Martes, 23 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 29 de Noviembre de 2022
NOCTURNOS

No temas, mujer, soy un galán decrépito

[Img #72482]A partir de las doce de la noche, cuando Morfeo abre la puerta de la madrugada, me da por pensar, verbo que no suele conjugar más de tres o cuatro veces al año. Reflexiono y recuerdo, que es el primogénito de la memoria. Ayer me dio por repasar el archivo de las mujeres que conocí, sentí y amé. Me hice una sencilla pregunta: ¿Con cuántas de esas señoras y señoritas te sigues hablando, tratando, sonriendo? Y después de darle muchas vueltas,  deduje que solo hay una dama con la que, cuando la veo, muy poco, porque no vive en Zamora, no me saludo, ni me saluda. Fue aquel un amor prohibido para ella, del que pasaron ya más de tres décadas. Pero con el resto, mantengo una relación estupenda, de confianza, de trato franco. Una de esas señoritas asaltó mi alma cuando amarme era un pecado y también, 20 años después,  cuando yo volaba libre por los cielos del erotismo. Una excepción. Ninguna de ellas llamó a mi puerta dos veces. Se marcharon o me fui. Y nunca más intenté repetir. Y creo que segundas partes, si son apasionadas, pueden ser mucho mejores que la primera entrega del erotismo.

 

Sospecho que mi última pasión tampoco guardará buen recuerdo de mi persona. Supongo que obtendría una buena nota por mi capacidad para conducirla al éxtasis, pero me suspendería, con calificación bajísima, si le preguntaran por mí persona. Lógico. No tolero los celos anacrónicos, ni la agresividad gratuita ni las frustraciones laborales y económicas.

 

Cuando pensar me secó el seso, cerré mi memoria, antes de irme a dormir con mi soledad y amar a mi almohada, y concluí que no he debido ser un mal tío con las damas, ni un seductor canalla, ni  un vicioso del sexo,  si casi todas mis amantes y parejas se dignan a compartir todavía saludos al alba y al anochecer, llamadas de teléfonos y mensajes de móvil.

 

Eso sí, ninguna se atrevió a quedar conmigo para tomar un café o una copa, una cena o un desayuno, ni tampoco aceptaron una invitación para conocer mi humilde casa. Y no sé por qué. ¿Temerán que vuelva a seducirlas? Si ya soy un galán caduco, decrépito y añejo.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

El Día de Zamora

Ir al contenido
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.