COSAS MÍAS
La ciudad pretérita aguarda el invierno
El Día de Todos los Santos abrió la puerta del otoño lígrimo, esa estación en que la belleza se enseñorea de la tristeza, los árboles se desnudan, el silencio habla y la gente se abriga. Ahora, buscamos el puente de la Constitución, carta magna que muchos gustan de incumplir: Gobierno, oposición, independentismo... y la Purísima. Y, en nada, la Navidad y… adiós al año. La vida es caminar breve jornada.
En nuestra Zamora, la vida marcha del revés, hacia atrás. El tiempo dura más. Cada minuto, setenta segundos. Por esa razón tan sutil, vivimos en la ciudad-pretérita. No avanzamos. Como esta tierra vive en el pasado, el futuro nunca llega. Se celebra la Semana Santa, no como momento religioso, sino como tributo al tiempo que se nos fue. Como aquí ni hubo, salvo alguna excepción, ni habrá, industrialización, se mantienen tradiciones por doquier. Nada ha cambiado. Tampoco nuestra mentalidad, en ocasiones pacata, pusilánime o taciturna, permite dar un salto hacia el porvenir. Muchos han elegido quedarse como están. Sin sustos ni contratiempos.
Nuestros políticos poseen querencia por detener el tiempo y ocupar el mismo cargo hasta la jubilación. Pero el nonato 2023 nos aguarda con dos convocatorias electorales: comicios locales, en mayo, y legislativas, en diciembre. Guarido me confesó que no seguiría. Requejo todavía desconoce si montará un nuevo partido o se irá a su empresa. Del PP, está bastante claro. De Vox, nada se sabe. Solo el PSOE ha designado a David Gago como candidato a la Alcaldía. En breve, nos esconderemos entre la niebla. Un servirdor intentará escribir el porvenir de Zamora en una hoja seca de chopo o sobre el agua turbia del Duero.
Eugenio-Jesús de Ávila
El Día de Todos los Santos abrió la puerta del otoño lígrimo, esa estación en que la belleza se enseñorea de la tristeza, los árboles se desnudan, el silencio habla y la gente se abriga. Ahora, buscamos el puente de la Constitución, carta magna que muchos gustan de incumplir: Gobierno, oposición, independentismo... y la Purísima. Y, en nada, la Navidad y… adiós al año. La vida es caminar breve jornada.
En nuestra Zamora, la vida marcha del revés, hacia atrás. El tiempo dura más. Cada minuto, setenta segundos. Por esa razón tan sutil, vivimos en la ciudad-pretérita. No avanzamos. Como esta tierra vive en el pasado, el futuro nunca llega. Se celebra la Semana Santa, no como momento religioso, sino como tributo al tiempo que se nos fue. Como aquí ni hubo, salvo alguna excepción, ni habrá, industrialización, se mantienen tradiciones por doquier. Nada ha cambiado. Tampoco nuestra mentalidad, en ocasiones pacata, pusilánime o taciturna, permite dar un salto hacia el porvenir. Muchos han elegido quedarse como están. Sin sustos ni contratiempos.
Nuestros políticos poseen querencia por detener el tiempo y ocupar el mismo cargo hasta la jubilación. Pero el nonato 2023 nos aguarda con dos convocatorias electorales: comicios locales, en mayo, y legislativas, en diciembre. Guarido me confesó que no seguiría. Requejo todavía desconoce si montará un nuevo partido o se irá a su empresa. Del PP, está bastante claro. De Vox, nada se sabe. Solo el PSOE ha designado a David Gago como candidato a la Alcaldía. En breve, nos esconderemos entre la niebla. Un servirdor intentará escribir el porvenir de Zamora en una hoja seca de chopo o sobre el agua turbia del Duero.
Eugenio-Jesús de Ávila


















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