PROGRESO
El corazón de Zamora 10 todavía late
Zamora 10 es historia, pero, como escribió Antonio Machado, ni el pasado ha muerto, ni está el mañana, ni el ayer escritos. Se van el cerebro del invento, Caja Rural, Cipriano García y Narciso Prieto, y su brazo ejecutivo, su portavoz, Francisco Prieto Toranzo. Ahora bien queda el espíritu, el alma de nuestra tierra para continuar con la hermosa tarea de combatir por Zamora, luchar por nuestro futuro, exigir a los poderes públicos inversiones, reivindicar proyectos, rebelarse, criticar y denunciar.
Queda gente tan cualificada y zamorana como Francisco Somoza, Estrella Torrecilla, la empresaria Luisa Marcos Conde y otras personalidades del mundo empresarial y profesional. Porque mientras Zamora y su provincia batan marcas en despoblación, ocupen el puesto de cola en la clasificación de las provincias con menor actividad económica de España y destaquemos por ser la más envejecida de lo que va quedando de la nación, la Asociación para el Desarrollo está obligada a liderar una sociedad taciturna, pusilánime y enferma de apatía antropológica. Ojalá un día, cuanto antes mejor, los socios de Zamora 10 cierren el kiosco, porque nuestra tierra asió el futuro, el progreso, dejó de ser la última en despoblación, actividad económica y envejecimiento.
Mi personalidad ni es pesimista, ni tampoco destaco por mi optimismo, un sentimiento de gente cándida, pero me gusta analizar y estudiar lo que acontece a mi alrededor. Soy realista, no en el sentido monárquico, sino en el intelectual. De ahí que no espere nada ni de los políticos vicarios, ni de los partidos nacionales; ni del Gobierno de la nación, ahora en manos de esa conjunción anacrónica social-comunista, ni del de la Junta. Solo creo en Zamora, solo me importa Zamora, solo me preocupan los zamoranos, los mayores, los adultos, los adolescentes y los nonatos. Quiero que nuestro presente y su futuro conozca tiempos mejores. Pero mi escepticismo, unido a mi realismo, duda de que, si los zamoranos no nos defendemos con nuestras propias fuerzas, con agallas, con representantes del pueblo auténtico, logremos la victoria económica y social.
Siento que una asociación como Zamora 10 sigue siendo esencial para mantener viva la llama del progreso. Porque aquí los políticos nunca van a jugarse el sillón en las Cortes de Castilla y León, Congreso de los Diputados y Senado, una cámara baja que no sirve para nada, salvo para los que ocupan un sillón en tal institución.
Creo que El Día de Zamora fue el único medio de comunicación zamorano que defendió las actuaciones de Zamora 10 desde el primer momento, desde que se presentó una tarde en el Ramos Carrión. Otros prefirieron servir a varios señores. Nunca apostaron por la labor de la Asociación para el Desarrollo. Siempre lo hicieron de reojo. Máxime cuando percibieron que Maite Martín Pozo, a la sazón presidenta de la Diputación, intentó dinamitar Zamora 10, porque creía que de ese organismo saldría un partido que entrase en competencia con el PP. De hecho, dentro de la organización empresarial ya existía una quinta columna, preparada para no dejar avanzar, poner zancadillas, dinamitar proyectos.
Zamora 10 sigue viva, Zamora 10 tiene un corazón que todavía late, porque hay razones, económicas, sociales y psicológicas, para mantenerse erguida, preparada para avanzar y asir el progreso.
Hace seis años que se fundó. La memoria colectiva todavía lo recuerda. Algo cambio aquel día. Los organismos económicos como CEOE y Cámara de Comercio, anquilosados, demodés, ya no servían a los intereses de una mayoría de empresarios. No quedaba otra salida que crear Zamora10. Cipriano García y la Caja Rural lideraron el proyecto. Tal osadía la pagaron. Intentar que Zamora despierte disgusta a los mensajeros del pretérito.
Este medio de comunicación, mientras no nos embarguen las palabras, destrocen la sintaxis y secuestren nuestras ideas, mantendrá su apoyo incondicional con una forma de entender nuestra ciudad y provincia que hago propias.
Eugenio-Jesús de Ávila
Zamora 10 es historia, pero, como escribió Antonio Machado, ni el pasado ha muerto, ni está el mañana, ni el ayer escritos. Se van el cerebro del invento, Caja Rural, Cipriano García y Narciso Prieto, y su brazo ejecutivo, su portavoz, Francisco Prieto Toranzo. Ahora bien queda el espíritu, el alma de nuestra tierra para continuar con la hermosa tarea de combatir por Zamora, luchar por nuestro futuro, exigir a los poderes públicos inversiones, reivindicar proyectos, rebelarse, criticar y denunciar.
Queda gente tan cualificada y zamorana como Francisco Somoza, Estrella Torrecilla, la empresaria Luisa Marcos Conde y otras personalidades del mundo empresarial y profesional. Porque mientras Zamora y su provincia batan marcas en despoblación, ocupen el puesto de cola en la clasificación de las provincias con menor actividad económica de España y destaquemos por ser la más envejecida de lo que va quedando de la nación, la Asociación para el Desarrollo está obligada a liderar una sociedad taciturna, pusilánime y enferma de apatía antropológica. Ojalá un día, cuanto antes mejor, los socios de Zamora 10 cierren el kiosco, porque nuestra tierra asió el futuro, el progreso, dejó de ser la última en despoblación, actividad económica y envejecimiento.
Mi personalidad ni es pesimista, ni tampoco destaco por mi optimismo, un sentimiento de gente cándida, pero me gusta analizar y estudiar lo que acontece a mi alrededor. Soy realista, no en el sentido monárquico, sino en el intelectual. De ahí que no espere nada ni de los políticos vicarios, ni de los partidos nacionales; ni del Gobierno de la nación, ahora en manos de esa conjunción anacrónica social-comunista, ni del de la Junta. Solo creo en Zamora, solo me importa Zamora, solo me preocupan los zamoranos, los mayores, los adultos, los adolescentes y los nonatos. Quiero que nuestro presente y su futuro conozca tiempos mejores. Pero mi escepticismo, unido a mi realismo, duda de que, si los zamoranos no nos defendemos con nuestras propias fuerzas, con agallas, con representantes del pueblo auténtico, logremos la victoria económica y social.
Siento que una asociación como Zamora 10 sigue siendo esencial para mantener viva la llama del progreso. Porque aquí los políticos nunca van a jugarse el sillón en las Cortes de Castilla y León, Congreso de los Diputados y Senado, una cámara baja que no sirve para nada, salvo para los que ocupan un sillón en tal institución.
Creo que El Día de Zamora fue el único medio de comunicación zamorano que defendió las actuaciones de Zamora 10 desde el primer momento, desde que se presentó una tarde en el Ramos Carrión. Otros prefirieron servir a varios señores. Nunca apostaron por la labor de la Asociación para el Desarrollo. Siempre lo hicieron de reojo. Máxime cuando percibieron que Maite Martín Pozo, a la sazón presidenta de la Diputación, intentó dinamitar Zamora 10, porque creía que de ese organismo saldría un partido que entrase en competencia con el PP. De hecho, dentro de la organización empresarial ya existía una quinta columna, preparada para no dejar avanzar, poner zancadillas, dinamitar proyectos.
Zamora 10 sigue viva, Zamora 10 tiene un corazón que todavía late, porque hay razones, económicas, sociales y psicológicas, para mantenerse erguida, preparada para avanzar y asir el progreso.
Hace seis años que se fundó. La memoria colectiva todavía lo recuerda. Algo cambio aquel día. Los organismos económicos como CEOE y Cámara de Comercio, anquilosados, demodés, ya no servían a los intereses de una mayoría de empresarios. No quedaba otra salida que crear Zamora10. Cipriano García y la Caja Rural lideraron el proyecto. Tal osadía la pagaron. Intentar que Zamora despierte disgusta a los mensajeros del pretérito.
Este medio de comunicación, mientras no nos embarguen las palabras, destrocen la sintaxis y secuestren nuestras ideas, mantendrá su apoyo incondicional con una forma de entender nuestra ciudad y provincia que hago propias.
Eugenio-Jesús de Ávila
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