CAMPO
UPA-COAG: Finaliza un año agrario muy adverso para el campo de Castilla y León
El balance agroganadero 2022 para el sector primario de Castilla y León es negativo, marcado por los incendios, la sequía, las bajas producciones, los altos costes de producción, sin precios justos para cubrir las dificultades que han sufrido los agricultores y ganaderos, y con políticas agrarias de la Junta de Castilla y León, en muchos casos alejadas de la realidad
La Alianza UPA-COAG hace balance del año agroganadero 2022 en Castilla y León calificándolo como adverso, por distintas circunstancias, y a la vez como demostrativo del importante papel que desempeñamos los profesionales agrarios en la sociedad actual, por ser productores de alimentos en las más duras circunstancias y situaciones.
Este 2022 será recordado en el campo de Castilla y León por la fuerte sequía, por la situación límite de las reservas hídricas, por los incendios, y por la dura situación económica con altísimos costes de producción y con precios que en algunos casos no les ha permitido a los agricultores y ganaderos alcanzar el umbral de la rentabilidad. De hecho, según los datos del Ministerio de Agricultura el descenso de la producción agraria ha sido significativo, en un -14,7%, para la producción vegetal y un -9% para el conjunto de la producción agroganadera.
El cambio climático del que estamos siendo víctimas, y que Castilla y León lo está sufriendo en primera persona, ha provocado que la meteorología haya sido un fenómeno muy desfavorable este año, pero lamentablemente no ha sido el único, pues la guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, se empezó a notar en el campo, en forma de encarecimiento de los costes, varios meses antes. Este conflicto bélico ha marcado y sigue marcando profundamente la situación del sector primario y de toda la cadena agroalimentaria.
El encarecimiento de los costes ha sido muy elevado. En Castilla y León sufrido un incremento del precio de los piensos del (+ 34,6%), la energía y los lubricantes (+ 96 %), los fertilizantes (+ 150 %) y los productos fitosanitarios (+ 20,3%). Este encarecimiento de los costes, unido a las bajas producciones, ha llevado según datos del Ministerio de Agricultura a que en el conjunto del país la cifra de renta agraria haya descendido un 5,5 %. Datos que demuestran, para la Alianza UPA-COAG, que la subida de precios de las producciones no ha compensado suficientemente los costes disparados para el sector primario de Castilla y León, que se ha empobrecido en este ejercicio.
Desde la Alianza UPA-COAG además hemos tenido que lidiar con la nueva PAC, incluso antes de su entrada en vigor en 2023, teniendo que redoblar esfuerzos por parte de nuestra organización, explicando con detalle todas las novedades a los agricultores y ganaderos de Castilla y León. En este otoño miles de explotaciones ya se están adaptando –asesorados por los expertos de UPA y COAG– a las nuevas exigencias de esta normativa europeas. Desde la organización seguimos explicando todo sobre la entrada en vigor de nuevas figuras como la ayuda redistributiva, los eco-regimenes, los techos de ayuda y las ayudas para jóvenes y mujeres, entre otros.
Por otro lado, este 2022 ha supuesto una prueba de esfuerzo brutal para la recién reforzada Ley de la Cadena Alimentaria. En un ejercicio de costes disparados sin precedentes, de cosechas cortas y de vaivenes internacionales, desde la Alianza UPA-COAG hemos logrado avances para que la Ley contribuya a corto plazo a mejorar el reparto del valor en la cadena alimentaria, empezando a cumplir su objetivo, aunque queda mucho por hacer y por vigilar, cuestión ésta que seguiremos abanderando desde UPA y COAG.
A todas estas circunstancias hay que sumarle la inacción y poca diligencia de las administraciones competentes (Ministerio de Agricultura, Ministerio de Transición Ecológica y Consejería de Agricultura) que no han sabido estar, en muchos casos, a la altura de las circunstancias. No solo se han adoptado medidas `rácanas´ en muchos casos y logradas gracias a la insistencia de organizaciones especialmente reivindicativas como la Alianza UPA-COAG, sino que siguen dando muestras de incapacidad en cuestiones básicas para el día a día de las explotaciones familiares agrarias.
Respecto a la nueva Consejería de Agricultura, echamos de menos iniciativas que impulsen un sector básico para el medio rural y para la economía regional. A pesar del poco tiempo transcurrido desde la composición del nuevo Gobierno regional, en muchos casos la Consejería da la sensación de cierto `agotamiento´ y de no estar a la altura de lo que el sector requiere.
Resulta lamentable que con la situación límite que están pasando las explotaciones familiares agrarias haya retrasos en la gestión de muchos expedientes y ayudas, que la Consejería de Agricultura esté con el paso cambiado en situaciones límites para los profesionales agrarios, y que con tanta celeridad haya impuesto recortes a las Opas, a pesar de que nos hemos convertido en muchos casos en valedores y gestores únicos de la enorme burocracia administrativa que se ven obligados a acometer los profesionales agrarios de Castilla y León, que esa sí, crece día a día.
2022, UN MAL AÑO AGRARIO PARA LAS PRODUCCIONES
Como hemos dicho, el año 2022 en Castilla y León ha venido marcado por una grave sequia y un importante incremento de los costes de producción vinculados al alto coste de la energía, combustible, fertilizantes, piensos…etc…. lo que ha que ha provocado un descenso importante en las producciones, habiéndose pasado de obtener un rendimiento medio en los cereales de invierno en la campaña 2020-2021 de 3,95 t/ha a 2,83 t/ha, una reducción de casi el 30%; o de un 41% en las leguminosas, en las que se ha pasado de un rendimiento del 1,35 t/ha en 2021 a 0,8 t/ha en 2022.
UPA-COAG
La Alianza UPA-COAG hace balance del año agroganadero 2022 en Castilla y León calificándolo como adverso, por distintas circunstancias, y a la vez como demostrativo del importante papel que desempeñamos los profesionales agrarios en la sociedad actual, por ser productores de alimentos en las más duras circunstancias y situaciones.
Este 2022 será recordado en el campo de Castilla y León por la fuerte sequía, por la situación límite de las reservas hídricas, por los incendios, y por la dura situación económica con altísimos costes de producción y con precios que en algunos casos no les ha permitido a los agricultores y ganaderos alcanzar el umbral de la rentabilidad. De hecho, según los datos del Ministerio de Agricultura el descenso de la producción agraria ha sido significativo, en un -14,7%, para la producción vegetal y un -9% para el conjunto de la producción agroganadera.
El cambio climático del que estamos siendo víctimas, y que Castilla y León lo está sufriendo en primera persona, ha provocado que la meteorología haya sido un fenómeno muy desfavorable este año, pero lamentablemente no ha sido el único, pues la guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, se empezó a notar en el campo, en forma de encarecimiento de los costes, varios meses antes. Este conflicto bélico ha marcado y sigue marcando profundamente la situación del sector primario y de toda la cadena agroalimentaria.
El encarecimiento de los costes ha sido muy elevado. En Castilla y León sufrido un incremento del precio de los piensos del (+ 34,6%), la energía y los lubricantes (+ 96 %), los fertilizantes (+ 150 %) y los productos fitosanitarios (+ 20,3%). Este encarecimiento de los costes, unido a las bajas producciones, ha llevado según datos del Ministerio de Agricultura a que en el conjunto del país la cifra de renta agraria haya descendido un 5,5 %. Datos que demuestran, para la Alianza UPA-COAG, que la subida de precios de las producciones no ha compensado suficientemente los costes disparados para el sector primario de Castilla y León, que se ha empobrecido en este ejercicio.
Desde la Alianza UPA-COAG además hemos tenido que lidiar con la nueva PAC, incluso antes de su entrada en vigor en 2023, teniendo que redoblar esfuerzos por parte de nuestra organización, explicando con detalle todas las novedades a los agricultores y ganaderos de Castilla y León. En este otoño miles de explotaciones ya se están adaptando –asesorados por los expertos de UPA y COAG– a las nuevas exigencias de esta normativa europeas. Desde la organización seguimos explicando todo sobre la entrada en vigor de nuevas figuras como la ayuda redistributiva, los eco-regimenes, los techos de ayuda y las ayudas para jóvenes y mujeres, entre otros.
Por otro lado, este 2022 ha supuesto una prueba de esfuerzo brutal para la recién reforzada Ley de la Cadena Alimentaria. En un ejercicio de costes disparados sin precedentes, de cosechas cortas y de vaivenes internacionales, desde la Alianza UPA-COAG hemos logrado avances para que la Ley contribuya a corto plazo a mejorar el reparto del valor en la cadena alimentaria, empezando a cumplir su objetivo, aunque queda mucho por hacer y por vigilar, cuestión ésta que seguiremos abanderando desde UPA y COAG.
A todas estas circunstancias hay que sumarle la inacción y poca diligencia de las administraciones competentes (Ministerio de Agricultura, Ministerio de Transición Ecológica y Consejería de Agricultura) que no han sabido estar, en muchos casos, a la altura de las circunstancias. No solo se han adoptado medidas `rácanas´ en muchos casos y logradas gracias a la insistencia de organizaciones especialmente reivindicativas como la Alianza UPA-COAG, sino que siguen dando muestras de incapacidad en cuestiones básicas para el día a día de las explotaciones familiares agrarias.
Respecto a la nueva Consejería de Agricultura, echamos de menos iniciativas que impulsen un sector básico para el medio rural y para la economía regional. A pesar del poco tiempo transcurrido desde la composición del nuevo Gobierno regional, en muchos casos la Consejería da la sensación de cierto `agotamiento´ y de no estar a la altura de lo que el sector requiere.
Resulta lamentable que con la situación límite que están pasando las explotaciones familiares agrarias haya retrasos en la gestión de muchos expedientes y ayudas, que la Consejería de Agricultura esté con el paso cambiado en situaciones límites para los profesionales agrarios, y que con tanta celeridad haya impuesto recortes a las Opas, a pesar de que nos hemos convertido en muchos casos en valedores y gestores únicos de la enorme burocracia administrativa que se ven obligados a acometer los profesionales agrarios de Castilla y León, que esa sí, crece día a día.
2022, UN MAL AÑO AGRARIO PARA LAS PRODUCCIONES
Como hemos dicho, el año 2022 en Castilla y León ha venido marcado por una grave sequia y un importante incremento de los costes de producción vinculados al alto coste de la energía, combustible, fertilizantes, piensos…etc…. lo que ha que ha provocado un descenso importante en las producciones, habiéndose pasado de obtener un rendimiento medio en los cereales de invierno en la campaña 2020-2021 de 3,95 t/ha a 2,83 t/ha, una reducción de casi el 30%; o de un 41% en las leguminosas, en las que se ha pasado de un rendimiento del 1,35 t/ha en 2021 a 0,8 t/ha en 2022.
UPA-COAG
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