Eugenio de Ávila
Martes, 27 de Diciembre de 2022
MEMORIA E HISTORIA

Las injusticias políticas sufridas por Zamora y su provincia

Esteban PedrosaFrancisco José Requejo, presidente de la Diputación, ha dicho algo que era un secreto a voces: no se presentará a los comicios municipales con las siglas de Ciudadanos. Normal. La formación naranja se hizo el hara-kiri en su momento: pudo haber sido el gran y único partido liberal español, pero errores tácticos y estratégicos lo evitaron. España sufre ahora la derrota de Albert Rivera y la huida de Cataluña de Inés Arrimadas. Cs hubiese frenado la deriva caballerista de Pedro Sánchez y el chantaje continuo de los partidos creados para romper España y crear sus republiquetas balcánicas y Albania cantábrica, tipo de Hoxha.

 

Regresemos a nuestra tierra. La pregunta que se debería formular a Requejo después de su confesión sobre Ciudadanos consiste: ¿Entonces, presidente, sí se presentará a las municipales? ¿Y si es así, le han hecho ofertas políticas partidos de la derecha? ¿Y si no hay intentos de seducirlo, tiene pensado crear su propia formación? Estas preguntas serán respondidas a no tardar.

 

No sé qué hará el actual presidente de la Diputación, pero yo, como ciudadano de Zamora, desearía que se formarse un auténtico partido zamorano, interclasista, con el objetivo de enfrentarse a todos sus enemigos, abundantes, nacionales, regionales y locales, que, desde los distintos gobiernos de La Moncloa y desde Valladolid nos obviaron desde que nos concedieron esta democracia de cartón-piedra, esta democracia injusta, que favorece los intereses de los enemigos de España en detrimento de los que amamos la democracia. Recuerdo que Europa destino importantes sumas de dinero a  Castilla y León, el famoso Objetivo 1, que tenía como objetivo que las provincias más depauperadas, despobladas y olvidadas se igualaran con las más desarrolladas, como Valladolid y Burgos, donde, al final, se quedaron millones que deberían haber llovido sobre nuestra tierra.

 

Sigo echando mano de la memoria: un gobierno socialista cerró la línea férrea Ruta de la Plata, la Prisión Provincial, envió el Regimiento Toledo a Salamanca, eliminó la Universidad Laboral y ejecutó una salvaje reconversión agropecuaria, una de las razones del abandono del medio rural de los jóvenes.

 

Añadiría que la autovía Ruta de la Plata conoció la construcción de su último tramo cuando el resto andaluces, extremeños, leoneses y asturianos ya disfrutaban de esa moderna vía de comunicación. La autovía entre Zamora y Tordesillas fue obra de Aznar, pero llegó demasiado tarde y sin prolongarla aún desde la capital de nuestra provincia hasta la frontera lusa.

 

La llegada del AVE a Zamora desde Madrid se contempló como el final de todos nuestros males. Se nos habló de un crecimiento económico y demográfico extraordinario, como aconteció en Ciudad Real y Lérida (no Lleida, que escribo en español); pero todo se ha quedado en el pasado de una ilusión. Al respecto, pregunté a Clara San Damián, cuando pretendía ser alcaldesa de Zamora, en rueda de prensa celebrada en la sede de la Patronal zamorana, por los talles del AVE y la posibilidad de que se instalasen en nuestra ciudad. La respuesta de la política del PP fue rotunda: Ya están en Valladolid.

 

Por lo tanto, solo un partido zamorano, sin intereses espurios externos, sin tutelas regionales ni nacionales, podría y debería cantar y contar estas injusticias en las Cortes de Castilla y León y, a poder ser, en Senado y Congreso de los Diputados. El resto de formaciones y políticos de nuestra tierra no son otra cosa que vicarios de sus jefes en Madrid y Pucela. Porque si se expresan como yo acabo de cumplir en este artículo, no volverán a aparecer en las fotografías electorales.

 

Se despide 2022. Se nos va llevándose otros 2.242 ciudadanos menos que viven en nuestra geografía. Batimos todas las marcas. Nadie dice nada. Supongo que cuando dejemos de cantar villancicos y visitar belenes, dar buena cuenta de cochinillos, lechazos, cigalas y langostinos, turrones y mazapanes, nos rebelemos, tras reflexionar sobre la deriva de nuestra provincia hacia la nada demográfica y económica, y convengamos que no podemos votar más a las formaciones nacionales en cualquier tipo de comicios. Porque de seguir así, en una década o en un lustro, habrá más zamoranos viviendo lejos de su patria chica que en estos 10.500 km2 que conforman Zamora.  

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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