ATENEO
Justicia democrática, pero en Alemania
Alfonso J. Vázquez Vaamonde
En plena turbulencia democrática cainita provocada por el TC con los apoyos políticos correspondientes, ¿o a su servicio?, leo en la prensa que, en la democrática Alemania, ya sabes Vds, ese país nazi que ayudó a Franco a acabar con la última constitución democrática que tuvo España, la de 1931, acaban de juzgar a una ex exsecretaria que trabajaba para el comandante de un campo de concentración nazi por complicidad en el asesinato de más de 10.500 personas.
La condenada tiene 97 años; era adolescente cuando la contrataron como mecanógrafa y estuvo trabajando en el campo de concentración Stutthof de 1943 a 1945 pero el tribunal consideró que supo lo que le pasó a los presos judíos, polacos no judíos y soldados soviéticos asesinados; alrededor de 65.000 en total. Una cosa es saberlo y otra ser cómplice; ¿o no se pueden separar ambas cosas? Tras iniciarse el proceso en 2021 Irmgard Fürchner huyó, pero la .encontraron en Hamburgo y el proceso siguió. Parte de los testigos eran supervivientes del campo; algunos fallecieron antes de terminar el juicio
El director del campo Paul-Werner Hoppe tras ampliar el campo logró asesinar a 48.000 presos, polacos judíos o no y soldados soviéticos, con el famoso gas Zyklon B. Fue condenado por cómplice de asesinato y encarcelado en 1955; fue puesto en libertad cinco años después.
No sabemos como fue su vida entre 1945 y 2022. La noticia no incluye ninguna información ni de tipo laboral ni familiar. ¿Tuvo familia? ¿Tuvo hijos? ¿Sabían en que había trabajado su madre? La noticia sólo habla del juicio.
Fürchner ha sido una de las pocas mujeres juzgadas por crímenes contra la humanidad. Como entonces era menor de edad, tenía menos de 21 años, la ha juzgado un tribunal especial de menores. Sus abogados defensores pidieron su absolución; alegaron su edad y que quizá no sabía lo que pasaba pues había varias mecanógrafas. El historiador Stefan Hördler llevó a dos jueces al campo de concentración. Allí comprobaron que desde la oficina donde estaban las mecanógrafas se veía todo lo que pasaba en el campo. Después de cuarenta días de juicio dijo: “Lamento haber estado en Stutthof en ese momento, es todo lo que puedo decir". La condenaron a dos años, hoy tiene 97, pero se ha suspendido la pena de encarcelamiento.
¿Sería posible eso en la “democrática” España? No; España todavía no es democrática. El PP y Vox hasta se niegan a reconocer que Franco fue un dictador y un genocida que asesinó, mató de hambre y enfermedades, a miles de presos en sus campos de concentración donde trabajaban como esclavos para las empresas del régimen. Aún hoy se sigue queriendo ocultar oculta donde estuvieron la mayoría de esos campos,
Los políticos hipócritas acompañan a los familiares de los asesinados por ETA; otros genocidas como ellos. Es lo decente; pero abandonan, ¿cómo sus antepasados hicieron con sus familiares en las cunetas? y siguen do a las víctimas del terrorismo de Franco. “Siguen distinguiendo entre· un jodido cojo y un caballero mutilado”; como hacían sus padres. ¿Se puede decir de ellos que “honra merece el que a los suyos parece”. Yo creo que no.
En España nuestra policía judicial sigue sin identificar a un tal M. Rajoy de las listas de Bárcenas que se beneficiaba de sobresueldos. Otro M. Rajoy, ¿o es el mismo?, presumía de burlar la Ley de Memoria Histórica - ¿no es eso un delito? - negándole toda la financiación en los Presupuestos Generales del Estado. Sus votantes decían: ¡qué listo es!, y lo aplaudían. ¡Vaya panda de … que son todos!, es lo único que se me ocurre decir a mí
La justicia de una Alemania democrática ha sabido expiar sus culpas como país. Los asesinos y sus colaboradores han sido condenados como Fürchner, aunque su colaboración fuera mínima. Uno de ellos tenía 101 años cuando lo condenaron. Como Fürchner tampoco fue a la cárcel. Pero fue condenado. Quizá ya no quede ningun asesino vivo más:
Este es la justicia de un país que ha sabido recuperar la democracia; una gran diferencia aunque su ultra derecha antidemocrática tenga la misma actitud que la que tenemos en España.
Pero conviene plantearnos si es justo juzgar a estos asesinos y/o colaboradores tantos años después. Cada día que pasa somos otra persona. A quien enjuiciamos es un asesino o ha dejado de serlo? ¿Repetirían lo que pasó o se siente avergonzados de su participación? Como siempre, la respuesta es la misma: unos sí y otros no.
En España no se juzgó a nadie. ¿Fue por piedad o por hipocresía? Notorios criminales se murieron en su cama como el dictador. Otros, aun muchos años después seguían asesinando y torturando. Billy el Niño, su paradigma, no fue el único. Los gobiernos lo protegieron; unos por complicidad; sabía mucho Otros por cobardía. Quizá estos son más culpables.
Somos el único país de Europa donde la justicia histórica brilla por su ausencia. Una condena simbólica, sin ingresar en la cárcel, fuera lo decente. Los demócratas piden menos: solo ayuda a recuperar el cuerpo de sus parientes asesinados y honrarlos. Menos aún, que no se lo impidan.
Pero los herederos ideológicos de sus asesinos y cómplices ni eso conceden. Pobres de nosotros si lograrán dar otro golpe de Estado. Porque lo siguen intentando. Hacen todo lo que pueden aunque de momento no pueden. Recuerden a al general retirado que dijo “esto de España se arregla fusilando a 11 millones de españoles que no merecen serlo”. Como no pueden, repiten lo hecho antes de 1936: envenenar el país, reventar la convivencia. No le quepa duda.
De la pared del cementerio de la Almudena han quitado una simple lápida en la pared. Recordaba, es lo único que se puede hacer con los muertos, a trece chicas asesinadas por los franquistas. Algunas eran menores de edad; incluso adolescentes. Su delito era defender la igualdad de derechos de la mujer. Un delito ciertamente intolerable. Me refiero al de quitar la lápida de la pared, aunque no conste en el Código Penal. Y ahí están sus autores; ¡tan frescos!
¡Pobre Españas sin ventura ….” lloraba hace siglos un poeta. Seguimos siendo “un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín”, dijo otro. Murió en Francia.
España aún no merece ser honrada con sus restos.
En plena turbulencia democrática cainita provocada por el TC con los apoyos políticos correspondientes, ¿o a su servicio?, leo en la prensa que, en la democrática Alemania, ya sabes Vds, ese país nazi que ayudó a Franco a acabar con la última constitución democrática que tuvo España, la de 1931, acaban de juzgar a una ex exsecretaria que trabajaba para el comandante de un campo de concentración nazi por complicidad en el asesinato de más de 10.500 personas.
La condenada tiene 97 años; era adolescente cuando la contrataron como mecanógrafa y estuvo trabajando en el campo de concentración Stutthof de 1943 a 1945 pero el tribunal consideró que supo lo que le pasó a los presos judíos, polacos no judíos y soldados soviéticos asesinados; alrededor de 65.000 en total. Una cosa es saberlo y otra ser cómplice; ¿o no se pueden separar ambas cosas? Tras iniciarse el proceso en 2021 Irmgard Fürchner huyó, pero la .encontraron en Hamburgo y el proceso siguió. Parte de los testigos eran supervivientes del campo; algunos fallecieron antes de terminar el juicio
El director del campo Paul-Werner Hoppe tras ampliar el campo logró asesinar a 48.000 presos, polacos judíos o no y soldados soviéticos, con el famoso gas Zyklon B. Fue condenado por cómplice de asesinato y encarcelado en 1955; fue puesto en libertad cinco años después.
No sabemos como fue su vida entre 1945 y 2022. La noticia no incluye ninguna información ni de tipo laboral ni familiar. ¿Tuvo familia? ¿Tuvo hijos? ¿Sabían en que había trabajado su madre? La noticia sólo habla del juicio.
Fürchner ha sido una de las pocas mujeres juzgadas por crímenes contra la humanidad. Como entonces era menor de edad, tenía menos de 21 años, la ha juzgado un tribunal especial de menores. Sus abogados defensores pidieron su absolución; alegaron su edad y que quizá no sabía lo que pasaba pues había varias mecanógrafas. El historiador Stefan Hördler llevó a dos jueces al campo de concentración. Allí comprobaron que desde la oficina donde estaban las mecanógrafas se veía todo lo que pasaba en el campo. Después de cuarenta días de juicio dijo: “Lamento haber estado en Stutthof en ese momento, es todo lo que puedo decir". La condenaron a dos años, hoy tiene 97, pero se ha suspendido la pena de encarcelamiento.
¿Sería posible eso en la “democrática” España? No; España todavía no es democrática. El PP y Vox hasta se niegan a reconocer que Franco fue un dictador y un genocida que asesinó, mató de hambre y enfermedades, a miles de presos en sus campos de concentración donde trabajaban como esclavos para las empresas del régimen. Aún hoy se sigue queriendo ocultar oculta donde estuvieron la mayoría de esos campos,
Los políticos hipócritas acompañan a los familiares de los asesinados por ETA; otros genocidas como ellos. Es lo decente; pero abandonan, ¿cómo sus antepasados hicieron con sus familiares en las cunetas? y siguen do a las víctimas del terrorismo de Franco. “Siguen distinguiendo entre· un jodido cojo y un caballero mutilado”; como hacían sus padres. ¿Se puede decir de ellos que “honra merece el que a los suyos parece”. Yo creo que no.
En España nuestra policía judicial sigue sin identificar a un tal M. Rajoy de las listas de Bárcenas que se beneficiaba de sobresueldos. Otro M. Rajoy, ¿o es el mismo?, presumía de burlar la Ley de Memoria Histórica - ¿no es eso un delito? - negándole toda la financiación en los Presupuestos Generales del Estado. Sus votantes decían: ¡qué listo es!, y lo aplaudían. ¡Vaya panda de … que son todos!, es lo único que se me ocurre decir a mí
La justicia de una Alemania democrática ha sabido expiar sus culpas como país. Los asesinos y sus colaboradores han sido condenados como Fürchner, aunque su colaboración fuera mínima. Uno de ellos tenía 101 años cuando lo condenaron. Como Fürchner tampoco fue a la cárcel. Pero fue condenado. Quizá ya no quede ningun asesino vivo más:
Este es la justicia de un país que ha sabido recuperar la democracia; una gran diferencia aunque su ultra derecha antidemocrática tenga la misma actitud que la que tenemos en España.
Pero conviene plantearnos si es justo juzgar a estos asesinos y/o colaboradores tantos años después. Cada día que pasa somos otra persona. A quien enjuiciamos es un asesino o ha dejado de serlo? ¿Repetirían lo que pasó o se siente avergonzados de su participación? Como siempre, la respuesta es la misma: unos sí y otros no.
En España no se juzgó a nadie. ¿Fue por piedad o por hipocresía? Notorios criminales se murieron en su cama como el dictador. Otros, aun muchos años después seguían asesinando y torturando. Billy el Niño, su paradigma, no fue el único. Los gobiernos lo protegieron; unos por complicidad; sabía mucho Otros por cobardía. Quizá estos son más culpables.
Somos el único país de Europa donde la justicia histórica brilla por su ausencia. Una condena simbólica, sin ingresar en la cárcel, fuera lo decente. Los demócratas piden menos: solo ayuda a recuperar el cuerpo de sus parientes asesinados y honrarlos. Menos aún, que no se lo impidan.
Pero los herederos ideológicos de sus asesinos y cómplices ni eso conceden. Pobres de nosotros si lograrán dar otro golpe de Estado. Porque lo siguen intentando. Hacen todo lo que pueden aunque de momento no pueden. Recuerden a al general retirado que dijo “esto de España se arregla fusilando a 11 millones de españoles que no merecen serlo”. Como no pueden, repiten lo hecho antes de 1936: envenenar el país, reventar la convivencia. No le quepa duda.
De la pared del cementerio de la Almudena han quitado una simple lápida en la pared. Recordaba, es lo único que se puede hacer con los muertos, a trece chicas asesinadas por los franquistas. Algunas eran menores de edad; incluso adolescentes. Su delito era defender la igualdad de derechos de la mujer. Un delito ciertamente intolerable. Me refiero al de quitar la lápida de la pared, aunque no conste en el Código Penal. Y ahí están sus autores; ¡tan frescos!
¡Pobre Españas sin ventura ….” lloraba hace siglos un poeta. Seguimos siendo “un trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín”, dijo otro. Murió en Francia.
España aún no merece ser honrada con sus restos.




















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