NUEVO MUSEO
Zamora es mucho más que una Semana Santa
![[Img #71590]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/4006_museo.jpg)
Zamora, la olvidada, la ciudad-pretérita, la aparcada en la historia, tendrá su Museo de Semana Santa allá por el año 2025. Isabel García Prieto, la presidenta de la Junta, tiene culpa de que este proyecto salga adelante, porque solo una mujer es capaz de enredar a tantas instituciones públicas, gobernadas por presidentes de distintas ideologías.
Ahora bien, quizá porque siempre tuve cierta querencia por lo mejor, hubiera deseado un edificio singular que, por su propia arquitectura, convocase a visitarlo desde otras provincias, una especie de Guggenheim de la Semana de Pasión. Ya sé que Zamora no es Bilbao y esta región ahistórica tampoco es el País Vasco.
Los zamoranos ya conocemos lo que custodiará ese nuevo Museo. Que no está nada mal, aunque nuestros grupos escultóricos alcanzan mayor categoría cuando forman parte de las procesiones, por nuestras rúas y calles especiales. Desconocemos cómo se distribuirán los pasos, la iluminación, y, ante todo, su exterior, que debería ser, en si mismo, un atractivo para conocerlos por dentro.
![[Img #71591]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/4601_museo1.jpg)
Y me supongo que no se convertirá en otro almacén de esculturas sin más. Quiero decir que hay que aprovechar esos 5.300 metros cuadrados para que el Museo no se reduzca solo a guardar pasos, sino que concite el interés de estudiosos, de la cultura. No soy un erudito en museos, ni tengo idea de cuáles son las versiones más avanzadas de los museos en esta actual centuria. Tampoco me conformo con que sea solo el museo de la ciudad de Zamora. Ha de abarcar la Pasión zamorana, la Semana Santa de toda la provincia.
No sé cuántos técnicos y operarios se necesitarán para que el Museo funcione, ni quiénes abonarán sus salarios, ni quiénes, instituciones públicas, correrán con los gastos de mantenimiento. Una vez que las obras ya se han presentado, Junta de Castilla y León, Diputación de Zamora y Ayuntamiento ya habrán llegado a un acuerdo para hacer frente a su conservación. Solo en limpieza, el gasto implicará una buena partida.
![[Img #71589]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/6899_museo2.jpg)
Tras estos esos cinco párrafos sobre el nuevo Museo, afirmo que la Semana Santa no es Zamora, con ser una fiesta extraordinaria; que tres días, de Jueves Santo a Domingo de Resurrección no sirven para reactivar la economía zamorana; que existe otro turismo religioso, que no atiende solo a los días de la Pasión; que los zamoranos tenemos que exigir más inversiones que difieran de la Semana Santa; que prefiero que las instituciones públicas locales y provinciales busquen fuera inversiones empresariales, y que la Junta de Castilla y León nos señale como tierra destinada a la industrialización. Al respecto, por qué no se le exige a Mañueco, con idéntica fuerza que se le pidió participase, económicamente en la construcción del nuevo museo, la creación en nuestra ciudad o su alfoz de un Polígono Tecnológico Agropecuario, una especie de Boecillo para el sector primario.
Si Zamora sigue creyendo, en esta tercera década del siglo XXI que la Semana Santa transformará nuestra ciudad, que la reactivará económicamente, que los jóvenes zamoranos se quedarán a trabajar en su tierra, que los locales comerciales de San Torcuato y Santa Clara volverán a abrirse con tiendas que vendan magníficos productos, me temo que nos acercaremos al abismo económico y social.
No quiero una ciudad muerta, una ciudad que viva, como mucho, siete días al año; una urbe que se vaya desmoronando social y económicamente. Zamora, reitero, es mucho más que una Semana Santa.
![[Img #71590]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/4006_museo.jpg)
Zamora, la olvidada, la ciudad-pretérita, la aparcada en la historia, tendrá su Museo de Semana Santa allá por el año 2025. Isabel García Prieto, la presidenta de la Junta, tiene culpa de que este proyecto salga adelante, porque solo una mujer es capaz de enredar a tantas instituciones públicas, gobernadas por presidentes de distintas ideologías.
Ahora bien, quizá porque siempre tuve cierta querencia por lo mejor, hubiera deseado un edificio singular que, por su propia arquitectura, convocase a visitarlo desde otras provincias, una especie de Guggenheim de la Semana de Pasión. Ya sé que Zamora no es Bilbao y esta región ahistórica tampoco es el País Vasco.
Los zamoranos ya conocemos lo que custodiará ese nuevo Museo. Que no está nada mal, aunque nuestros grupos escultóricos alcanzan mayor categoría cuando forman parte de las procesiones, por nuestras rúas y calles especiales. Desconocemos cómo se distribuirán los pasos, la iluminación, y, ante todo, su exterior, que debería ser, en si mismo, un atractivo para conocerlos por dentro.
![[Img #71591]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/4601_museo1.jpg)
Y me supongo que no se convertirá en otro almacén de esculturas sin más. Quiero decir que hay que aprovechar esos 5.300 metros cuadrados para que el Museo no se reduzca solo a guardar pasos, sino que concite el interés de estudiosos, de la cultura. No soy un erudito en museos, ni tengo idea de cuáles son las versiones más avanzadas de los museos en esta actual centuria. Tampoco me conformo con que sea solo el museo de la ciudad de Zamora. Ha de abarcar la Pasión zamorana, la Semana Santa de toda la provincia.
No sé cuántos técnicos y operarios se necesitarán para que el Museo funcione, ni quiénes abonarán sus salarios, ni quiénes, instituciones públicas, correrán con los gastos de mantenimiento. Una vez que las obras ya se han presentado, Junta de Castilla y León, Diputación de Zamora y Ayuntamiento ya habrán llegado a un acuerdo para hacer frente a su conservación. Solo en limpieza, el gasto implicará una buena partida.
![[Img #71589]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/6899_museo2.jpg)
Tras estos esos cinco párrafos sobre el nuevo Museo, afirmo que la Semana Santa no es Zamora, con ser una fiesta extraordinaria; que tres días, de Jueves Santo a Domingo de Resurrección no sirven para reactivar la economía zamorana; que existe otro turismo religioso, que no atiende solo a los días de la Pasión; que los zamoranos tenemos que exigir más inversiones que difieran de la Semana Santa; que prefiero que las instituciones públicas locales y provinciales busquen fuera inversiones empresariales, y que la Junta de Castilla y León nos señale como tierra destinada a la industrialización. Al respecto, por qué no se le exige a Mañueco, con idéntica fuerza que se le pidió participase, económicamente en la construcción del nuevo museo, la creación en nuestra ciudad o su alfoz de un Polígono Tecnológico Agropecuario, una especie de Boecillo para el sector primario.
Si Zamora sigue creyendo, en esta tercera década del siglo XXI que la Semana Santa transformará nuestra ciudad, que la reactivará económicamente, que los jóvenes zamoranos se quedarán a trabajar en su tierra, que los locales comerciales de San Torcuato y Santa Clara volverán a abrirse con tiendas que vendan magníficos productos, me temo que nos acercaremos al abismo económico y social.
No quiero una ciudad muerta, una ciudad que viva, como mucho, siete días al año; una urbe que se vaya desmoronando social y económicamente. Zamora, reitero, es mucho más que una Semana Santa.






















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