Manuel Herrero Alonso
Viernes, 23 de Diciembre de 2022
DENUNCIAS

El problema de los “durmientes de cajero”

No es fácil encontrar solución a la situación de las personas que piden y viven en nuestras calles, aunque algunos políticos prometen, antes de las elecciones, buscarlas

[Img #73218]A veces, todo vale. Con el fin de conseguir votos, algunos políticos de ciertas formaciones prometen cosas, aun sabiendo ellos mismos lo imposible de realizarlas llegado el caso.


Alcanzar el poder no es fácil y ello permite ciertas licencias. Conseguida la Alcaldía, las cosas se van olvidando y cuando alguien se permite recordarlas, siempre queda salir al paso con  que si la herencia, el presupuesto o lo que sea y pasar el trago. Pero hay hemerotecas que dirán que quien tanto criticó las expropiaciones para dejar libre la muralla, continuo liberando edificaciones de la misma manera. Menos pagar deuda y más invertir, decía nuestro actual alcalde a sus antecesores, no tardó en pagar la deuda al completo y encima sacando pecho. Aquello de pizarra ilustrativa, explicando que hasta un niño de primaria lo entendería, que sale más rentable municipalizar servicios que sacarlos a concurso, se quedó en nada.

 

Una tras otra fue renovando, eso sí tardando años y años, aquellas concesiones municipales que estaban en situación de precario, por haberse prolongado.
Cada uno le concederá distinta importancia a cada cuestión incumplida.

Llegando esos días de fiestas, conviene recordar aquellas palabras pronunciadas, en un acto preelectoral en el colegio universitario de nuestra ciudad, por Cayo Lara, coordinador federal  acompañando al candidato entonces a la Alcaldía. Decía, para convencimiento de alguno, que donde había gobernado IU se había prohibido la mendicidad. Pero obviamente, antes de ello, se habían puesto los medios para que nadie tuviera que recurrir a ello. Cosa que parecía, para los que allí nos encontrábamos entre el público, de lo más razonable. Casi ocho años de gobierno de ese grupo en la ciudad de Zamora, sigue habiendo personas que piden y duermen en la calle. Aquí no vamos a juzgar las circunstancias personales. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
La situación para los clientes de estos espacios ocupados no resulta cómoda y más cuando se repite a diario en los mismos sitios.


Hay quien lo evita buscando otra oficina disponible, aunque las opciones son muy reducidas y no siempre se puede.


Algunas entidades sitúan el cajero en la calle, cosa que para muchos usuarios no ofrece ni la intimidad ni la confianza que necesitan. Pero es lo que hay.

Manuel Herrero Alonso

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