Kebedo
Lunes, 16 de Enero de 2023
MI VECINA MARISOL

¡Ojo al parche, estamos avisados!

[Img #74001]Estamos viendo en España en los últimos años un fenómeno político que, de no ser auténticamente peligroso, sería, como poco, curioso. Se trata del ascenso incomprensible de la derecha radical en el espectro político nacional,  autonómico y local. Aunque deberíamos añadir a esto, y también internacional , porque lo que ocurre en España no es distinto de lo que está ocurriendo en otros países del mundo mundial.

El comportamiento de la derecha radical es lo mismo en cualquier lugar del que hablemos. La derecha ultra utiliza la democracia, en la que no cree, para  llegar al poder y luego, desde allí, eliminarla.

La derecha reaccionaria, no es nuevo, se aprovecha de los mecanismos democráticos para, a través siempre de la mentira exagerada y repetitiva, destruirlos desde dentro. La historia está plagada de ejemplos, aunque uno de los casos más recientes y, parece ser, casi ya olvidado, fue la ascensión de Adolf Hitler al poder.

-Jajajaja, y algunos de los politicastros actuales se creen que están descubriendo la pólvora porque se piensan que sus derrotistas políticas de mentira tras mentira la han inventado ellos. Pues no, majetes, eso ya lo hizo Göbbels para la ascensión de Hitler al poder-, dice mi vecina Marisol, entrando al trapo inmediatamente.

-Lo que ocurre es que Göebbles era un tío muy listo que, desgraciadamente, empleó esa inteligencia para hacer el mal. Y los politicastros de ahora no le llegan a la altura de la bota. Y me refiero a personajes como Trump, Bolsonaro, Erdogan, Orban, Kim Jon-Un,  Xi Jinpin, o cualquiera de los otros salvajes que gobiernan de forma dictatorial por todo el mundo. Todos han empleado el mismo método, el control total de la información, la mentira repetida y el aprovechamiento de la falta de información veraz y real-, continua mi vecina.

Efectivamente, así es, no es nuevo que, en los regímenes dictatoriales, lo primero que se controla es la información. Mejor dicho, la desinformación, la información sesgada y partidista. No es una novedad lo que dice Marisol y ante mi extrañeza me replica.

-Sí, efectivamente, no es nuevo, pero, precisamente por eso, parece mentira que en España se esté dando este fenómeno, otra vez, y parece que no nos damos cuenta o nos da igual, que es peor. Nos quedamos como las vacas al tren cuando una y otra vez la extrema derecha, incluso la que se denomina derecha moderada, no paran de soltar bulos y trolas para intentar conseguir sus objetivos. Y algunos ciudadanos se los tragan-.

Pues sí, es una táctica más vieja que el hilo negro, con el agravante de que ahora tenemos las redes sociales que se hacen eco inmediato de cualquier cosa y hay que estar con cien ojos para poder distinguir si es o no un bulo. Pero hay cosas que, por su ordinariez, deberían salirnos de ojo nada más publicarse y, sin embargo, no es así y no somos capaces de separar convenientemente el grano de la paja.

-Pues el comportamiento es el mismo, sea donde sea. Verbigracia, el ínclito Donald Trump se pasó todo su alucinante mandato soltando perlas contra cualquiera que él considerarse su adversario. Cuando perdió las elecciones no reconoció la victoria de Biden hasta días después, no paró de hablar de tongo y le faltó poco para darle una patada a las urnas. Recordemos que fue el instigador del asalto al Capitolio y que está pendiente de juicio-. Insiste mi vecina.

-Bolsonaro ha querido hacer lo mismo, lo que ocurre es que es más burdo aún, y más torpe, y seguramente acabará en la cárcel. Pero no será porque no lo ha intentado. Ni que decir tiene lo que ha ocurrido en Hungría o en Turquía, sin olvidarnos de los directamente regímenes dictatoriales comunistas de China o Corea del Norte-.

-Marisol, las dictaduras da lo mismo que sean de derechas o de izquierdas, son dictaduras en las que se trata de alienar al individuo y de reducir o anular su capacidad de pensamiento. Eso viene muy bien explicado en el tratado “Sea usted dictador en diez lecciones”, de Adolfo Estálin-, le contesto a mi vecina.

-Ya lo sé, por eso me rebelo ante la ceguera que estamos teniendo los españoles ante la aparición de las formaciones de extrema derecha; están actuando exactamente igual. Aunque eso no es lo sorprendente, porque lo increíble es un partido que se denomina de centro derecha, como es el PP, le de cancha, y algo más, a éstas formaciones que llevan en su ADN la falta de respeto a todo aquel que no piensa como ellos. Quieren imponer, siempre por las malas, claro, su voluntad. Les guste o no, el gobierno actual ha sido elegido en las urnas por los españoles y eso es sagrado. Y no han parado, PP incluido, de denominarlo “ilegal” y ”okupa”.- insiste mi vecina

Efectivamente, eso no es democrático ni respetuoso. A éste gobierno se le ha elegido en las urnas y por lo tanto ni es ilegal ni está “okupando” nada que no le pertenezca. Y si no nos gusta elegiremos otro en las próximas elecciones, pero en las urnas, no en los tabloides ni en las redes sociales. El señor Feijóo, que venía con el marchamo del buenismo  tranquilizador, pacificador, no ha hecho otra cosa que tirar más gasolina al fuego. Casado fue un inútil con título regalado y pensábamos que Feijóo iba a poner las cosas en sus sitio y a hacer una oposición leal y, sobre todo, decente; pues no, también nos ha decepcionado. ¿Por qué?.

-Pues yo te lo digo, querido vecino Kebedo-, me interrumpe Marisol, -pues se debe a tiene muchas deudas que pagar a sus socios de la extrema derecha, de los que llevamos hablando desde hace un rato. Y parece mentira que los españoles no nos demos cuenta de qué se trae entre manos esa formación política. Parece que no tenemos memoria y ya se sabe, el que no recuerda su pasado está condenado a repetirlo-.

Y así se fue mi vecina a tomarse un café, hoy sola porque su querida amiga Concepción, ya sabéis, la funcionaria eficiente que nunca dice palabrotas, está con un “trancazo de no te menees”.   

Kebedo.  

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