NOCTURNOS
Amor y política
Toda persona tiene, a su juicio, algo importante qué decir en la vida. Sucede que no siempre hallamos a la persona que nos escuche y sepa valorar nuestro aserto, aun sabiendo que solo pensamos tonterías. Toda persona anhela amar y desea ser amada. Pero, si careces de carisma, belleza, simpatía, cultura, amas sin ser amado.
Los amores que conozco suelen ser egoístas, auténtico oxímoron, como la lluvia seca, la nieve negra, el político altruista. El amor se da y se siembra para recibir y recoger la cosecha de besos, caricias y placeres. Aquel que ama sin ser amado escribe poemas para olvidar su pena entre las estrofas o, enloqueciendo, decide susurrarle a Dios su tristeza eterna.
Aquel que entiende la res pública como servicio al pueblo y las urnas rechazan su propuesta, se convierte en misántropo y asume que el combate por liberar al hombre de la explotación, de la humillación, fue una estupidez, un amar sin ser amado.
El amor puro se corresponde, pues, con la política como sacrificio, sacro, sagrado: inmolarse por el ser amado y los demás.
Yo me enamoré de Carlota, una especie de Mónica Bellucci pero zamorana. Surgió grave problema: ella no mostró ningún tipo de interés por mi persona. No soy político. Pero la amaba. Ella tampoco, pero me olvidó.
Eugenio-Jesús de Ávila
Toda persona tiene, a su juicio, algo importante qué decir en la vida. Sucede que no siempre hallamos a la persona que nos escuche y sepa valorar nuestro aserto, aun sabiendo que solo pensamos tonterías. Toda persona anhela amar y desea ser amada. Pero, si careces de carisma, belleza, simpatía, cultura, amas sin ser amado.
Los amores que conozco suelen ser egoístas, auténtico oxímoron, como la lluvia seca, la nieve negra, el político altruista. El amor se da y se siembra para recibir y recoger la cosecha de besos, caricias y placeres. Aquel que ama sin ser amado escribe poemas para olvidar su pena entre las estrofas o, enloqueciendo, decide susurrarle a Dios su tristeza eterna.
Aquel que entiende la res pública como servicio al pueblo y las urnas rechazan su propuesta, se convierte en misántropo y asume que el combate por liberar al hombre de la explotación, de la humillación, fue una estupidez, un amar sin ser amado.
El amor puro se corresponde, pues, con la política como sacrificio, sacro, sagrado: inmolarse por el ser amado y los demás.
Yo me enamoré de Carlota, una especie de Mónica Bellucci pero zamorana. Surgió grave problema: ella no mostró ningún tipo de interés por mi persona. No soy político. Pero la amaba. Ella tampoco, pero me olvidó.
Eugenio-Jesús de Ávila



















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