CRÍTICAS
La derecha se extrema y convierte el Congreso de los diputados en un muladar
Han perdido el norte y acusan al Gobierno de “forrarse con los impuestos”
La Derecha política de este país no tiene proyecto económico o social alguno. Sólo le interesa conseguir un poder, que cree que le pertenece, al precio que sea, y lo demuestra, a diario. Huye de todo debate de contenidos, renunciando a hacer política en favor de una estrategia continuada de ataques dirigidos a debilitar y hacer caer al Gobierno.
Unos ataques, en general, que se quedan en la superficie y no van más allá de la descalificación sistemática que promulgan a través de una serie de frases comodín, vacías en lo importante, en que basan sus críticas de demonización de la acción de gobierno, que igual le sirven para un roto, que para un descosido. Así, es frecuente oír a sus portavoces repetir hasta la saciedad, aunque sin desarrollo argumental, aquello de… “una ruina para España”, “gobierno ilegítimo” o “España se rompe”. Algo inconcebible, si tenemos en cuenta que fue un gobierno del PP el que provocó la peor etapa económica de las últimas décadas, con el récord de más de 6 millones de parados y decenas de miles de familias desahuciadas y puestas en la calle por una banca que luego Rajoy rescató “a fondo perdido”.
Como nunca ha estado, la unidad de España, más en peligro, desde el Golpe de Estado del 36, que, en el mismo periodo de gobierno del PP, con dos referéndums ilegales y hasta una declaración de independencia en el parlamento catalán. Nada de eso ocurre en la actualidad, ni arden, como entonces, las calles de Barcelona.
La derecha ha perdido el norte y es capaz de acusar al Gobierno de “forrarse con los impuestos” o denominar “timo ibérico” a la única medida que ha conseguido rebajarnos la factura de la luz y está frenando la inflación. No será tan mala la medida de topar el precio del gas, si Europa quiere extenderla a todo su territorio.
Las políticas del Gobierno gozan de buena salud. Los españoles consideran buenas o muy buenas sus medidas anticrisis en un 80% y, además, su estabilidad está fuera de toda duda. Los presupuestos presentados han sido respaldados por una mayoría más amplia de la necesaria, aunque la absurda valoración del PP sea manifestar que “están hechos al dictado de los herederos de ETA y los independentistas catalanes”.
Unas declaraciones, seguro, fruto del escozor producido y consecuencia de la escasa cultura democrática que, con ello, demuestra la oposición. Apoyar con votos cualquier ley, no es redactarla, Sr. Bendodo, es votar a favor, por haber conseguido pactos mutuamente beneficiosos, como ha pactado, anteriormente, el propio PP, con Bildu, cuando le ha interesado.
Pero lo que justifica el contenido del titular propuesto, sobre el estercolero verbal en que, el extremismo de la derecha está convirtiendo al Congreso, son las declaraciones miserables que VOX se permite verter desde la palestra, más que anecdóticas y fruto de la mala educación, consecuencia de su línea de actuación calculada y antisistema. Insultar y vejar a una ministra desde la palestra del Parlamento nacional, aludiendo a su vida personal, descalifica a la diputada de VOX, como tal, pero también a su grupo, que la jaleaba, y al Grupo Popular con su silencio cómplice.
Los políticos cavernarios dejan, cada vez, más claro, su deseo y añoranza de tornar a aquellos tiempos que, ellos, consideran “gloriosos”.
Su objetivo político no es otro que hundir la democracia a base de destruir sus instituciones mediante un proceso perfectamente programado de desprestigio y destrucción, desde dentro, cual “caballo de Troya”.
Cuando se producen avances sociales, en forma de leyes, siempre con gobiernos de izquierda, hay sectores conservadores que ven peligrar su situación de privilegio y contraatacan. No pueden consentir que “feministas y rojos” puedan quitarles sus cuotas de poder, porque, en el fondo, no aceptan la igualdad y se sienten superiores, como ya dicen abiertamente desde la tribuna del Parlamento, en una declaración de principios que suena demasiado al discurso hitleriano sobre la raza aria.
“Somos superiores”, manifiesta abiertamente un diputado de VOX y no es casual. Son conscientes de lo que hacen y lo que dicen. Han diseñado un modelo excluyente en que no cabe nadie más que ellos, quizás, ni siquiera… el PP de donde se escindieron. A pesar de todo ello, de proclamarse superiores, de ensuciar los parlamentos con sus insultos vergonzosos, de su negacionismo de lo obvio, de llamar, “imbécil” al orador en uso de la palabra, aquí en Castilla y León. A pesar de estar corrompiendo la sensatez del PP por la necesidad de sus votos… su legitimidad de representación es indiscutible. Nace de las urnas y es ahí, exclusivamente, donde los ciudadanos debemos pararlos.
Marino Carazo Martín
La Derecha política de este país no tiene proyecto económico o social alguno. Sólo le interesa conseguir un poder, que cree que le pertenece, al precio que sea, y lo demuestra, a diario. Huye de todo debate de contenidos, renunciando a hacer política en favor de una estrategia continuada de ataques dirigidos a debilitar y hacer caer al Gobierno.
Unos ataques, en general, que se quedan en la superficie y no van más allá de la descalificación sistemática que promulgan a través de una serie de frases comodín, vacías en lo importante, en que basan sus críticas de demonización de la acción de gobierno, que igual le sirven para un roto, que para un descosido. Así, es frecuente oír a sus portavoces repetir hasta la saciedad, aunque sin desarrollo argumental, aquello de… “una ruina para España”, “gobierno ilegítimo” o “España se rompe”. Algo inconcebible, si tenemos en cuenta que fue un gobierno del PP el que provocó la peor etapa económica de las últimas décadas, con el récord de más de 6 millones de parados y decenas de miles de familias desahuciadas y puestas en la calle por una banca que luego Rajoy rescató “a fondo perdido”.
Como nunca ha estado, la unidad de España, más en peligro, desde el Golpe de Estado del 36, que, en el mismo periodo de gobierno del PP, con dos referéndums ilegales y hasta una declaración de independencia en el parlamento catalán. Nada de eso ocurre en la actualidad, ni arden, como entonces, las calles de Barcelona.
La derecha ha perdido el norte y es capaz de acusar al Gobierno de “forrarse con los impuestos” o denominar “timo ibérico” a la única medida que ha conseguido rebajarnos la factura de la luz y está frenando la inflación. No será tan mala la medida de topar el precio del gas, si Europa quiere extenderla a todo su territorio.
Las políticas del Gobierno gozan de buena salud. Los españoles consideran buenas o muy buenas sus medidas anticrisis en un 80% y, además, su estabilidad está fuera de toda duda. Los presupuestos presentados han sido respaldados por una mayoría más amplia de la necesaria, aunque la absurda valoración del PP sea manifestar que “están hechos al dictado de los herederos de ETA y los independentistas catalanes”.
Unas declaraciones, seguro, fruto del escozor producido y consecuencia de la escasa cultura democrática que, con ello, demuestra la oposición. Apoyar con votos cualquier ley, no es redactarla, Sr. Bendodo, es votar a favor, por haber conseguido pactos mutuamente beneficiosos, como ha pactado, anteriormente, el propio PP, con Bildu, cuando le ha interesado.
Pero lo que justifica el contenido del titular propuesto, sobre el estercolero verbal en que, el extremismo de la derecha está convirtiendo al Congreso, son las declaraciones miserables que VOX se permite verter desde la palestra, más que anecdóticas y fruto de la mala educación, consecuencia de su línea de actuación calculada y antisistema. Insultar y vejar a una ministra desde la palestra del Parlamento nacional, aludiendo a su vida personal, descalifica a la diputada de VOX, como tal, pero también a su grupo, que la jaleaba, y al Grupo Popular con su silencio cómplice.
Los políticos cavernarios dejan, cada vez, más claro, su deseo y añoranza de tornar a aquellos tiempos que, ellos, consideran “gloriosos”.
Su objetivo político no es otro que hundir la democracia a base de destruir sus instituciones mediante un proceso perfectamente programado de desprestigio y destrucción, desde dentro, cual “caballo de Troya”.
Cuando se producen avances sociales, en forma de leyes, siempre con gobiernos de izquierda, hay sectores conservadores que ven peligrar su situación de privilegio y contraatacan. No pueden consentir que “feministas y rojos” puedan quitarles sus cuotas de poder, porque, en el fondo, no aceptan la igualdad y se sienten superiores, como ya dicen abiertamente desde la tribuna del Parlamento, en una declaración de principios que suena demasiado al discurso hitleriano sobre la raza aria.
“Somos superiores”, manifiesta abiertamente un diputado de VOX y no es casual. Son conscientes de lo que hacen y lo que dicen. Han diseñado un modelo excluyente en que no cabe nadie más que ellos, quizás, ni siquiera… el PP de donde se escindieron. A pesar de todo ello, de proclamarse superiores, de ensuciar los parlamentos con sus insultos vergonzosos, de su negacionismo de lo obvio, de llamar, “imbécil” al orador en uso de la palabra, aquí en Castilla y León. A pesar de estar corrompiendo la sensatez del PP por la necesidad de sus votos… su legitimidad de representación es indiscutible. Nace de las urnas y es ahí, exclusivamente, donde los ciudadanos debemos pararlos.
Marino Carazo Martín





















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