ANÁLISIS
Requejo, un político necesario para una Zamora agonizante
Fui uno más de los más de 3.000 manifestantes que anoche exigieron una fiscalidad diferenciada para esta provincia, porque era mi deber como zamorano y mi obligación como editor de este medio de comunicación. Se temía que no llegase a un par de cientos los asistentes a esta queja contra el gobierno. Viernes, inicio del fin de semana, primer día de verdadero frío de este otoño ya con sabor a invierno, y tiempo, en definitiva, desagradable. Además se sabe que los zamoranos somos poco dados a estas protestas en la calle. De hecho, las que organizan sindicatos y partidos de izquierda no llegan al centenar y siempre son los mismos: liberados y militantes.
Con estas premisas, me temo que Francisco José Requejo, presidente de la Diputación, principal hacedor de esta manifestación, pensaba, una hora antes de la cita, que iríamos cuatro gatos a protestar y exigir inversiones y otras políticas fiscales para nuestra provincia. Creo que el primer sorprendido fuese el mencionado político zamorano.
La primera lectura del acontecimiento ciudadano esclarece que los zamoranos, hartos ya de estar hartos, tanto del gobierno sanchista como de la Junta de Castilla y León, han despertado, aunque todavía hay un tanto por ciento importante de durmientes, pasotas y apáticos en Zamora. Sacar a más de 3.000 personas a la calle –hay una fotografía que lo demuestra-, en noche tan impropia, me pareció un éxito extraordinario. Si la marcha se hubiese producido en julio, agosto o septiembre a esa misma hora, el número de participantes se habría triplicado.
Segunda cuestión. Los zamoranos desconfían del PSOE y, por supuesto, también del PP, aunque ahora no gobierne; pero recuerdan la inanidad de Maíllo cuando fue la mano diestra, la siniestra o la manca de Rajoy. Ayer, los miembros del PP nunca debieron aparecer portando la pancarta. Apruebo que acudieran a la llamada por un fiscalidad diferenciada, pero tendrían que haberse quedado en la retaguardia.
Tercera cuestión: los zamoranos quieren votar a un partido que no sea nacional, sino creado, conducido y representativo de nuestra ciudad y provincia. Porque les duele votar a PP o PSOE o formaciones de carácter nacional. UPL es una formación leonesista, pero, en verdad, está demostrando su amor por Zamora. Ahora Decide, de izquierdas, también trabaja. Pero Zamora necesita algo nuevo y propio, un partido que todavía no existe.
Cuarto cuestión: Ahora mismo Francisco José Requejo es el político zamorano más valorado, no solo en la capital, sino en la provincia. Su problema es que todavía milita en Ciudadanos, una formación a la baja. Si el actual presidente de la Diputación se decidiese a crear un partido ex novo, convencido estoy que se llevaría muchísimos votos de la derecha, los del centro y quizá también de los moderados de izquierdas, gente enojada con las políticas totalitarias, sectarias, caballeristas de Sánchez y su Gobierno: sedición, malversación, Sí solo es sí y próximas ideas, propias de fanatismo y de una anacronismo político, de una izquierda reaccionaria, social-fascista, que dirían los viejos estalinistas.
Requejo no está en política para vivir, como la mayoría- de tal bicoca, porque su vida es el mundo de la empresa. Siempre supo que pasaría unos años en la res pública y que después le esperaría su trabajo, su negocio. El presidente de la Diputación tiene ideas para Zamora, conoce la provincia y sus necesidades, y asume que existe un espacio político para un partido zamorano, ante la inacción de las formaciones nacionales. No obstante, todavía él no se ha pronunciado sobre esa posibilidad de liderar una formación zamoranista. Pero Cronos acelera. En menos de mes y medio concluye este 2022. En enero, si no se ha iniciado ya, empieza la carrera que espera en la meta de los comicios municipales. Zamora necesita un partido de aquí, poderoso, fuerte, distinto, singular, que recoja todo el voto desde la derecha al centro izquierda.
Corolario: Requejo es un político necesario para una Zamora agonizante, quebrada económica y socialmente, que necesita una transformación radical antes de que se inicie la cuarta década de la actual centuria.
Eugenio-Jesús de Ávila
Fui uno más de los más de 3.000 manifestantes que anoche exigieron una fiscalidad diferenciada para esta provincia, porque era mi deber como zamorano y mi obligación como editor de este medio de comunicación. Se temía que no llegase a un par de cientos los asistentes a esta queja contra el gobierno. Viernes, inicio del fin de semana, primer día de verdadero frío de este otoño ya con sabor a invierno, y tiempo, en definitiva, desagradable. Además se sabe que los zamoranos somos poco dados a estas protestas en la calle. De hecho, las que organizan sindicatos y partidos de izquierda no llegan al centenar y siempre son los mismos: liberados y militantes.
Con estas premisas, me temo que Francisco José Requejo, presidente de la Diputación, principal hacedor de esta manifestación, pensaba, una hora antes de la cita, que iríamos cuatro gatos a protestar y exigir inversiones y otras políticas fiscales para nuestra provincia. Creo que el primer sorprendido fuese el mencionado político zamorano.
La primera lectura del acontecimiento ciudadano esclarece que los zamoranos, hartos ya de estar hartos, tanto del gobierno sanchista como de la Junta de Castilla y León, han despertado, aunque todavía hay un tanto por ciento importante de durmientes, pasotas y apáticos en Zamora. Sacar a más de 3.000 personas a la calle –hay una fotografía que lo demuestra-, en noche tan impropia, me pareció un éxito extraordinario. Si la marcha se hubiese producido en julio, agosto o septiembre a esa misma hora, el número de participantes se habría triplicado.
Segunda cuestión. Los zamoranos desconfían del PSOE y, por supuesto, también del PP, aunque ahora no gobierne; pero recuerdan la inanidad de Maíllo cuando fue la mano diestra, la siniestra o la manca de Rajoy. Ayer, los miembros del PP nunca debieron aparecer portando la pancarta. Apruebo que acudieran a la llamada por un fiscalidad diferenciada, pero tendrían que haberse quedado en la retaguardia.
Tercera cuestión: los zamoranos quieren votar a un partido que no sea nacional, sino creado, conducido y representativo de nuestra ciudad y provincia. Porque les duele votar a PP o PSOE o formaciones de carácter nacional. UPL es una formación leonesista, pero, en verdad, está demostrando su amor por Zamora. Ahora Decide, de izquierdas, también trabaja. Pero Zamora necesita algo nuevo y propio, un partido que todavía no existe.
Cuarto cuestión: Ahora mismo Francisco José Requejo es el político zamorano más valorado, no solo en la capital, sino en la provincia. Su problema es que todavía milita en Ciudadanos, una formación a la baja. Si el actual presidente de la Diputación se decidiese a crear un partido ex novo, convencido estoy que se llevaría muchísimos votos de la derecha, los del centro y quizá también de los moderados de izquierdas, gente enojada con las políticas totalitarias, sectarias, caballeristas de Sánchez y su Gobierno: sedición, malversación, Sí solo es sí y próximas ideas, propias de fanatismo y de una anacronismo político, de una izquierda reaccionaria, social-fascista, que dirían los viejos estalinistas.
Requejo no está en política para vivir, como la mayoría- de tal bicoca, porque su vida es el mundo de la empresa. Siempre supo que pasaría unos años en la res pública y que después le esperaría su trabajo, su negocio. El presidente de la Diputación tiene ideas para Zamora, conoce la provincia y sus necesidades, y asume que existe un espacio político para un partido zamorano, ante la inacción de las formaciones nacionales. No obstante, todavía él no se ha pronunciado sobre esa posibilidad de liderar una formación zamoranista. Pero Cronos acelera. En menos de mes y medio concluye este 2022. En enero, si no se ha iniciado ya, empieza la carrera que espera en la meta de los comicios municipales. Zamora necesita un partido de aquí, poderoso, fuerte, distinto, singular, que recoja todo el voto desde la derecha al centro izquierda.
Corolario: Requejo es un político necesario para una Zamora agonizante, quebrada económica y socialmente, que necesita una transformación radical antes de que se inicie la cuarta década de la actual centuria.
Eugenio-Jesús de Ávila





















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