ZAMORA INDÓMITA
Los zamoranos tiene que seguir protestando y exigiendo al Gobierno y a la Junta
Conociendo la apatía antropológica de la sociedad zamorana, su comodidad, la manifestación organizada por Francisco José Requejo, exigiendo una fiscalidad diferenciada para la provincia, resultó todo un éxito. Miles de personas acudieron a la cita en una noche de noviembre que parecía de puro invierno. Estuvieron todos los que tenían que estar. Las izquierdas, no. Lógico. Se ponía en solfa a su gobierno. Y nuestro socialismo se debe a su ejecutivo, a su partido, y no a los zamoranos, a los que pedirán el voto, a no tardar, en el mes de mayo, en los comicios municipales. Habrá que recordárselo en cada municipio zamorano.
Primero es Zamora y sus cuitas, y después los intereses, siempre egoístas, de los partidos. Nunca, ni en mis peores tiempos de revolucionario de la burguesía, me sentí más de izquierdas que zamorano. Mi tierra primó en mi vida. Mucho más ahora, cuando se la ha humillado desde todos los gobiernos habidos y por haber, más por los ejecutivos sociales, los que iniciaron el desmoronamiento del Estado en Zamora, los que más han gobernado, con diferencia, durante nuestra democracia, régimen que le ha sentado muy mal a nuestra provincia y a su capital. En el año 1965, vivían en nuestra geografía más de un cuarto de millón de habitantes, hoy bajamos de 170.000. La ciudad, Zamora, tenía 50.000 habitantes. Casi 60 años después, está a punto de perder los 60.000.
Zamora tendría que manifestarse todas las semanas, durante los 12 meses del año. Y me atrevería a pedir a las cofradías de Semana Santa que, cien metros por delante de sus procesiones, se permitiera a zamoranos portar una pancarta reivindicativa.
Zamora no tiene nada y lo poco que guardada se lo han expoliado. Zamora no puede esperar nada de gobierno alguno, ni de los que dicen defender a los sencillos y humildes, ni de los conservadores. A lo largo de la democracia, unos y otros nos humillaron, nos empobrecieron y nos ningunearon.
Hay que seguir exigiendo al gobierno sanchista. Si de aquí a un tiempo prudencial no se sabe nada de Monte la Reina y la autovía entre Zamora y la frontera lusa, otra vez a la calle. Y tener memoria cuando toque votar de quiénes se mofaron de los zamoranos. La historia está ahí. La contaré.
Pediría a los políticos que, para la próxima ocasión, no encabezan la protesta. Las izquierdas calificarán de protesta de "fachas" contra el Gobierno del pueblo, de la gente. Tiempo al tiempo.
Me olvidaba: el sonido, muy deficiente. A Requejo no se le oía a 10 metros. Al loro.
Eugenio-Jesús de Ávila
Conociendo la apatía antropológica de la sociedad zamorana, su comodidad, la manifestación organizada por Francisco José Requejo, exigiendo una fiscalidad diferenciada para la provincia, resultó todo un éxito. Miles de personas acudieron a la cita en una noche de noviembre que parecía de puro invierno. Estuvieron todos los que tenían que estar. Las izquierdas, no. Lógico. Se ponía en solfa a su gobierno. Y nuestro socialismo se debe a su ejecutivo, a su partido, y no a los zamoranos, a los que pedirán el voto, a no tardar, en el mes de mayo, en los comicios municipales. Habrá que recordárselo en cada municipio zamorano.
Primero es Zamora y sus cuitas, y después los intereses, siempre egoístas, de los partidos. Nunca, ni en mis peores tiempos de revolucionario de la burguesía, me sentí más de izquierdas que zamorano. Mi tierra primó en mi vida. Mucho más ahora, cuando se la ha humillado desde todos los gobiernos habidos y por haber, más por los ejecutivos sociales, los que iniciaron el desmoronamiento del Estado en Zamora, los que más han gobernado, con diferencia, durante nuestra democracia, régimen que le ha sentado muy mal a nuestra provincia y a su capital. En el año 1965, vivían en nuestra geografía más de un cuarto de millón de habitantes, hoy bajamos de 170.000. La ciudad, Zamora, tenía 50.000 habitantes. Casi 60 años después, está a punto de perder los 60.000.
Zamora tendría que manifestarse todas las semanas, durante los 12 meses del año. Y me atrevería a pedir a las cofradías de Semana Santa que, cien metros por delante de sus procesiones, se permitiera a zamoranos portar una pancarta reivindicativa.
Zamora no tiene nada y lo poco que guardada se lo han expoliado. Zamora no puede esperar nada de gobierno alguno, ni de los que dicen defender a los sencillos y humildes, ni de los conservadores. A lo largo de la democracia, unos y otros nos humillaron, nos empobrecieron y nos ningunearon.
Hay que seguir exigiendo al gobierno sanchista. Si de aquí a un tiempo prudencial no se sabe nada de Monte la Reina y la autovía entre Zamora y la frontera lusa, otra vez a la calle. Y tener memoria cuando toque votar de quiénes se mofaron de los zamoranos. La historia está ahí. La contaré.
Pediría a los políticos que, para la próxima ocasión, no encabezan la protesta. Las izquierdas calificarán de protesta de "fachas" contra el Gobierno del pueblo, de la gente. Tiempo al tiempo.
Me olvidaba: el sonido, muy deficiente. A Requejo no se le oía a 10 metros. Al loro.
Eugenio-Jesús de Ávila





















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