impuestas por la pandemia.

Tal y como señaló el informe ‘Microsoft’s 2021 Work Trend Index’, tras el fin de las cuarentenas, el 41 % de los profesionales se plantearon dejar su puesto de trabajo. Los psicólogos y expertos coinciden en señalar que tras el shock que supuso ver cómo de frágil son nuestras vidas, las prioridades de muchas personas cambiaron, ¿estaban dedicando suficiente tiempo a la familia? ¿merecía realmente la pena pasar ocho horas al día en un trabajo que no les gustaba?

Si bien este es un fenómeno principalmente estadounidense, lo cierto es que en todo el mundo debe tomarse conciencia del estado emocional de una gran parte de la población. El conocido como síndrome de burnout (trabajador “quemado”) es una constante en todo el mundo occidental y, por ello, las empresas cada vez se están esforzando más en ofrecer mejoras no solamente salariales, sino de conciliación y bienestar. Aquellas organizaciones que mejor se adapten a las demandas de sus trabajadores serán capaces de atraer más talento y por tanto ser más competitivas en el complejo mercado del siglo XXI.