Martes, 25 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Domingo, 08 de Enero de 2023
CRÍTICAS

Los partidos políticos nacionales, nuestros enemigos

Diputados nacionales y senadores zamoranos solo sirven a los intereses de sus jerarcas en Madrid y Valladolid, mientras Zamora se hunde en la miseria

[Img #73762]Sospecho que el Gobierno retrasará la restauración de Monte La Reina durante bastante tiempo. Hay que ahorrar para gastar en otras cuestiones sociales. Las promesas de Pedro Sánchez jamás se cumplen. Antidio Fagúndez, vicario del inquilino de La Moncloa en nuestra ciudad y provincia callará, no exigirá a su líder que cumpla con su palabra, dada en el teatro Ramos Carrión. El ahora diputado nacional sabe, aunque todavía es joven, que el que se mueve no sale en la fotografía.  Aserto de Alfonso Guerra. Y vivir de la política sigue siendo un chollo.

Tampoco creo que los terrenos de Adif en la Estación del Ferrocarril se cedan al Ayuntamiento de Zamora, ni que la carretera entre la capital de la provincia y la frontera portuguesa se transforme en autovía. Nuestra tierra importa poco al PSOE y al resto de los partidos políticos. No contamos nada. Nuestra geografía se desangra. Los campos se dejarán de cultivar. Los comercios urbanos bajarán sus trapas. Zamora camina hacia su jubilación económica. La gente mayor jamás protesta. Nuestros ancianos solo se manifestaron cuando la banca pública los engañó. Ellos ven la vida pasar desde sus cataratas. Aquí, la ultraizquierda convoca concentraciones y acuden 25 a la cita. De chiste. Paradojas políticas: los anarquistas quieren más Estado, como los comunistas y los fascistas. Si Bakunin resucitase…

¿Qué deberían hacer los zamoranos que todavía reflexionan, se revuelven, se rebelan, se enojan con el actual estado económico, social y cultural de su tierra? Pues protestar todos los días a través de sus medios de comunicación. Pero hay censura. Prohibido criticar al poder. Lo sé. Todos al servicio del que manda. Hay que vivir de las instituciones. Del nepotismo al cobismo y de ahí al ahorro de la miseria. La prensa se arrodilla ante el poder. Perdió su esencia. Esto es un pueblo de cobardes que escriben memeces. Solo se escucha la voz de su amo.

Entonces, solo nos queda una salida: crear un movimiento zamorano, interclasista, para apretar a las instituciones públicas. Olvídese el lector concienciado de que los partidos políticos como el PSOE y PP, por no citar a los minoritarios, pasan de Zamora. Los diputados nacionales y senadores de estas formaciones solo se hallan al servicio de sus jefes. No les importa el pueblo, una  excusa, Solo les interesa mantener el cargo, el sueldo, extraordinario para sus capacidades intelectuales y ética. Y nada más. Hay que acabar con esta dependencia electoral de Madrid y Valladolid. Convencerse de que no nos representan, que no les importamos nada, que juegan, con su demagogia barata, con la gente.

Izquierda Unida en Zamora todavía muestra personalidad para ejecutar sus políticas, sin la tutela de su secretario general, Garzón, vendido al poder. Ciudadanos de Zamora no creo que se recupere del golpe nacional, pero Francisco J. Requejo, presidente de la Diputación, viene demostrando una fuerte personalidad, carácter y carisma para administrar esa casa grande de la provincia, institución que padeció presidencias como las de Pilar Álvarez, Martínez-Maíllo y la ínclita Mayte Martín Pozo. ¡Cómo andará la política zamorana para que estos personajes gobernasen esta provincia! ¡Qué pena de Zamora! El actual presidente de la Diputación, que no liderará lista alguna de Ciudadanos el 28 de mayo, está obligado a crear una formación política zamorana, con empresarios, asociaciones culturales e intelecturales, que tengan un solo objetivo: enfrentarse al poder que tanto daño nos ha hecho durante esta democracia.

Insisto en que los zamoranos, los que todavía piensan, aunque duela; los que asumieron que las formaciones políticas nacionales devinieron en nuestros verdaderos enemigos, tenemos que exigirles a los que dicen representarnos, hasta que se construya un movimiento provincial, la llegada a Monte La Reina de fuerzas el Ejército español, la cesión de los terrenos de Adif y la transformación de la N-122 desde Zamora a Portugal en autovía. Y si no nos hacen ni puto caso, como temo, recordarles a Fagúndez y Fernández, diputado nacional y senador, su compromiso con su tierra, que es la nuestra. Ni un paso atrás.

 Desde 1950, Zamora ha perdido casi la mitad de su población. Solo diez de sus 248 municipios han crecido”. ¡Qué esperamos los zamoranos más libres para exigirles a los verdaderos culpables de nuestras cuitas inversiones públicas inmediatas! Porque ellos, los políticos zamoranos en los parlamentos regionales y nacionales son reos de nuestra decadencia, de nuestra marcha hacia ninguna parte, la que limita con la nada económica y demográfica. ¡Ya está bien de aguantar a tanto mediocre que anida en la res pública y la prensa local!

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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