PASIONES
Zamora: manifestarse, reivindicar, protestar y exigir
Zamora se manifiesta este viernes, 18 de noviembre, para que a esta provincia se le conceda una fiscalidad diferenciada. Palabro duro, feo, progre. Requejo, un político distinto, porque es empresario antes que hombre de la res pública, persona que no necesitó la política para ganarse la vida, decidió, ante el agravio con nuestra tierra, el enésimo, mover a los zamoranos, con el objetivo de saber si nos da lo mismo que se rían de nosotros o que lloren con nuestras cuitas. El gobierno sanchista y el ejecutivo de Valladolid se mofan de nuestras miserias, porque nos tienen por gente palurda, pusilánime y provinciana.
Apruebo esa movida social. Ahora bien, Zamora tiene muchos motivos para manifestarse, quizá todas las semanas, y, una vez cerrada el ciclo, iniciarlo de nuevo. Verbigracia: legislatura tras legislatura, con gobiernos del PP y del PSOE se juega con la transformación de la N-122, una de las carreteras más peligrosas de la provincia, con un gran tránsito de camiones lusos, en autovía. El ejecutivo sanchista suele colocar unos poquitos millones en los sucesivos Presupuestos Generales del Estado, mientras sus vicarios lo venden en nuestra tierra. Nadie se cree nada, porque en Zamora ya somos un poco como el apóstol Tomás. Ver para creer. Y aquí no se ve nada: solo inactividad económica, envejecimiento, despoblación.
Recuerdo que, mientras en otras provincias, las más queridas por el PP de la Junta, las que dan más votos, se construían puentes, en Zamora tuvimos que esperar y esperar, como Penélope a Ulises, para que el Duero. También se habló, durante un ejecutivo socialista en La Moncloa, de construir una prisión en nuestra ciudad. Nada de nada. Zarandajas. Se llevaron la nuestra a la vecina provincia. Nadie dijo ni mu. Y esa cárcel daba mucho dinero a nuestra ciudad. El PSOE felipista se llevó el Regimiento Toledo a Salamanca. Cuatro décadas después intenta ese partido suturar la herida con un renacimiento de Monte la Reina, que repite presupuesto dos años consecutivos. De risa. Y no me olvido de que tuvimos la oportunidad de tener, en las tierras que unen la capital con Coreses, un centro logístico. Inversión de más de cien millones. Entre unos y otros sepultaron. Sucedió en el año 2006. Ahora he oído en emisora de radio regional que Palencia tendrá un Parque Tecnológico Agrario. Durante uno de los mandatos de Rosa Valdeón, alguien tuvo la idea de pedir a la Junta para nuestra ciudad o alfoz un Boecillo Agroganadero. Nada.
Pero los zamoranos son felices con que la Junta, Diputación y Ayuntamiento –del Gobierno de Sánchez no se sabe nada- dedican un dinero para construir un nuevo Museo de Semana Santa, que jamás reactivará la economía de nuestra ciudad. Nos conformamos con migajas y mendrugos. Nos engañan como a los chinos de antes, a los que portaban coleta.
Como los políticos del PSOE y PP, cuando mandan sus respectivos partidos en La Moncloa, obedecen, prietas las filas, a sus jefes, ante el temor de no repetir asiento en Congreso y Senado, nuestra provincia se ha quedado sin voz, sin un líder que la defiende, que reivindique inversiones, que les cante las cuarenta a tirios y troyanos. Y sé también de gente que vive muy bien, excelente patrimonio y salario, que siempre incordiaron, presionaron y dañaron cualquier intento de que Zamora progrese. Ellos no quieren obreros con los que compartir barra en bares y cafeterías. La ciudad y la provincia están muy bien como están. ¡Para qué cambiarlas!
Aquí, en esta malhadada comunidad autonómica, donde siempre mandó el PP, salvo una etapa del PSOE, periodo en el que también se nos obvió –Demetrio Madrid se llevó un Museo de Arte Contemporáneo (MUSAC) a León-, los procuradores populares jamás exigieron ni Aznar, ni al tal Lucas, ni a Herrera, ni ahora a Mañueco, inversiones importantes para nuestra tierra. Cierto que se construyó IFEZA, el FRAH, el nuevo Hospital, y tarde el nuevo puente y ahora, gracias a Herrera, como forma de hacer la puñeta a los populares de Zamora que tanto daño causaron a Rosa Valdeón, veremos en un par de años el Centro Cívico, el Parque de Bomberos y el Conservatorio de Música. Pero se trata de inmuebles que, durante su construcción, crearán puestos de trabajo. Perfecto. Ahora bien Zamora demanda industrias, que son las que asienten y atraen población. Si nuestra tierra produce magníficas materias primas, por qué no las transformamos aquí. Hay que cerrar, de una puñetera vez, el ciclo del porcino, que ha hecho millonarios a unos pocos zamoranos, pero que regala plusvalías a otras provincias. Fábricas de espárragos, de pimientos y tomates, de pepinillo…
Y si hubiera huevos, exigir en los parlamentos nacional y regional que las energías eléctrica, eólica, solar tengan un coste mucho menor, como productora, en Zamora, lo que favorecía a nuestros empresarios y atraería a los foráneos. Los alcaldes de la capital y los presidentes de la Diputación tienen que sentarse ya con Iberdrola para negociar inversiones en nuestra provincia. Fuimos importantes para esa empresa. Dimos mucho a cambio de anegar tierras, sin recibir nada a cambio.
Y que no se quede un euro que venga de Europa para favorecer el desarrollo en las zonas fronterizas con Portugal y menos desarrolladas, ni en Valladolid, ni en Burgos, ni en el resto de Castilla, salvo en Salamanca, que también es frontera lusa. Zamora para los zamoranos.
Y los de los museos y turismo, me parece estupendo. No podemos vivir solo de un sector económico, sino de la suma de muchos.
Y, por supuesto, hay que mirar más hacia Tras os Montes, Braganza y Oporto. Pero, para que ese vínculo se desarrolle y potencie necesitamos que, en menos de un lustro, la N-122 se autovía. Y no me olvido de que lo que queda de N-631 sea también autovía. Hay que reivindicarla también. Lo del puente de la Estrella es una vergüenza provincial y para cualquier gobierno de la nación.
Los zamoranos tenemos, pues, muchas razones para manifestarnos, para protestar y exigir, jamás para lamentarnos. Aquí ya no quedan lágrimas. Ya pusimos el grito en el cielo, y en el éter sigue, contra la Junta por lo de la Biorrefinería, ahora en proceso judicial, por los incendios del pasado verano. ¿Vamos a seguir votando a los que nos esquilmaron desde el inicio de la democracia?
Eugenio-Jesús de Ávila
Zamora se manifiesta este viernes, 18 de noviembre, para que a esta provincia se le conceda una fiscalidad diferenciada. Palabro duro, feo, progre. Requejo, un político distinto, porque es empresario antes que hombre de la res pública, persona que no necesitó la política para ganarse la vida, decidió, ante el agravio con nuestra tierra, el enésimo, mover a los zamoranos, con el objetivo de saber si nos da lo mismo que se rían de nosotros o que lloren con nuestras cuitas. El gobierno sanchista y el ejecutivo de Valladolid se mofan de nuestras miserias, porque nos tienen por gente palurda, pusilánime y provinciana.
Apruebo esa movida social. Ahora bien, Zamora tiene muchos motivos para manifestarse, quizá todas las semanas, y, una vez cerrada el ciclo, iniciarlo de nuevo. Verbigracia: legislatura tras legislatura, con gobiernos del PP y del PSOE se juega con la transformación de la N-122, una de las carreteras más peligrosas de la provincia, con un gran tránsito de camiones lusos, en autovía. El ejecutivo sanchista suele colocar unos poquitos millones en los sucesivos Presupuestos Generales del Estado, mientras sus vicarios lo venden en nuestra tierra. Nadie se cree nada, porque en Zamora ya somos un poco como el apóstol Tomás. Ver para creer. Y aquí no se ve nada: solo inactividad económica, envejecimiento, despoblación.
Recuerdo que, mientras en otras provincias, las más queridas por el PP de la Junta, las que dan más votos, se construían puentes, en Zamora tuvimos que esperar y esperar, como Penélope a Ulises, para que el Duero. También se habló, durante un ejecutivo socialista en La Moncloa, de construir una prisión en nuestra ciudad. Nada de nada. Zarandajas. Se llevaron la nuestra a la vecina provincia. Nadie dijo ni mu. Y esa cárcel daba mucho dinero a nuestra ciudad. El PSOE felipista se llevó el Regimiento Toledo a Salamanca. Cuatro décadas después intenta ese partido suturar la herida con un renacimiento de Monte la Reina, que repite presupuesto dos años consecutivos. De risa. Y no me olvido de que tuvimos la oportunidad de tener, en las tierras que unen la capital con Coreses, un centro logístico. Inversión de más de cien millones. Entre unos y otros sepultaron. Sucedió en el año 2006. Ahora he oído en emisora de radio regional que Palencia tendrá un Parque Tecnológico Agrario. Durante uno de los mandatos de Rosa Valdeón, alguien tuvo la idea de pedir a la Junta para nuestra ciudad o alfoz un Boecillo Agroganadero. Nada.
Pero los zamoranos son felices con que la Junta, Diputación y Ayuntamiento –del Gobierno de Sánchez no se sabe nada- dedican un dinero para construir un nuevo Museo de Semana Santa, que jamás reactivará la economía de nuestra ciudad. Nos conformamos con migajas y mendrugos. Nos engañan como a los chinos de antes, a los que portaban coleta.
Como los políticos del PSOE y PP, cuando mandan sus respectivos partidos en La Moncloa, obedecen, prietas las filas, a sus jefes, ante el temor de no repetir asiento en Congreso y Senado, nuestra provincia se ha quedado sin voz, sin un líder que la defiende, que reivindique inversiones, que les cante las cuarenta a tirios y troyanos. Y sé también de gente que vive muy bien, excelente patrimonio y salario, que siempre incordiaron, presionaron y dañaron cualquier intento de que Zamora progrese. Ellos no quieren obreros con los que compartir barra en bares y cafeterías. La ciudad y la provincia están muy bien como están. ¡Para qué cambiarlas!
Aquí, en esta malhadada comunidad autonómica, donde siempre mandó el PP, salvo una etapa del PSOE, periodo en el que también se nos obvió –Demetrio Madrid se llevó un Museo de Arte Contemporáneo (MUSAC) a León-, los procuradores populares jamás exigieron ni Aznar, ni al tal Lucas, ni a Herrera, ni ahora a Mañueco, inversiones importantes para nuestra tierra. Cierto que se construyó IFEZA, el FRAH, el nuevo Hospital, y tarde el nuevo puente y ahora, gracias a Herrera, como forma de hacer la puñeta a los populares de Zamora que tanto daño causaron a Rosa Valdeón, veremos en un par de años el Centro Cívico, el Parque de Bomberos y el Conservatorio de Música. Pero se trata de inmuebles que, durante su construcción, crearán puestos de trabajo. Perfecto. Ahora bien Zamora demanda industrias, que son las que asienten y atraen población. Si nuestra tierra produce magníficas materias primas, por qué no las transformamos aquí. Hay que cerrar, de una puñetera vez, el ciclo del porcino, que ha hecho millonarios a unos pocos zamoranos, pero que regala plusvalías a otras provincias. Fábricas de espárragos, de pimientos y tomates, de pepinillo…
Y si hubiera huevos, exigir en los parlamentos nacional y regional que las energías eléctrica, eólica, solar tengan un coste mucho menor, como productora, en Zamora, lo que favorecía a nuestros empresarios y atraería a los foráneos. Los alcaldes de la capital y los presidentes de la Diputación tienen que sentarse ya con Iberdrola para negociar inversiones en nuestra provincia. Fuimos importantes para esa empresa. Dimos mucho a cambio de anegar tierras, sin recibir nada a cambio.
Y que no se quede un euro que venga de Europa para favorecer el desarrollo en las zonas fronterizas con Portugal y menos desarrolladas, ni en Valladolid, ni en Burgos, ni en el resto de Castilla, salvo en Salamanca, que también es frontera lusa. Zamora para los zamoranos.
Y los de los museos y turismo, me parece estupendo. No podemos vivir solo de un sector económico, sino de la suma de muchos.
Y, por supuesto, hay que mirar más hacia Tras os Montes, Braganza y Oporto. Pero, para que ese vínculo se desarrolle y potencie necesitamos que, en menos de un lustro, la N-122 se autovía. Y no me olvido de que lo que queda de N-631 sea también autovía. Hay que reivindicarla también. Lo del puente de la Estrella es una vergüenza provincial y para cualquier gobierno de la nación.
Los zamoranos tenemos, pues, muchas razones para manifestarnos, para protestar y exigir, jamás para lamentarnos. Aquí ya no quedan lágrimas. Ya pusimos el grito en el cielo, y en el éter sigue, contra la Junta por lo de la Biorrefinería, ahora en proceso judicial, por los incendios del pasado verano. ¿Vamos a seguir votando a los que nos esquilmaron desde el inicio de la democracia?
Eugenio-Jesús de Ávila






















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