Fiscalidad especial para que los empresarios vuelvan a Cataluña

Aunque la memoria es frágil, menos la de los izquierdistas que se acuerdan de hechos que desconocen, que no vivieron, recordará usted, que es zamorano, y a mucha honra, que hace unos meses Zamora fue excluida de la fiscalidad diferenciada, que sí acogió a las hermanas en el olvido Teruel, Soria y Cuenca. Después, bien orquestada esta nueva humillación por Francisco J. Requejo, la ciudad se manifestó, exigió y pidió. Mucha gente salió a las calles, aunque ciertos medios, al servicio del poder, intentaron minimizarla.

A ver cómo le sienta a usted, lector, que no es un fanático ni de la diestra ni de la siniestra, porque es persona inteligente, leída, culta, con personalidad, un libre pensador, lo que le cuento ahora: Pedro Sánchez planea ayudas fiscales para que empresas que se fueron de Cataluña regresen al redil. Generalidad y Patronal presionan, por supuesto, al presidente del Gobierno que siempre oye y escucha, y después atiende, solícito, las reclamaciones de sus socios. Ahora, además, nos harán creer que malversar dinero público para comprar urnas y dar golpes de Estado no es delito. Los medios sanchistas, todas las televisiones, practicarán, por enésima vez proselitismo. Es sencillo engañar al que no sabe.

Definir como socialismo al sanchismo me parece un grave error político. ¡Qué clase de socialismo practica este PSOE que ya no es obrero, ni español, que elige obsequiar con todo tipo de prebendas a las comunidades más ricas, las que proclaman su odio a lo español y su intención de irse de España, y castiga a las provincias más pobres, abandonadas y olvidadas de la nación, las que siguen defendiendo la unidad de una España democrática, como es Zamora! ¿Es socialismo preferir a las regiones más desarrolladas para que inviertan empresarios con más descuentos fiscales y olvidarse de una fiscalidad diferenciada para nuestra provincia?

¡Cómo los vicarios de Sánchez en nuestra tierra pueden defender a su presidente, si no es para seguir ocupando puesto, más renumerado que lo que percibirían por sus respectivas profesiones, cuando practica un socialismo del revés, un socialismo antitético a Robin Hood, engañar a los pobres y premiar a las comunidades más ricas! Hay que ser muy fanático para no ver la viga que lleva en su ojo el actual Pedro Sánchez.

Osea que es socialismo primar a empresarios para que inviertan en Barcelona, exigir a otras instituciones públicas que aporten dinero para que el Ejército se instale en Monte la Reina, que 60 kilómetros de carretera que separan a la capital de nuestra provincia de la frontera lusa se hayan convertido en peligrosísimos porque lo de la autovía va para largo; que exista una nacional-631 desde el cruce hasta Mombuey con solo dos direcciones y un puente como el de la Estrella.

El PSOE, con González, Zapatero y Sánchez lleva 28 años gobernando España.  Ningún otro partido se acerca ni a la mitad de años de inquilino en La  Moncloa ¿En qué ha notado Zamora el socialismo? ¿Somos más ricos los zamoranos? ¿Hay más habitantes en nuestra provincia y capital? ¿Hay más comercios, más jóvenes, menos emigrantes? ¿Se construyó alguna gran infraestructura pública durante el ejercicio del poder socialista? ¡Qué clase de socialismo es este que olvida a los más desfavorecidos y solo se acuerda de los más poderosos y  que, además, anuncian su marcha de España!  

Concluyo con una reflexión recientísima de Sabater, el filósofo español más importante, hombre de izquierdas, sobre este ejecutivo: “El actual Gobierno de España no es socialista; es un conjunto de personas que quieren mantenerse en el poder y, para ello, adoptan para cada ocasión la ideología que les parece más adecuada. Los miembros del Ejecutivo que están en Podemos, y los otros, los que están en el PSOE, no son socialistas; son gente que quiere mantenerse en el poder. A partir de este principio, van fluctuando en función de lo que haga falta en cada momento. Si hace falta, se apoyan en los independentistas; incluso buscan el sustento de los separatistas de Bildu. No es una cuestión ideológica; es una cuestión puramente estratégica”.

Eugenio-Jesús de Ávila