Martes, 25 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Jueves, 05 de Enero de 2023
PASIÓN POR ZAMORA

La Zamora rebelde y la Zamora conformista

Torre de Santa Clara, derribada en 1887Siempre he dicho, y también escrito, que hubo, y hay, unos zamoranos, pocos, pero con fuerza política y económica, empeñados en la destrucción de nuestra ciudad, y otros, también escasos, que procuraron desde finales del siglo XIX, sin conseguirlo potenciar Zamora, conservar su patrimonio, engrandecerla.  Ahora, otros zamoranos, bisnietos de aquellos intelectuales y gente de bien, nuestros bisabuelos, mantienen ese combate para evitar que nuestra ciudad mengue, deshabite y prosiga su deriva hacia la nada económica y social. Sin pretender ser vanidoso, un servidor forma parte del bando de los que quisieron, y anhelan, una ciudad más bella, más grande, más habitada y más admirada. Existe otra Zamora, la que no sueña ni dormida, la que padece apatía antropológica, la que cruza de brazos antes los desmanes del poder, que impide acabar con esa minoría retrógrada y reaccionaria.

 

En el Anuario del año 2021 de Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo” un trabajo de Francisco Javier Rodríguez Méndez (Universidad Politécnica de Salamanca), bajo el epígrafe: “La muralla de Santa Clara en Zamora. Crónica de una demolición alevosa (1883-1967).  El lector se preguntará por qué el autor enfatiza ese periodo de tiempo, 84 años, para realizar su estudio. Sencillo. El inicio de su derribo data de 1883, en pleno periodo de la Restauración, era política liderada por Cánovas del Castillo, cuando se inicia la demolición de su torre de flanqueo, octogonal, y concluye en 1967, momento en que se destruyen los cubos del segundo recinto amurallado, donde hoy se encuentra el Banco de Santander y antaño el Banesto. Siempre la banca y sus intereses.

 

Rosa Valdeón, siendo alcaldesa de mi ciudad, solía comentarme, no sé si con sorna, con ironía o admiración, que no conocía periodista -yo también soy historiador- que le sacase tanto partido al patrimonio de Zamora. Quizá tuviera razón. La lectura de este excelente trabajo de investigación histórica descubre que a finales del siglo XIX ya vivián en esta ciudad hombres, importantes, políticos y rentistas, deseosos de destruir nuestro pasado monumental. Se enfrentaron incluso al Estado para salirse con la suya, con su objetivo: dejar a Zamora sin murallas y también al Puente de Piedra sin torres (año 1905). Entonces también habitaban en nuestra patria chica otros zamoranos, pocos, que se la jugaron por conservar nuestro legado patrimonial, histórico. Y así fue siempre. Una continua batalla entre reaccionarios (caciques) y los que anhelamos una Zamora importante, orgullosa de su pasado histórico, pero sin renunciar al progreso industrial y agroganadero, que transforme en nuestra tierra sus magníficas materias primas para que aquí se queden las ganancias, la riqueza.

 

Como los prohombres de la Zamora de 1887 y los intelectuales de las décadas de 1950 y 1960, que trabajaron con intensidad, denuedo, bizarría, por evitar que se destruyera la torre octogonal de la entrada de Santa Clara y los cubos de la muralla de Santa Clara, yo escribo para defender a nuestra ciudad de los que renuncian a restaurar las torres del puente románico o protogótico, a realizar excavaciones arqueológicas en el casco antiguo, a negociar con los propietarios de los solares abandonados en la zona noble de la ciudad, a que restos de iglesias románicas, como las de San Gil, se oculten a los zamoranos y al turismo cultural, a los que se conforman con que el Ministerio de Cultura realice, de cuando en cuando, si hay alguna urgencia, un arreglo parcial de lienzos de muralla que amenaza venirse abajo…

 

También pretendo que los organismos empresariales zamoranos y los políticos que dirigen Ayuntamiento y Diputación abandonen sus despachos en la Casa de las Panaderas y Hospital de la Encarnación para viajar a ciudades y autonomías y, por qué no, y a otras naciones, para “vender” Zamora como ciudad abierta a inversiones importantes. No quiero políticos ni dirigentes empresariales conformistas, porque resignarse es siempre reaccionario.ç

 

No sé si es la hora de Zamora o si Zamora Enamora, pero, convencido estoy, de que los zamoranos que no nos allanamos, ni rendimos, ante el caciquismo secular, ante los que desean que todo siga igual -inactividad económica, despoblación galopante- vamos enfatizar en las deudas políticas que los grandes partidos nacionales mantienen con esta provincia desde 1978, para que las paguen este año, pero por triplicado. Cada voto de un zamorano, a cambio de inversiones reales, firmadas, cotejadas: Monte la Reina, transformación en autovía de la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa, creación en el alfoz de la capital de un Polígono Tecnológico Agropecuario, cesión al Ayuntamiento de Zamora de los terrenos del complejo Estación del Ferrocarril para transformarlo en un magnífico polígono industrial propio, con el que los políticos que administren la Casa de las Panaderas negocien, en libertad, sin tutelas de la Junta y de Sepes, con los empresarios interesados en invertir.

 

Y si no hay inversiones, todo zamorano decente solo debería votar a un partido de aquí, con gente que vibre con Zamora, con personas que renuncia a la política profesional y que rindan cuentas a los ciudadanos.

 

Hay gente, poca, que respeta el pasado de su ciudad, su patrimonio monumental, sin obviar el progreso económico y detener la despoblación, la gran sangría de esta ciudad y su provincia. Los que somos rebeldes desde la cuna, los inconformistas, lo que tenemos una ciudad del alma, los que admiramos a los hombres de finales del siglo XIX que lucharon por el patrimonio monumental, mantendremos en alto la seña bermeja. El 2023 no ha hecho más que empezar.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

 

 

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.38

Todavía no hay comentarios

El Día de Zamora

Ir al contenido
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.