NOCTURNOS
El hombre y la belleza femenina
![[Img #71905]](https://eldiadezamora.es/upload/images/11_2022/4601_nena2.jpg)
No siento escribir lo que sigue, porque lo asumo, lo he vivido y podría demostrarlo. Empírico. Empiezo: un hombre, normal, ni tonto ni inteligentísimo, lo primero que aprecia en una mujer es su físico. En mi caso, su rostro. Raro que un varón intente seducir a una mujer poco agraciada. ¿Injusto? No lo sé. No juzgo. Un lector prefiere leer, por ejemplo, a un Proust que a un servidor. Quizá la belleza, sin más virtudes, sea un defecto más que una potencia erótica.
Siempre me ha atraído lo mejor: música, literatura, poesía, cine y…féminas. Las señoras y señoritas que pasaron por mi vida se distinguían por su belleza. Incluso aquellas que solo fueron tangente a mi circunferencia erótica, también destacaron por su hermosura.
Sigo. Las abejas chupan el néctar de las flores más sabrosas y coloridas. Los hombres que queremos elaborar una rica miel de pasión también nos quedamos con esas damas que sobresalen: caras bonitas, cuerpos atractivos, elegancia y feminidad.
Una vez que conocemos a una señorita muy atractiva podemos enamorarnos si su belleza exterior también rima con la interior; si sus ojos conjugan con su talento, si sus senos tienen la forma de su cerebro.
No todas las bellezas enamoran. Las masculinas, tampoco. Pero una mujer guapa, elegante, culta, sensible e inteligente me enamora. Y si me presta alguna atención, me quedará a vivir en su alma el resto de mi vida. Siempre fallo yo. Nunca se equivocaron las mujeres de mi vida. Se fueron o me fui, aun amándolas, cuando era menester. El amor no se acaba, lo que termina es su efecto.
Eugenio-Jesús de Ávila
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No siento escribir lo que sigue, porque lo asumo, lo he vivido y podría demostrarlo. Empírico. Empiezo: un hombre, normal, ni tonto ni inteligentísimo, lo primero que aprecia en una mujer es su físico. En mi caso, su rostro. Raro que un varón intente seducir a una mujer poco agraciada. ¿Injusto? No lo sé. No juzgo. Un lector prefiere leer, por ejemplo, a un Proust que a un servidor. Quizá la belleza, sin más virtudes, sea un defecto más que una potencia erótica.
Siempre me ha atraído lo mejor: música, literatura, poesía, cine y…féminas. Las señoras y señoritas que pasaron por mi vida se distinguían por su belleza. Incluso aquellas que solo fueron tangente a mi circunferencia erótica, también destacaron por su hermosura.
Sigo. Las abejas chupan el néctar de las flores más sabrosas y coloridas. Los hombres que queremos elaborar una rica miel de pasión también nos quedamos con esas damas que sobresalen: caras bonitas, cuerpos atractivos, elegancia y feminidad.
Una vez que conocemos a una señorita muy atractiva podemos enamorarnos si su belleza exterior también rima con la interior; si sus ojos conjugan con su talento, si sus senos tienen la forma de su cerebro.
No todas las bellezas enamoran. Las masculinas, tampoco. Pero una mujer guapa, elegante, culta, sensible e inteligente me enamora. Y si me presta alguna atención, me quedará a vivir en su alma el resto de mi vida. Siempre fallo yo. Nunca se equivocaron las mujeres de mi vida. Se fueron o me fui, aun amándolas, cuando era menester. El amor no se acaba, lo que termina es su efecto.
Eugenio-Jesús de Ávila


















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