Mª Soledad Martín Turiño 1
Viernes, 23 de Diciembre de 2022
ZAMORANA

Despoblación, muerte y nada

[Img #73237]Dos personas este mes, tres el mes pasado…. Así es el goteo incesante de gente que se nos va dejándonos un poco más huérfanos, más desamparados. Tanto mi pueblo como su capital, Zamora, está cada vez más necesitada de savia nueva, gente joven que se asiente en nuestro suelo y tenga hijos que correteen por calles y plazas para que los mayores que les observen con ojos viejos renueven su esperanza, su alegría de vivir.

 

La generación de nuestros padres está desapareciendo a marchas forzadas; conozco amigos que han perdido padres y madres en este año que da sus últimas boqueadas pero también el año pasado y el otro, con la pandemia como causa, se llevó por delante una gran parte de esas personas que nos enseñaron, de las que aprendimos, que se esforzaron porque tuviéramos todo aquello de lo que ellos habían carecido; gente que apenas se permitió algún capricho para que nosotros los tuviéramos todos, y muchos que en su senectud tuvieron incluso que abandonar su casa para echar una mano a hijos y nietos. También hay quienes, después de toda una vida de ayuda a su familia, se quedan olvidados en un rincón, sin que nadie se ocupe de ellos, ahora que ya han sacado las castañas del fuego, que han resuelto problemas y son mayores o dependientes, se convierten en una carga para sus hijos y nietos. 

 

¡La memoria es tan frágil a veces! o, tal vez, el egoísmo es más flagrante cuando se presencian ese tipo de casos, que desgraciadamente, no son una excepción. La arruga no es bella, la vejez tampoco; a nadie le gusta ser testigo de la decadencia, los achaques, la desmemoria, las enfermedades y quejas que trae consigo la ancianidad; sin embargo, cuando perdemos la presencia de ese familiar que una vez también fue joven, tuvo ilusiones, amó y vivió, algo se quiebra por dentro y un sentimiento de culpabilidad se escurre mente adentro.

 

Zamora se vacía, sus pueblos están deshabitados, solo el camposanto está cada vez más repleto porque muchos zamoranos que se alejaron de su tierra, regresan a descansar para siempre al lugar que les vio nacer. Al pasar, resultan pueblos fantasmas; se están perdiendo las raíces, la cultura, las costumbres y el modo de vida de unas generaciones que desaparecen sin que nadie restituya su ausencia, y eso a la larga lo pagaremos. ¿Qué responderemos a nuestros nietos cuando pregunten por nuestra historia, esa que forma parte de la suya y que hemos dejado morir entre olvidos, pasividad y conformismo?

 

A los gobiernos central y autonómico debemos exigir responsabilidades por esta desmedida pérdida de población, porque ellos son los que pueden hacer algo para revertirla: atraer población, instalar empresas, cumplir con lo que prometen cuando llenan la boca con eso de “la España vaciada” ¿a qué esperamos?

 

Mª Soledad Martín Turiño

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  • tomas

    tomas | Miércoles, 04 de Enero de 2023 a las 22:51:20 horas

    Cuando las cosas aprietan siempre se recurre al gobierno central, cuando la responsabilidad viene dada por los partidos politicos que llevan mal gobernando mi comunidad durante 28 largos años, pero parece ser que somos algo masoquistas, puesto que hagan lo que hagan siguen mal gobernando, por lo tanto, ¿Que se puede decir o hacer? Yo creo que el futuro de mi ciudad esta en las manos de los votantes.

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