COSAS
Carruajes para la historia
En un periódico, que tiene más de un siglo de antigüedad (enero de 1919), leo un anuncio que despertó mi curiosidad por el clasicismo de la época. Decía así: "Muy barato, casi de balde. Vaya usted al taller de carros "Los Zamoranos", de César Frutos que vende una jardinera de cuatro ruedas, un tonó, un tilburí, un carro tartana y un coche de línea de seis plazas; todo en inmejorables condiciones.- Puerta de la Feria.- Zamora"
Al día de hoy, cuando están a punto de quedar obsoletos los automóviles de gasoil y hasta los de gasolina por lo que tienen de contaminantes de la atmósfera, vienen a nuestra memoria aquellos carruajes de tracción animal que circulaban por nuestras calles transportando a elegantes pasajeros.
Es difícil, en la actualidad, encontrar la definición de los llamados "tonós", vehículo tirado por caballería, que normalmente era utilizado por médicos y veterinarios para realizar sus visitas domiciliarias. Se trataba de un carro pequeño con dos asientos colocados en la dirección de la marcha que podían transportar hasta cuatro personas.
Otro de los carruajes que el carretero de la Puerta de la Feria anunciaba para la venta era el "tilburí", de cuatro ruedas, un coche de caballos ligero, generalmente para dos personas, con solo dos grandes ruedas y sin cubierta o capota.
Las clásicas "jardineras", montadas sobre cuatro muelles de ballesta, tenían un pescante o asiento en lo alto de la parte delante para el cochero, yendo los pasajeros en el habitáculo interior, con una portezuela en el centro. Solían llevar un toldo abatible.
Más conocido era el carro "tartana", cubierto, con dos ruedas, y tiro de una caballería. En la vara derecha llevaba una tabla o pescante que servía de asiento al conductor, y en el interior llevaba dos largos asientos laterales en los que podían viajar varias personas.
No cabe hacer comparaciones sobre la confortabilidad de aquellos carruajes de antaño, con las comodidades y ventajas que se viaja en la actualidad en los modernos "haigas", pero resulta agradable conocer que existieron aquellos "lujosos" carruajes.
Balbino Lozano
En un periódico, que tiene más de un siglo de antigüedad (enero de 1919), leo un anuncio que despertó mi curiosidad por el clasicismo de la época. Decía así: "Muy barato, casi de balde. Vaya usted al taller de carros "Los Zamoranos", de César Frutos que vende una jardinera de cuatro ruedas, un tonó, un tilburí, un carro tartana y un coche de línea de seis plazas; todo en inmejorables condiciones.- Puerta de la Feria.- Zamora"
Al día de hoy, cuando están a punto de quedar obsoletos los automóviles de gasoil y hasta los de gasolina por lo que tienen de contaminantes de la atmósfera, vienen a nuestra memoria aquellos carruajes de tracción animal que circulaban por nuestras calles transportando a elegantes pasajeros.
Es difícil, en la actualidad, encontrar la definición de los llamados "tonós", vehículo tirado por caballería, que normalmente era utilizado por médicos y veterinarios para realizar sus visitas domiciliarias. Se trataba de un carro pequeño con dos asientos colocados en la dirección de la marcha que podían transportar hasta cuatro personas.
Otro de los carruajes que el carretero de la Puerta de la Feria anunciaba para la venta era el "tilburí", de cuatro ruedas, un coche de caballos ligero, generalmente para dos personas, con solo dos grandes ruedas y sin cubierta o capota.
Las clásicas "jardineras", montadas sobre cuatro muelles de ballesta, tenían un pescante o asiento en lo alto de la parte delante para el cochero, yendo los pasajeros en el habitáculo interior, con una portezuela en el centro. Solían llevar un toldo abatible.
Más conocido era el carro "tartana", cubierto, con dos ruedas, y tiro de una caballería. En la vara derecha llevaba una tabla o pescante que servía de asiento al conductor, y en el interior llevaba dos largos asientos laterales en los que podían viajar varias personas.
No cabe hacer comparaciones sobre la confortabilidad de aquellos carruajes de antaño, con las comodidades y ventajas que se viaja en la actualidad en los modernos "haigas", pero resulta agradable conocer que existieron aquellos "lujosos" carruajes.
Balbino Lozano


















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