Mª Soledad Martín Turiño
Martes, 06 de Diciembre de 2022
ZAMORANA

Navidad, fastos y política

[Img #72685]Dicen que la Navidad es tiempo de sueños, de armonía entre la familia, reuniones con los amigos, de espíritu conciliador… tal vez sea porque uno tiene ya una edad, o porque el escepticismo va irremediablemente unido a la realidad, lo cierto es que no me creo nada de eso; ni me creo las buenas intenciones al empezar cada nuevo año que luego se diluyen en tentativas abortadas a los pocos meses; ni tampoco sostengo esa bonhomía que se espera de todos nosotros estos días por el mero hecho de que las calles aparezcan ataviadas con luces de colores, falsos árboles luminosos a cual más alto y adornos de pega que ni siquiera son los tradicionales de este país, sino que también hemos importado de otros: renos, gnomos, elfos o duendes son ahora el símbolo de estas fechas. Ya poco queda de los belenes de toda la vida, ni de los Reyes Magos, ahora suplantados por Santa Claus ni, por supuesto, la celebración del verdadero significado de la Navidad, una fecha de simbología religiosa, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén.

 

El consumo, excesivo y propio de estos meses, que empieza con el importado Cyber Monday en octubre, al que sigue el Black Friday en noviembre, y luego las rebajas prenavideñas, incitan al consumidor a gastar sin medida, a pesar del momento por el que está pasando Europa y, por supuesto, España, con una inflación desorbitada, al borde de la recesión, con un notable aumento de la pobreza en la población y el encarecimiento de precios en los productos básicos de alimentación. Sinn embargo, existe una manipulación evidente: desde el gobierno, pasando por los medios de comunicación que nos incitan a gastar con la excusa de que se acerca la Navidad. De lo demás, nos olvidamos todos.

 

En este orden de cosas, estos días festivos que se acercan, al igual que el puente de diciembre en el que estamos inmersos, son un perfecto reclamo para relegar las graves cuestiones que deberían preocupar a los ciudadanos de este país, y que quedaron de manifiesto hace apenas unos días cuando, una vez más, el parlamento se convirtió en la vergüenza de los buenos políticos (quiero creer que alguno hay), con unas críticas que traspasaron la barrera de la educación, llegando al más barriobajero de los vituperios entre las llamadas “señorías”; sin llegar a acuerdos consensuados o, cuando menos, a un coloquio correcto.

 

Razón llevaba el poeta latino Juvenal con su aforismo “Panem et circenses”; esa es la estrategia que se nos brinda desde los poderes públicos; así, al menos durante unos días, nos olvidaremos de los problemas reales subyugados con la colorista luminaria hasta que llegue enero y se retome la vida política, ya de cara a unas elecciones a las que los políticos se entregarán con fervor, prometiendo el humo de siempre. ¡Cada vez nos engañan menos!

 

Mª Soledad Martín Turiño

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.